La reina dragón hechiza Bután

La envidia que le tiene que estar dando a Victoria Beckham, reina del marketing de pareja, el romántico calendario de Bután recién lanzado por sus reyes. Lo saca la ex Spice y se forra. Pero el apuesto Jigme Khesar y la dulce Jetsun Pema buscan otro tipo de rentabilidad. Muy juntos, rozándose entre templos y cerezos, de enero a diciembre, claman que el amor existe, como queriendo aumentar más la felicidad nacional bruta de su país, ese indicador que se sacó de la real manga el padre de Jigme. Abdicó en 2006 y convirtió a su hijo en el monarca más joven del mundo, que heredó este reino de belleza sobrecogedora, oculto en el Himalaya, con bastantes deberes democráticos por hacer. Al año de su reinado, Jigme decidió abandonar el absolutismo anquilosado durante un siglo y organizó las primeras elecciones democráticas del país.

Bután empezaba a parecer un cuento de verdad, pero faltaba una princesa. Y apareció Jetsun Pema: inteligente, culta y hermosa. Amante de las Bellas Artes, soñaba con ser capitana del equipo de baloncesto. Pero el destino le reservaba un trono más elevado, pese a ser plebeya. Con sus estudios universitarios de Relaciones Internacionales en Londres y su sonrisa, se ha convertido en la mejor embajadora del país.

Jigme y Jetsun llevan cuatro años casados y siguen acariciándose en público, como si no pudieran o no quisieran reprimir tanta dicha. Al rey, que ha renunciado a la poligamia porque así se lo pidió ella -su padre se casó con cuatro hermanas-, le gusta agarrarla de la mano, besarla en la mejilla y tomarla de la cintura mientras la presenta a algún mandatario.

Poco a poco Jetsun va derritiendo algunas tradiciones, que en este rincón del Himalaya son muchas, para escándalo de los puristas. Hace tiempo que abrió cuenta en Facebook y el mes pasado, durante la fiesta nacional, la pareja sorteó arados y... teléfonos móviles. La última apuesta de la joven reina dragón -el título no se lo cargan por muy tradicional que sea- ha sido este calendario online: un poco pastelón, pero feliz.