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Instalaciones de Pescanova en Chapela (Pontevedra).

Pescanova resucita la atracción fatal por los 'chicharros'

La 'vieja' no tiene actividad ni trabajadores, su único activo es el 1,6 por ciento que tiene de la Nueva Pescanova, pero está acaparando la atención del mercado por la extrema volatilidad que le acompaña desde que regresó al parqué

e. c.

Viernes, 23 de junio 2017, 10:41

La 'descongelación' de las acciones de la 'vieja' Pescanova, el pasado 7 de junio, ha dado paso a un 'calentón' que mantiene a sus títulos en plena ebullición desde entonces. Cuatro años después de que la compañía fuera suspendida de cotización, tras detectarse discrepancias entre su contabilidad y las cifras de deuda bancaria que le llevó al concurso de acreedores y a la mayoría de su consejo a ser imputado por la Audiencia Nacional, su regreso al parqué tiene desconcertado al mercado.

Es cierto que todo el mundo esperaba un desplome inmediato de sus títulos nada más volvieran a pisar el parqué, pero pocos vaticinaban esta gran montaña rusa en la que se han convertido. De entrada, sería objeto de debate si tiene sentido que Pescanova cotice en bolsa, cuando no tiene actividad ni trabajadores y posee como único activo una participación del 1,6 por ciento en la Nueva Pescanova, un grupo que no cotiza, que se encuentra en manos de la banca acreedora y mantiene con éxito su tradicional actividad vinculada a productos del mar. «Por ello, la valoración de la 'vieja' Pescanova debería ir ligada directamente al valor de este porcentaje», apunta el analista técnico Josep Codina.

Pero en la cotización de Pescanova solo hay «especulación», como resumen los expertos de Self Bank. La acción cayó desde los 5,91 euros con que volvía a cotizar hasta los 0,23 euros, aunque llegó a marcar mínimos en la zona de los 0,14 euros, lo que supuso una pérdida del 95 por ciento. Después, acompañada de fuertes sacudidas, logró remontar en tres sesiones hasta los 3,380 euros, para volver a caer de nuevo hasta los 0,80 y ahora cotiza sobre los 2 euros, con unos volúmenes de negociación escandalosos.

Eduardo Bolinches, director de Bolsacash, apunta que la 'vieja' Pescanova tiene emitidas 28 millones de acciones, «pero teniendo en cuenta que el núcleo duro de accionista ostenta unos 8 millones de acciones y que en bolsa desde su vuelta a la cotización estamos viendo volúmenes medios de 20 millones de acciones, es fácil justificar por qué la cotización parece un vagón de una montaña rusa».

La extrema volatilidad que acompaña a la 'vieja' Pescanova en su regreso al parqué provocó la entrada en escena de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que el pasado 13 de junio emitió un comunicado, «ante los volúmenes de negociación y la evolución que ha experimentado» la cotización de la compañía. La CNMV aconsejaba a los inversores analizar «con detenimiento» la información más reciente publicada por la 'vieja' Pescanova, el pasado 1 de junio, para que se pudieran formar un juicio «sobre la situación y perspectivas de la compañía y sobre el valor de sus acciones». Pero a pesar de la advertencia del supervisor bursátil, el valor ha acumulado más subidas que bajadas. «Es el ambiente idóneo para los especuladores más agresivos y que rayan la ludopatía», sentencia Bolinches.

«En esta montaña rusa ya hay especuladores damnificados con pérdidas considerables, pero también los hay con pingües ganancias. El inversor atrapado en el valor desde sus inicio está claro que pierde, pero hay otros que se fueron a ampliaciones de capital o en el mercado gris adquirieron acciones cerca de los 0,01 euros, que han podido ganar muchísimo dinero deshaciendo con estos movimientos sus posiciones, de ahí que se hayan podido dar estos volúmenes», apunta Josep Codina.

Intentar buscar una explicación más allá de la especulación al terremoto en que se ha convertido la acción de Pescanova no parece tarea fácil. Algunos creen que detrás de estas tremendas oscilaciones puede estar la batalla judicial que libran ambas compañías con varias demandas cruzadas y sentencias, como la que se ha conocido esta semana, sobre las medidas de apoyo y regulación de mecanismos de pago que se originaron tras la reorganización del grupo, que las dos partes asumen como favorable. O el temor al cierre de cortos tras lo sucedido con Liberbank, pero ni ésta ni la anterior parecen razones que justifiquen la evolución del valor desde que volvió a cotizar.

«El análisis técnico es totalmente inviable para justificar cualquiera de estos movimientos y carece de sentido realizarlo, más allá de determinar rangos entre los que se haya movido la cotización que en los niveles actuales no aportan demasiado», sostiene Codina. A pesar de lo poco recomendables que son, los 'chicharros' suelen ejercer una atracción fatal sobre un considerable número de inversores, que ven en estos valores la oportunidad de obtener de un golpe una estratosférica rentabilidad.

Pero los riesgos son altos y, por regla general, el sueño de ganar un 60 por ciento en una sesión suele acabar en una pesadilla. Es muy complicado subirse o bajarse de un vagón de una montaña rusa una vez se ha puesto en marcha. No hay apenas diferencias entre jugársela en el casino o en 'chicharros' tipo 'vieja' Pescanova. Si no quiere incurrir en una operativa errónea, mejor borrar a los 'chicharros' en general y a Pescanova en particular de la lista de valores con los que operar.

«El ahorrador e inversor tradicional debe mantenerse alejado de este tipo de valores, y sólo los más avezados 'day traders' pueden intentar meterse en estos movimientos conociendo plenamente todos los riesgo que ello implica», concluye el analista técnico.

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