Carta de amor al Kakarraldo

Sección en la que los periodistas de EL CORREO recomiendan su taberna favorita

Martes, 12 de mayo 2020

Al acabar la jornada laboral, los hay que están deseando volver a casa y los que prefieren alargar las horas en el bar con una (o varias) cervezas. En Basauri, toda esa gente que parece que no tiene casa confluye en el Kakarraldo, un pequeño bareto situado frente al colegio San José. Su éxito se debe, en parte, a que entre semana es el único garito abierto a partir de cierta hora y que el precio de la cerveza es bastante asequible.

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Pero el atractivo de este pintoresco local es, sin duda, su ambiente. La música es buena, en su mayoría canciones de la década de los 80. Además, el dueño es muy atento: si sabe que te gusta una canción, la pone sin que tú la hayas pedido. El mejor lugar para tomar algo es una pequeña mesa desde donde se puede observar todo el bar. La mesa es, en realidad, un tablero de ajedrez, aunque dudo que nadie la haya usado nunca para ese fin. Allí las horas pasan volando, con buena música y una buena conversación. Como anécdota, la tercera vez que entramos, nos apuntaron en el sorteo de una cesta de Navidad. Desde entonces soy una clienta habitual. Porque este pequeño bar es así, un lugar curioso en el que te sientes como en casa.

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