Las emergencias en la costa vasca se disparan con el rescate de un barco a la deriva cada día
Del 1 de junio y al 12 de agosto Salvamento Marítimo remolcó a 69 embarcaciones recreativas, casi las mismas que en todo el verano de 2019
Es un sonido poco simpático el que hace el motor de una embarcación al detenerse en mar abierto. Antes, durante la singladura, el rumor del ... mecanismo es una constante que ya ni se percibe pero que da seguridad. Como que la máquina triunfa sobre los elementos y que todo está bajo control. Pero cuando calla, con el ronroneo amortiguado y menguante con el que expira un animal moribundo, llega un silencio total salpicado solo por el chapoteo del agua contra el casco. Además, una nave a la deriva sin el impulso de las hélices se menea mucho incluso si la mar está tranquila. El problema es gordo y encima, a menudo, la gente vomita.
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Pues esto pasa mucho. Desde el 1 de junio hasta el 12 de agosto el servicio de Salvamento Marítimo de Bilbao ha realizado 69 remolques de embarcaciones (todas de recreo) que se habían quedado a la deriva. Lo que viene a ser casi una al día. La cifra está muy por encima de las intervenciones practicadas en los dos últimos veranos, lo cual es lógico por el efecto de la pandemia. Pero es que en 2019, último verano normal, hubo 75 en toda la campaña estival, que se prolonga del 1 de junio al 30 de septiembre. Posiblemente a estas alturas, 16 de agosto, ya estemos rozando o incluso superando esa cifra.
«Este año no sé lo que está pasando, pero tenemos muchísimas emergencias», admite Lourdes Oña, jefa del centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Bilbao -uno de los veinte que se reparten por el litoral español-. Su ámbito de actuación abarca la costa vasca y un poco más: desde Hondarribia hasta Laredo. Los 69 remolques a los que nos estamos refiriendo son las «peticiones de asistencia más numerosas» que reciben. Llegan desde «embarcaciones que se quedan a la deriva, que no pueden llegar a puerto por sus medios y piden ayuda». Lo que suele pasarles es que «el motor se avería o tienen una vía de agua».
La cifra
144personas fueron atendidas en junio y julio.
Marineros de pantano
¿Qué es lo que está ocurriendo, por qué hay más emergencias este verano? A juicio de Lourdes Oña, tras la pandemia ha ganado protagonismo un tipo de ocio que se desarrolla en espacios abiertos. Además, históricamente siempre se ha identificado la navegación y el avance hacia el horizonte con la idea misma de libertad, esa sensación añorada. Será por todo un poco pero lo cierto es que «por los datos de Capitanía, hay más alquileres y salidas de embarcaciones» que antes. Por lo tanto, hay también más incidentes.
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Esa sería una parte de la explicación. La otra no la menciona la jefa del servicio seguramente por la prudencia debida, pero lobos de mar veteranos vinculados con las emergencias marítimas apuntan a la proliferación de lo que denominan 'fucking weekend warriors'. Algo así como domingueros del mar, en una traducción indulgente. Personas que se embarcan sin la formación ni la pericia que exigiría esa actividad.
El remolque de una embarcación de menos de veinte metros cuesta 350 euros la hora
En este sentido, Lourdes Oña recuerda lo que debería ser ley básico: «Al salir a la mar las embarcaciones tienen que estar en buenas condiciones. Hay que mirar los niveles, el estado del casco, la bomba de achique, estar pendiente de la previsión meteorológica, mantener en escucha el canal 16 de VHF...». Una emergencia en este entorno líquido y hostil nunca tiene «los mismos tiempos de respuesta que en tierra». Y las cosas se pueden complicar mucho si cambia la meteorología, si se levanta viento o llega una tormenta.
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Para hacer frente a las emergencias que se presenten Salvamento Marítimo tiene en su centro vasco tres embarcaciones de intervención rápida en Bilbao, Pasaia y Bermeo. Las dos primeras, de 21 metros de eslora. La tercera, de quince. Además, está el remolcador María de Maeztu, de 40 metros. Este se utiliza únicamente en casos muy particulares, por ejemplo cuando se incendió el pesquero 'Siempre al Alba' «a doce millas de aquí», recuerda Oña. Ocurrió «el año pasado y de lo que se trataba era de evitar el hundimiento por la contaminación que podía provocar». También participa esta nave en operaciones aparatosas, cuando los problemas afectan a barcos demasiado grandes para ser remolcados por los 'salvamares' de intervención rápida, que suelen atender a embarcaciones de recreo de entre seis y quince metros de eslora.
48 profesionales prestan servicio en Euskadi, donde tienen su base cuatro embarcaciones
También dispone Salvamento Marítimo de un helicóptero basado en Santander que se utiliza fundamentalmente para emergencias médicas en alta mar. Esto es lo más delicado, y es el centro de control que recibe los avisos el que determina qué efectivos se movilizan en función de la emergencia que recibe. A menudo esto no es fácil. En principio, el traslado aéreo se utiliza para accidentes graves ocurridos lejos de la costa. Pero si se trata de una patología cerebral «a veces no se recomienda este tipo de evacuación por la presión» que supone elevar al herido. Aunque «en ciertos casos» la mar está picada y el riesgo de demorar el traslado es mayor que el de que esa evacuación sea aérea. Cada caso es diferente y en situaciones peliagudas toma las decisiones el centro radiomédico del Instituto Social de la Marina.
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En total 48 profesionales trabajan en el servicio de Salvamento Marítimo de Bilbao, y son 1.400 efectivos los que hay en los veinte centros que la empresa tiene en toda España. En Euskadi han atendido en junio y julio emergencias en las que estaban implicadas 144 personas, lo que también revela una actividad muy por encima de la de otros años. En 2021, en los cuatro meses de verano (de junio a septiembre) fueron 168. Y en 2019, el ejercicio de referencia, 174.
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