Banderas no da puntada sin hilo

Antonio Banderas ha colgado el traje de El Zorro y lo ha cambiado por los maniquíes, los patrones y las máquinas de coser de la prestigiosa escuela Central Saint Martins, en Londres. Como ya ha explicado en más de una ocasión, no se trata de un capricho, sino de cumplir un sueño: ser diseñador y crear su propia firma de ropa. En febrero, después de recoger el Goya de Honor a toda una vida de dedicación al cine, ya sorprendió con sus nuevos planes. «Me marcho porque acaba de comenzar la segunda mitad del partido de mi vida. Y me estoy tomando esa frase muy en serio», anunció en su discurso.

Dicho y hecho. El actor, que cumplió el mes pasado 55 años, no ha perdido ni un segundo: se ha trasladado a la capital inglesa para comenzar desde abajo en el mundo de la moda, aprendiendo a coser, en el mismo centro en el que se formaron grandes figuras de la industria como Alexander McQueen, Stella McCartney o John Galliano.

No ha sido el único cambio que ha experimentado el malagueño: ahora luce con una nueva rubia al lado, veinte años menor que él, a diferencia de Melanie Griffith, que le sacaba tres. Ambos trueques le han rejuvenecido, y a las fotos con su novia Nikole Kimpel se suman ahora otras en las que aparece entre costuras. «Qué os parece mi nuevo portátil? Disfrutando como un niño en Central St. Martins», escribe en Instagram.