Getxo, Lekeitio, Mundaka y Sestao modifican sus normas para contener los pisos turísticos
Tras Bilbao los municipios costeros son los más castigados. «Hay un auténtico problema de convivencia entre los vecinos»
L. L.
Domingo, 7 de julio 2024, 01:13
El Ayuntamiento de Bilbao no es el único que se ha embarcado en una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el fin ... de establecer más limitaciones para contener la proliferación de pisos turísticos. Es que este tipo de alojamientos ha llegado a muchos otros municipios vizcaínos. Así que son varios los que plantean también cambios regulatorios en este sentido.
Getxo, que cuenta con 169 viviendas con este uso, lo tiene incluso más claro que la capital y ya ha dado a conocer los criterios de los que se valdrá: prohibirá este tipo de alojamientos en el Puerto Viejo, y en el resto de edificios residenciales los propietarios deberán cumplir con duras exigencias. Así, en la planta baja deberán contar con acceso independiente, y a medida que se van ganando alturas se complican aún más las cosas. En la primera planta deberán tener acceso y escalera independiente, pero además debajo deberá existir previamente un alojamiento turístico. En las alturas superiores, lo mismo, y además también deberán disponer de un ascensor que reduzca los perjuicios al resto de propietarios.
Esta misma semana se supo que también Mundaka, donde hay 88 viviendas turísticas registradas de manera oficial, quiere contenerlas con modificaciones en la norma urbanística. «Hay un auténtico problema de convivencia entre los vecinos», dijo la alcaldesa, Sorne Rubio tras anunciar la «necesidad urgente de atajar esta situación».
2.451
pisos turísticos hay ahora mismos en Bizkaia, según el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi, del Gobierno vasco. En 2020 eran 1.012. Hay otros cientos que funcionan de manera irregular.
249
están en Bermeo, el segundo municipio del territorio donde más establecimientos de este tipo existen. El primero es Bilbao, con 995.
169
se encuentran en Getxo, donde ya se ha definido de manera minuciosa la estrategia a adoptar para restringir nuevas aperturas.
88
pisos turísticos registrados hay en Mundaka, los mismos que en Lekeitio. Les siguen Barakaldo (77), Bakio (76) y Sopela (74).
Por si acaso
En Lekeitio hay un número similar de alojamientos de esta naturaleza oficialmente registrados, 88, pero en el Ayuntamiento asumen que funcionan muchos más de manera irregular. Así que aquí también han arrancado con el proceso para modificar el PGOU. Y Sestao, donde el problema no parece ser preocupante, con 12 alojamientos censados, está aprovechando que se encuentra en plena revisión de su normativa urbanística para prevenir riesgos antes de que aparezcan.
El segundo municipio vizcaíno con más viviendas turísticas -por detrás de Bilbao- es Bermeo, con 249. Tiene detectada la amenaza desde después de la pandemia y desearía que otras administraciones regulasen de un modo más minucioso este asunto para ponerle coto con garantías jurídicas.
En Barakaldo hay 77 y el concejal de Vivienda y Planificación Urbanística, Juan Antonio Pizarro, vincula las actuaciones a realizar con el Plan de Vivienda municipal y con la consideración de zonas tensionadas (las que tienen los precios más caros de los pisos): «Incluiremos la realización de acciones para controlar el crecimiento de los alojamientos turísticos y fomentar el uso residencial del parque de viviendas». En Portugalete, con 30, el Ayuntamiento también está estudiando cómo maniobrar para prohibir estos pisos en edificios que no tengan ascensor y por encima del primer piso.
También es cierto que hay lugares, como el Duranguesado, donde no ha prendido este problema. «En Durango no hemos legislado nada porque tampoco tenemos necesidad», dice la concejala de Turismo, Jesica Ruiz. En Amorebieta, Elorrio y Abadiño tampoco están presionados por esta situación, lo mismo que apuntan en Basauri, Galdakao y Etxebarri.
Texto elaborado con informaciones de: Diana Martínez, Leire Pérez, Javier G. Legorburu, Laura González, Iratxe Astui, Mirari Artime y Alba Peláez.
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