Un incendio arrasa el caserío en el que reside la alcaldesa de Elorrio

El incendio se ha declarado alrededor de las tres menos cuarto de la tarde. En ese momento, según relataron algunos vecinos, no había nadie en el domicilio donde residen la alcaldesa, sus dos hijas y su pareja. Ha sido este último, al regresar, quien se ha encontrado la casa ardiendo. Además de avisar a los servicios de emergencia, ha acudido en busca de ayuda a la casa más cercana, desde donde han largado una manguera de jardín en un vano intento de mantener a raya el fuego. «Quieres hacer algo, porque se está quemando delante de tus ojos, pero no puedes. Es una imagen que se nos va a quedar grabada para siempre», comentaban los vecinos que trataron de prestar ayuda.

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Para cuando han llegado los Bomberos, el fuego había alcanzado ya unas dimensiones estremecedoras. Salían grandes llamaradas del tejado y por las ventanas se veía también cómo ardía el interior. «Es que lo ha cogido todo en cinco minutos o menos. En un cuarto de hora ya estaba todo quemado. Salía mucho humo negro, igual que de una fundición, y la casa ardía como gasolina», describe otro vecino de la parte alta de Arauneta, una zona en la que no hay más de media docena de viviendas dispersas.

Al lugar han acudido las dotaciones de los parques de Iurreta y Basauri, un total de dieciocho personas, que han afrontado la difícil tarea de frenar el avance de las llamas por el edificio. «Cuando hemos llegado, ya había un fuego desarrollado. Se ha ido hundiendo y hemos priorizado salvar la otra vivienda», explicó el oficial al mando. La propia alcaldesa, según relataron los vecinos, pidió a los Bomberos que centrasen sus esfuerzos en proteger la otra mitad del caserío. «Tiene daños en la cubierta y también por el agua que hemos echado, pero se podrá mantener bien», estimaron los Bomberos en una primera valoración. En cambio, la parte correspondiente a la alcaldesa ha quedado en un estado ruinoso, un hueco oscuro con unas vigas ennegrecidas por encima. A las seis de la tarde, los Bomberos seguían mangueando desde lo alto de una escala articulada y también desde el suelo, para evitar que el fuego se reavivase. Al lugar se han desplazado también efectivos de la Ertzaintza y la Policía Municipal y una ambulancia de Osakidetza que ha tenido que atender a una persona por inhalación de humo, sin que su situación revistiese gravedad.

Los propios Bomberos no ocultaban su asombro ante la velocidad a la que el fuego había destrozado el edificio. «De día, como la detección de este tipo de fuegos es más precoz, no suelen resultar tan destructivos», manifestaba uno de los participantes en las tareas de extinción, que fueron presenciadas por la propia alcaldesa desde la propiedad vecina. «Era un caserío nuevo», lamentan los vecinos: según sus cálculos, la familia llevaba residiendo en él poco más de un año.