«El ornitorrinco es la joya de la exposición y en el almacén tenemos cosas especiales por sacar a la luz»

El malacólogo Enrike Huerta se desvive con entusiasmo por mantener en plena ebullición la galería que ha diseñado con mucho mimo y dedicación

- Acaban de inaugurar una nueva exposición, ¿en qué consiste?

- La nueva exposición temporal que acabamos de inaugurar nos muestra piezas de la fauna marina. Se trata de una colaboración con la asociación AMBAR de Plentzia, que se dedica a dar asistencia a cetáceos y otros animales marinos como delfines, ballenas o tortugas marinas. De hecho, aquí tenemos expuestos esqueletos de focas, cráneos de tortugas y varias piezas, como costillas o barbas de ballenas.

- De entre las 45.000 piezas que ha recopilado, sentirá especial admiración por algunas de ellas. ¿Con cuáles se queda?

- No es fácil, pero si tengo que decir uno no lo dudo: el ornitorrinco, la joya de la exposición. Cualquier museo de ciencias naturales desearía poder disponer de uno de los más curiosos y raros especímenes de la naturaleza. Es tan raro que, aun siendo mamífero, tiene pico de pato, cola de castor, cuerpo y patas de nutria y es el único mamífero venenoso. Entre mis preferidos también se encuentra el oso hormiguero enano, que tiene una piel suavísima, pero ese no está expuesto. La verdad es que en el almacén tenemos muchas cosas especiales todavía por sacar a la luz.

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