Zaldibar da inicio a sus fiestas de invierno con un txupinazo a medio gas el día después de entrar en zona roja

El municipio de Zaldibar, que ayer jueves saltó a zona roja con 262,73 positivos por 100.000 habitantes, ha mantenido en pie sus fiestas de 'San Andrés' y a las 19.00 horas, con poco más de medio centenar de vecinos, la mayoría niños y niñas, lanzó el txupinazo anunciador de las fiestas de invierno. Son las primera fiestas que se celebran en la comarca tras la llegada del coronavirus hace más de año y medio.

Emociones contrapuestas entre los asistentes, que se toparon de bruces, en el último minuto, con el anuncio de la suspensión de los cabezudos y el lanzamiento de caramelos previsto tras el txupinazo. «Para hacerlo a medias mejor no hacer nada y suspender las fiestas como han hecho en otros pueblos como Eibar, pero aquí somos así, entramos en rojo y seguimos adelante, así que en el puente estaremos todos confinados», apuntaba Ana.

Entre el público, en su mayoría con mascarilla, había opiniones para todos los gustos. Un grupo de madres comentaba que por qué no celebrar fiestas en un pueblo como Zaldibar, que no supera los 3.000 habitantes, si se están organizando «conciertos en el BEC, partidos de fútbol, misas...». «Estoy convencida que un viernes por la tarde como es hoy en la plaza Nueva de Bilbao, hay más gente que aquí», afirmaba. Para esta vecina que prefería mantener su anonimato «mientras se respeten las medidas de seguridad, ¿por qué no?», apuntaba, eso sí, con una FP2. Su hija de tres años, estaba entusiasmada por ver cabezudos, ya que «después de año y medio de pandemia, ni siquiera sabe qué son».

La cita empezó puntual, tras la intervención de la concejala de cultura Izaskun Zurikarai anunciado a las pregoneras de esta edición, las gimnastas Nerea Gómez y Olaia Onandia, del club de gimnasia rítmica Olazarmendi, y Lidia Cañete, campeona de España veterana de Tiro con Arco recurvo del club de Zaldibar. Hablaron de deporte y de unas fiestas seguras para todas y animaran el frío ambiente con un 'gora San Andresak'.

Tras el aurresku, el lanzamiento del txupinazo que alegró a las decenas de menores que se quedaron con las ganas de caramelos y algo de jaleo. Mientras los adultos se quedaron fríos como el tiempo. Los más optimistas, agradecieron las medidas de última hora. «No es tiempo de celebrar, se puede esperar, pero creo que todo esto es reflejo de una mala organización». Otros, a la contra, decía que «de nada sirve quitar las chuches a los niños si hay conciertos en el gaztetxe, dj en el campo de fútbol y, en dos horas, con cuatro vinos, esto va a ser un desmadre». El tiempo lo dirá.

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