Las Administraciones vascas se lanzan a buscar negocio en el Brexit
El Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia ponen en marcha acciones para intentar aprovechar las oportunidades
Manu Alvarez
Lunes, 23 de enero 2017, 01:19
Dicen que la principal diferencia entre un empleado y un empresario es que donde el primero ve un problema, el segundo aprecia una oportunidad de negocio. Pues bien, en este caso, la Administración vasca ha decidido actuar con mentalidad empresarial, buscar negocio en medio del conflicto, aunque bien es verdad que un poco a rebufo de iniciativas que ya se han puesto en marcha de la mano de otros poderes públicos, como es el caso de la Comunidad de Madrid. Y es que el Gobierno vasco ya ha anunciado la apertura inmediata de una oficina en Londres, con el objetivo de observar de cerca el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit. Pero, sobre todo, para intentar captar algunos de los pedazos que, se entiende, van a saltar por los aires como consecuencia de este proceso. La Diputación de Bizkaia también se ha puesto manos a la obra y al parecer el propio diputado general, Unai Rementeria, realizará un viaje a Londres el próximo mes de febrero para iniciar contactos directos con algunos agentes económicos.
El sector financiero, esa maquinaria potente que encierra la City londinense, se ha convertido en el principal objeto de deseo de buena parte de la Europa comunitaria. Atraer una parte, por pequeña que sea, de ese gran conglomerado de actividad es en estos momentos el objetivo prioritario de regiones e incluso de ciudades que tienen una cierta tradición financiera dentro de la UE.
Aunque por el momento no deja de ser una previsión -el papel lo aguanta casi todo-, los expertos coinciden en señalar que el sector financiero londinense se va a debilitar, va a perder parte de su volumen, aunque no hay garantías de ello. Ese 'ecosistema' que forman bancos de negocios, entidades aseguradoras y despachos de abogados dentro de la City, con una tradición de 300 años, tiene fortalezas internas que se van a poner en evidencia también en este proceso. Pero el planteamiento teórico es bastante simple. Londres alberga la principal maquinaria europea de atraer capitales de todo el mundo para invertirlos precisamente en Europa. El Brexit, a expensas de conocer las condiciones concretas de salida, puede generar restricciones a la actual libertad de movimiento de capitales entre el Reino Unido y el resto de países miembros de la UE, lo que complicaría la capacidad de las empresas instaladas en Londres para ejecutar ese tráfico financiero a precios competitivos.
La gestora Black Rock estima que Londres perderá 100.000 empleos en el sector financiero. Hay partido, por tanto. El banco HSBC ya ha anunciado que según sus estimaciones tendrá que trasladar fuera de la City a casi 1.000 empleados. Es más o menos la mitad de su plantilla en Londres y ya ha anticipado que prevé situar su base de operaciones de la Europa comunitaria en París. UBS, por su parte, también estudia trasladar a 300 se sus profesionales de inversión desde Londres a Madrid. Un territorio, la capital de España, especialmente atractivo en estos momentos porque oferta una fiscalidad moderada en la renta personal -el tipo marginal es idéntico al de Inglaterra, el 45%, cuatro puntos inferior a la del País Vasco- y no aplica el Impuesto de Patrimonio, que tampoco existe en el Reino Unido. Un tributo que resulta clave cuando se trata de atraer a profesionales cuyos salarios anuales tienen seis dígitos o más. Tengo para mí que ofrecer una mejor gastronomía no va a compensar el 'gap' de presión fiscal.
Las posibilidades de éxito para el País Vasco son pequeñas en esta batalla por atraer los 'satélites' que se desprendan del planeta Londres. Razones de centralidad, de entorno financiero y también de comunicaciones áreas juegan en contra. La fiscalidad es una rémora añadida, probablemente un muro insalvable. Pero también es cierto que los partidos, para perderlos, hay que jugarlos. Igual, con un poco de suerte, hasta los responsables de la Administración sacan conclusiones para acotar mejor las razones por las que el País Vasco, en algunas cosas, no es competitivo.