«Estamos hartos de que se sucedan los robos y nadie mueva un dedo»
Hosteleros y comerciantes de Zaldibar se movilizan y recogen firmas para exigir que se incremente la vigilancia policial ante la oleada de robos en sus negocios
MANUELA Díaz
Martes, 7 de diciembre 2021
Adelina Mitrea, del bar Talka, está viviendo un auténtico calvario. En apenas tres semanas ha sufrido un robo y dos intentos fallidos en los que los asaltantes le han destrozado, cada vez, el acceso trasero a su establecimiento, que comenzó a regentar en septiembre. Le han robado dinero en efectivo, reventado la máquina tragaperras y hasta se han llevado la recaudación de la cesta de Navidad. Pero su caso no es el único en Zaldibar. Los vecinos hablan de una oleada de delitos que en dos meses se ha saldado con ocho robos.
Para exigir mayor seguridad, el sábado convocaron una concentración frente al Ayuntamiento y esta semana comenzarán a recoger firmas en comercios y establecimientos hosteleros. Piden que se incremente la vigilancia policial en la zona, sobre todo a las noches, y confían en que esto sirva para volver a sentirse seguros. Zaldibar, como otros muchos municipios pequeños de Bizkaia, no cuenta con Policía Local.
A escasos metros del Talka, Tamara Pascual, bajó la persiana el sábado del Izukari para exigir mayor seguridad. «No me han robado, pero me puede tocar y desde luego no me quedaré con los brazos cruzados». Admite sentir miedo cuando sale o se dirige al bar. «Te levantas con miedo, pensando en si te habrán entrado o no y con qué te vas a encontrar».
Asegura que no se trata solo de un problema exclusivo de comerciantes y hosteleros, sino de todos los vecinos. Es más, durante los dos últimos meses asegura se han producido ocho robos en unos garajes en las inmediaciones del campo de fútbol, en coches, en una panadería, el bar Talka, en la Bodegilla e incluso a una mujer le robaron la cadena del cuello a plena luz del día con el método del tirón. «Se acercaron para preguntarle una calle, le dieron un abrazo y la quitaron la cadena», explica.
Iluminación escasa
«Estamos hartos», lamenta Tamara. «Es una vergüenza que se estén sucediendo los robos y que nadie mueva un dedo, lo único que se ha hecho es arreglar la farola de la calle del Talka que lleva años rota justo después del último intento de robo», comenta. La escasa iluminación también es objeto de crítica. «A partir de las once ya no ves a nadie en la calle y eso unido a que apenas se ve y de los casos de robos que oyes, te produce una sensación de inseguridad», apunta Alfredo del Rincón de Paula.
En el caso de Adelina cuando se produjo el robo, el día 26 de noviembre, se disponía a entrar en su bar a las 5.15 horas cuando vio algo de luz y ruidos. «Eché a correr, fui a la carretera y como pude llamé a la Ertzaintza», recuerda. Aunque no tardaron en llegar, los dos individuos que estaban dentro, tal y como grabaron las cámaras del local, ya habían huido. Seis días después volvían a intentarlo, aunque en esta ocasión el ruido alertó a una vecina, que no dudó en llamar a la Policía Autónoma. Al cierre de esta edición, el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco aún no había facilitado las denuncias registradas.
El mismo día que robaron en el Talka, el 26 de noviembre, entraron en La Bodeguilla, pero no se llevaron nada, y unas semanas antes lo intentaron en la peluquería Irantxu. «Se ve gente con furgonetas merodeando por el pueblo y tenemos miedo», apuntó esta peluquera que ha avisado en dos ocasiones al escuchar ruidos bajo su casa cuando intentaban robar en el Talka. Si bien reconoce que nunca ha tenido miedo de pasear sola y de noche por Zaldibar, ahora siente inseguridad cuando cierra a las siete.