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Mario Fernández, a su salida del Palacio de Justicia de Bilbao tras declarar por el 'caso Kutxabank'.

La juez del 'caso Kutxabank' trata de descender hasta el último detalle

Las decisiones que ha adoptado indican que no quiere dejar cabos sueltos y que prescinde de los golpes de efecto

Manu Alvarez

Lunes, 4 de mayo 2015, 01:07

La titular del juzgado de instrucción número 4 de Bilbao que instruye las diligencias previas del caso Kutxabank parece decidida a hacer un trabajo de máximo detalle. Como quien no quiere que se escape nada, que no haya cabos sueltos, antes de tomar la decisión que le corresponde. Proponer la apertura de juicio oral si cree que hay indicios suficientes de culpabilidad o archivar la causa si no los encuentra o no pueden probarse. Desde que la magistrada Ana Isabel Álvarez recibió la denuncia trasladada por la Fiscalía ha hecho un trabajo de escultura con cincel, poco a poco, tratando de no romper nada, pero intentando llegar hasta el último detalle para conseguir que la figura final sea nítida. Cuando tome la decisión, algunos estarán conformes con la misma y otros no, pero todo apunta a que nadie podrá decir que ha trabajado poco en la causa o que ha dejado por el camino aspectos sustanciales.

Como ya es conocido, el asunto nace tras una denuncia del banco vasco contra su expresidente, Mario Fernández, al que acusó sin rodeos de haber utilizado su poder para enchufar al exdelegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, pagándole 5.700 euros mensuales durante casi tres años. Para ser exactos, la irregularidad argumentada no era el enchufe que tire la primera piedra el alto directivo de empresa, pública o privada, que jamás haya contratado a dedo-, sino la convicción de que Cabieces cobró pero no trabajó.

La magistrada citó como primeros testigos a los tres imputados, sobre los que recae de momento la sospecha de que hayan podido cometer los delitos de administración desleal o de forma alternativa el de apropiación indebida- y falsedad en documento mercantil. A partir de ahí abrió un turno para escuchar a las personas que en algún momento de esos tres años han tenido alguna conexión con el caso. Además del responsable de Recursos Humanos del banco y del director de auditoría, autor de un informe muy contundente en sus expresiones pero en el que se echan en falta evidencias rigurosas la supuesta prueba de que Cabieces no trabajó se basa en una conversación de pasillo entre dos personas, de tan sólo unos minutos, que databa de principios de 2012 y que ha quedado 'deslavada' en la fase testifical-, la jueza ha citado a declarar a dos directores generales del banco y a la consejera María Victoria Mendia. Esta última, que fue nombrada consejera del banco a propuesta del PNV, es presidenta de la comisión de auditoría esta disciplina ha sido precisamente su ocupación profesional en la firma PwC y más tarde como independiente- y fue la única persona que tuvo acceso al informe elaborado internamente y que sirvió de base para la acusación.

La magistrada también ha dejado claro que una cosa es la búsqueda de la verdad judicial probar lo que se pueda probar- y otra el folclore adicional que suele producirse en casos mediáticos como éste, en el que las instituciones o las personas implicadas se mueven en el terreno de la política o en sus aledaños. Quizá por ello ha denegado, por ejemplo, la petición realizada por la acción popular ejercida por un grupo de sindicatos y organizaciones sociales que lidera LAB- para que comparezca como testigo el exconsejero de Economía del Gobierno vasco en la etapa de Patxi López y actual vocal del consejo de administración de Kutxabank, Carlos Aguirre.

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