«¿Y si ahora fallece un familiar, qué vamos a tener que hacer?», se cuestionan los afectados de la EPSV de decesos Gallarta
«Me he quedado de piedra, la conocemos de toda la vida». Así, con una mezcla de incredulidad, indignación y mucha incertidumbre estaba ayer la ... localidad de Abanto, tras conocer que la administradora de la EPSV Gallarta, de la que forman parte unos 1.700 residentes en el municipio, había desviado de manera fraudulenta unos 600.000 euros, el capital de la entidad.
Con las cuotas de los socios esta mutua de decesos hacía frente a los gastos de entierro y del funeral. «Menudo pastel ahora al que le toque pasar por ello en estos momentos», declaraba a este periódico Blasa Zurdo, quien se enteró de los hechos al mantener una conversación con esta redactora, cuando se dirigía a su casa después de hacer la compra. «Llevo un montón de tiempo pagando, unos 180 euros al año. Que el Gobierno vasco busque de donde sea y recupere el dinero».
Muchos a media mañana de ayer no querían dar crédito a lo ocurrido. «La conozco a ella y a sus padres. Todos muy buenas personas. Hace poco falleció mi suegra y no tuvimos ningún problema», cuenta otra vecina afectada junto a varias amigas. «Yo también soy socia. Me pasaron una captura por teléfono a primera hora y estaba alucinando», relatan en la plaza Eusko Gudariak, donde antes estaba la sede de esta mutua. «Luego se fueron a Santurtzi, donde vive la familia».
«Ya no se puede poner la mano en el fuego por nadie», comentaba Alberto Fernández, recordando que esta EPSV de decesos se creó «gracias a la unión de los vecinos, como sucedió en otros lugares como Ortuella o Urioste». Ahora la duda que les queda a los socios es si podrán recuperar el dinero aportado a lo largo de tantos años. «Por probabilidades es muy fácil que alguna de las 1.700 personas fallezca, muchos son mayores, y como muera un familiar, ¿qué vamos a tener que hacer? ¿Pagarlo de nuestro bolsillo y luego reclamar? ¿Pero a quién?», se preguntan.
Recibos duplicados
Varios de los asociados también cuentan que desde hace unos años les llegaban recibos por duplicado. «Teníamos un poco la mosca detrás de la oreja, aunque si lo reclamabas te lo devolvían sin problemas», aseguran, esperando conocer más información en la asamblea que convocará en julio el Gobierno vasco. «Es una vergüenza, ya no te puedes ni morir», afirmaba con cierta sorna otro de los afectados.
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