«El fraude en las OPE de Osakidetza era siempre un rumor, pero nadie abría la boca»
En el 125 aniversario de su fundación, el máximo responsable de la institución repasa los desafíos y la situación del sistema vasco de salud
La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao cumplió el viernes 125 años. Su presidente, el médico internista Ricardo Franco (Bilbao, 1949), repasa en esta entrevista ... los objetivos de la institución que dirige y de la sanidad vasca. «Formamos a gente muy brillante, que luego ha de irse a la calle», protesta.
-¿Qué sentido tiene una institución así en el siglo XXI?
- Todo. En 1895, el País Vasco acababa de salir de dos guerras carlistas. Había que reconstruir una sociedad que había vivido en guerra civil; y Bilbao era una plaza con poco profesional sanitario. En ese momento, la revolución industrial provocó un gran flujo migratorio, que coincidió con una enorme mortalidad infantil y enfermedades predadoras, como la tuberculosis.
- Ése no es el Bilbao de hoy.
- ¡Claro que no! Con motivo de nuestro 125 aniversario, hemos puesto en marcha un plan estratégico para reinventarnos. Queremos ser los gestores de la formación continuada de los profesionales de la salud, que tradicionalmente ha estado en manos de la farmaindustria, con intereses comerciales que chirrían con los de clínicos y científicos. Vamos a abrir la institución a otras ciencias, como la psicología, enfermería, fisioterapia, bioingeniería, economía...
- Un sentido amplio de la salud.
- Pues sí. Fíjese, los actuales gerentes de hospitales están a punto de jubilarse y Osakidetza tiene problemas para encontrar personal cualificado para dirigir sus centros.
- ¿Es para tanto?
- Queremos trasladar el conocimiento científico al gran público, con programas como la Semana de Humanidades, o Encuentros con la Salud de EL CORREO. ¿Sabe por qué?
- Usted dirá.
- Tengo alumnos, brillantísimos porque están en Medicina, que no conocen al filósofo Fray Bartolomé de las Casas y creen que Gregorio Marañón es un hospital de Madrid. Un importantísimo médico humanista, todo un hombre renacentista del siglo XX... ¡Y no le conocen!
«Hay una generación que ha envejecido y no se ha renovado. Osakidetza tiene problemas para encontrar gestores»
faltan profesionales
- Hablemos de actualidad. Los médicos de Atención Primaria están que trinan, las citas hospitalarias se demoran cada vez más y las urgencias se saturan porque los centros de salud no dan abasto. ¿Es así?
- Es cierto. No ha habido una buena gestión del relevo generacional en Osakidetza. Ha habido una generación que ha envejecido y mucha gente que no se ha renovado. Ha pasado en toda España. En la docencia es igual. No hay profesores de pregrado. ¿Por qué? Primero, porque les pagamos tan poco que ni se levantan de la cama, y segundo, porque son jóvenes, no tienen experiencia.
- ¡Vaya panorama!
- Muy serio. Por otra parte, aquí tenemos el problema del bilingüismo. Todas las plazas ofertadas son bilingües y mucha gente no tiene acreditado el perfil que se exige para ser médico en un hospital público. ¡Cómo no cambie la política de recursos humanos! La última OPE...
- Sabía que le preguntaría por ella.
- Lo que ha ocurrido es algo que se oía como un rumor desde hace veintitantos años, pero nadie abría la boca; hasta que unos señores, con luz y taquígrafos, y notarios de por medio, han descubierto... diríamos pucherazos.
- ¿Quiere decir que lo sucedido era en la red como un runrún?
- Se oía como un runrún que la gente parecía predestinada a ocupar determinadas plazas en determinadas OPE, porque pertenecía a determinados servicios; y sus jefes...
- No se detenga. Siga por favor.
- Mire, si quiere que le diga la verdad, lo encuentro bastante lógico. No puede ser que tarden seis años en convocar una OPE y tú, entretanto estés formando a una persona de forma interina, para que luego te pongan a otra, caída del cielo, porque lo ha pedido y porque estaba en unas listas que controlan los sindicatos. No le conoces de nada, ni siquiera es alumno tuyo; y el que has formado puede ser brillantísimo, pero se va; y no puedes hacer nada.
«Formamos a gente muy cualificada y luego la mandamos a la calle a buscarse la vida.¡Fíjese qué desgracia!»
El problema de raíz
«No cuentan las personas»
- Pues cámbiese la norma para que no se hagan trampas, ¿no?
- Pónganse los mecanismos para que todo sea limpio, transparente y justo. Aquí se valoran los exámenes, un cuestionario, pero no cuentan las personas. Nadie te entrevista. Usted quiere ser periodista y le entrevistan, se interesan por su formación, su trabajo, su personalidad... Aquí no. ¿Y qué pasa? Que el hospital se llena de gente con enormes dificultades en las relaciones sociales, incapaces de integrarse en un equipo; y si algo necesita la medicina son eso, equipos.
- ¿De qué servirán los cambios anunciados para las futuras OPE?
- Para corregir todo esto, no lo creo. Los hospitales públicos han de tener dos vías de contratación. No puede ser que formes a un tío que es un fenómeno; y ese profesional se forje con los mejores en EE UU porque le sale la oportunidad, quiera volver y yo no le pueda captar. ¿Por qué? Porque eres de Cuenca y encima no sabes euskera. Hablas inglés perfectamente, tienes contactos, te he formado yo desde la cuna... Serías cojonudo para nosotros, pero no te puedo contratar. Formamos a gente muy cualificada y luego la mandamos a la puta calle a buscarse la vida. ¡Fíjese qué desgracia!
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La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao nació el 17 de enero de 1895 de médicos, farmacéuticos, veterinarios, odontólogos y biólogos para la formación profesional y de la sociedad.
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Actividad. Sus locales son sede de 28 sociedades científicas de Euskadi y publica 'Gaceta Médica', revista decana de salud en España.
«Mi pareja de baile era Estíbaliz Uranga»
El presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao habla de sí mismo.
- Quiso ser actor.
- Las artes escénicas siempre me han atraído. Mi padre perteneció al elenco de actores del Instituto Vascongado de Cultura Hispánica y mi madre fue actriz del grupo de teatro de Radio Bilbao, que organizaba espectáculos en el teatro Campos.
- De ahí le viene la teatralidad que imprime a los actos públicos...
- No lo sé. A los 5 años entré a formar parte de los ballets Olaeta. Mi pareja de baile habitual era Estíbaliz Uranga, del grupo El Consorcio. Me fascinaba todo lo relacionado con el folklore vasco y me animé a aprender a tocar el txistu. Después dirigí varios grupos de danzas en Bilbao y Deba. Parecía destinado, porque mi compañero de colegio fue el famoso y premiado actor y director bilbaíno Ramón Barea.
- ¡Qué me dice!
- Sííí. Organizábamos en su casa teatro de guiñol... La dedicación a las artes escénicas exigía y exige un gran esfuerzo personal. No conozco ningún actor profesional que no las haya pasado canutas.
- ¿Le dijeron en casa que mejor que estudiase medicina?
- ¡Que va! A pesar de todo, nunca me planteé ser actor profesional. A los 14 años, mi hermano gemelo y yo teníamos ya inclinación por la medicina. Mi padre, que era abogado, nunca nos presionó.
- ¿Entonces?
- Supongo que hubo una especie de fantasía de omnipotencia. Cuando en tu casa, desde niño, han ocurrido graves problemas de salud entre los tuyos, te ves inmerso en un clima de angustia. Yo veía a los médicos que atendían a mis familiares como a personas todopoderosas, que idealicé en mi mentalidad infantil.
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