El gasolino sale al rescate de más de 4.000 viajeros del Puente Colgante tras su avería

Largas colas para acceder a la histórica embarcación fueron la tónica general durante el día de ayer. «Es un fastidio, llevamos media hora esperando en la fila», afirmaba a este diario María Estévez, que aguardaba para cruzar hacia Las Arenas en el gasolino, repleto de pasajeros en todos sus viajes. Suele desplazarse cada día en transbordador. «Voy siempre con tiempo de sobra, porque me gusta ir dando un paseo». Ayer, sin embargo, el tiempo se le echó encima.

Diego Olabarria, gerente de la agrupación de boteros de Bizkaia, y tres trabajadores más fueron los encargados de salvar la jornada a miles y miles de usuarios, ayudados por otras dos personas que ayudaron a realizar los cobros y mantener el aforo permitido. El equipo puso todo de su parte para dar servicio durante la jornada. «Esperamos que mañana (por hoy) podamos continuar con el horario normal. Hemos trabajado sin descanso y hecho todo lo que estaba en nuestras manos para no dejar a nadie sin servicio y que pudieran ir a sus trabajos y realizar sus quehaceres», recalcaba ayer Olabarria a este periódico durante un descanso que se tomó tras tantos trayectos seguidos. «Hemos estado muy saturados», añadió.

Coincidió, además, que el segundo bote del que disponen estaba ayer averiado, por lo que tuvieron que dar respuesta al trasiego de pasajeros con uno solo. «Toda la plantilla se ha sumado para no dejar a nadie atrás», apuntó Olabarria, quien pedía «comprensión» a quienes se quejaban de aguardar «hasta 40 minutos» en la cola.

Este servicio, que inició su andadura a principios del siglo XX y actualmente es el único que queda en la ría después de que el bote de Erandio echara el cierre en febrero, incluye desde hace poco unas mejoras, como la renovación de las embarcaciones -con capacidad para albergar a cuarenta pasajeros- y el pago con Barik -el billete, tanto con tarjeta como en metálico, cuesta 50 céntimos-. «Hemos notado mucha mejoría desde entonces», añadió el gerente de los boteros, que habitualmente realizan 300 viajes diarios.

¿Qué problema impidió operar al Puente Colgante? Según fuentes de la empresa, se produjo un «fallo en la bobina del transformador que alimenta los frenos de las ruedas». Se procedió a cambiar la pieza afectada, pero la de repuesto también dio problemas, por lo que se tuvo que «fabricar una a medida». Se esperaba que el nuevo recambio llegara esta mañana para reactivar el servicio «a mediodía», aseguró la directora gerente, Marta Uriarte, pero finalmente se reestableció hacia las 20.00 horas. El contratiempo afectó al incesante trasiego de personas que un día normal alcanza los «5.000 desplazamientos», calculó Uriarte. Y eso solo quienes se desplazan a pie. Se calcula que una «media de 649 vehículos, 310 bicicletas, 116 motos y 37 furgonetas» usan cada día el Puente.

Usuarios como Sonia Etxebarria se olían la avería desde el domingo. «Ya se escuchaba mucho ruido por la noche, deberían haberlo parado entonces, no hoy (por ayer), que hay más gente esperando para cruzar la ría». «No entiendo cómo no abren la pasarela para dejarnos cruzar por arriba», criticó José Luis García, que no llegaba a tiempo al trabajo en Erandio.