Fondos de inversión vascos con desgravación fiscal: ¿dónde están?

Los rumores sobre su próximo lanzamiento y las declaraciones de algunos responsables públicos sobre las características básicas que pueden ofrecerse, han generado ya un cierto interés entre los ahorradores. Buena parte de las entidades financieras que operan en el País Vasco han comenzado ya a recibir un goteo de consultas en torno a los fondos de inversión que quiere impulsar la Administración vasca -todavía no está claro qué parte de la misma se va a adherir a la iniciativa-, que se presentan como una vía para obtener ventajas fiscales a cambio de impulsar el desarrollo de la investigación y el desarrollo en las empresas de la comunidad autónoma, así como la financiación de su crecimiento.

«Cualquier cosa que suene a producto con una rentabilidad financiera y también fiscal siempre despierta interés», asegura un directivo vasco del sector financiero, para justificar que desde la publicación de las primeras noticias en torno a esta iniciativa hayan comenzado las consultas de los interesados. En un momento en que los tipos de interés están por los suelos, la posibilidad de obtener un rendimiento por la vía fiscal es de un valor añadido innegable.

¿Pero, dónde están esos fondos? Digamos que en el horno. La masa, más o menos, está preparada, pero se desconoce el número de cocineros que va a participar en la producción final. La iniciativa surgió de la Diputación de Bizkaia y no está del todo claro sin las de Gipuzkoa y Álava van a sumarse a este proyecto, que implica modificaciones legales en la normativa de varios impuestos. En concreto, del IRPF, Patrimonio y Sociedades. Todo apunta a que las próximas semanas serán decisivas en esa cocina.

La idea básica es conciliar dos intereses. De un lado, el de los inversores, que pueden colocar una parte de su ahorro en un producto con ventajas fiscales, como sucede en la actualidad con los fondos de pensiones. En algunos momentos se ha especulado con la posibilidad de que reciban una deducción del 15% en IRPF -falta por conocer los límites anuales de inversión- y que las denominadas «grandes fortunas» obtengan una exención total de esas cantidades en el Impuesto de Patrimonio. La segunda parte de la historia está ligada al destino del dinero depositado en esos fondos. Se han manejado al menos dos tipos diferentes, aunque puede haber más. Uno de ellos sería la financiación de inversiones de investigación y desarrollo de empresas y otra la toma de participaciones accionariales o la concesión de créditos participativos para impulsar procesos de crecimiento.

Pero de momento no están, aunque se les espera.