Con cero contagios por coronavirus, Mañaria e Izurtza suspenden sus fiestas
El sábado la tradicional rogativa a Urkiola solo mantendrá la misa de media mañana
manuela díaz
Martes, 11 de agosto 2020
Los municipios de Mañaria e Izurtza, con cero contagios, han decidido suspender sus fiestas patronales, ante la evolución de la pandemia. Se trata de municipios de menos de 1.000 habitantes, con una población bastante envejecida y a los que la 'nueva normalidad' ha incrementado de manera considerable el número de visitantes que buscan «naturaleza libre de coronavirus».
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En el caso de Mañaria, cuyas fiestas se iban a concentrar este sábado, día de Andra Mari, con diversas actividades, han quedado anuladas para evitar «la llegada de gente de fuera y que el ambiente festivo se prorrogara a la noche en las tabernas», ha explicado la alcaldesa, Ainara Otxotorena. «Este año, por el bien de todos, no habrá fiestas», ha afirmado.
El sábado, tras la misa estaba prevista una actividad con bicis para menores y por la tarde, además de tiro al plato, habían contratado un acto cultural. «Visto cómo está evolucionando el coronavirus, lo mejor es suspenderlo y así lo ha entendido la Comisión de Fiestas», ha admitido la regidora de EH Bildu.
Otxotorena reconoce que desde que se decretara el fin del confinamiento, el municipio se ha visto cada fin de semana invadido por familias de todos los rincones de Euskadi. Procedentes de Vitoria, a media hora en coche de esta localidad emplazada en las faldas del Parque Natural de Urkiola, de Bizkaia y Gipuzkoa y de buena parte del Duranguesado. «En julio hemos teniendo problemas serios de aparcamiento, pero parece que en agosto la gente ha salido fuera y se está calmando algo, aunque sigue habiendo bastante movimiento», ha dicho.
Este flujo de visitantes, que parecen relajarse una vez llegan al entorno rural huyendo de aceras repletas y unas estadísticas que parecen llamar a la reclusión de nuevo, también ha generado mayor vigilancia. El pasado fin de semana, «agentes de la Ertzaintza patrullaron la zona y pusieron numerosas multas por no llevar mascarilla», ha informado Otxotorena. Según la alcaldesa, «a pesar de todo lo que está suponiendo la Covid-19, la gente no respeta las normas» y evita ponerse el cubrebocas.
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Ganas de monte
En el caso de Izurtza, este mismo sábado, la tradicional rogativa a Urkiola quedará reducida a la misa de 12. Los bailes a la salida de la eucaristía y el lunch posterior que desde hace años organiza el Ayuntamiento de la localidad, no tendrán lugar. Tampoco habrá fiestas patronales previstas para los dos primeros fines de semana de septiembre. En este caso, no tendrán que anular eventos puesto que ante la inestabilidad de la situación iban a contratarse en el último momento. Y llegados a este punto, la postura ha sido la misma que la tomada por el municipio vecino de Mañaria. Suspensión. Cero eventos.
Y si mientras en Mañaria las visitas se han dirigido hacia los senderos de Urkiola, el museo Hontza de Ciencias Naturales y su llamativo parque de madera infantil, en Izurtza los foráneos se han concentrado en los merenderos y las cuatro rutas que parten del aparcamiento ubicado en la trasera del frontón. «Al estar tanto tiempo encerrados, la gente ha salido con ganas de monte y naturaleza, es normal que vengan a municipios pequeños como Izurtza», ha reconocido la alcaldesa Lorea Muñoz.
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El fin del estado de alarma dio pie en la localidad a un boom de familias que colmaban los dos merenderos de la localidad anexa a Durango durante el día, y ya entrada la noche, ese mismo escenario arropaba a grupos de jóvenes llegados de Durango –en Izurtza apenas hay juventud- para hacer botellón. «Llamamos en numerosas ocasiones a la Ertzaintza, pero no daban abasto y por el día se centraban en las zonas de esparcimiento que hay en el monte», ha admitido la alcaldesa de EH Bildu. Según Ortiz, estas concentraciones han provocado malestar entre una población cuya media de edad es bastante elevada y siente «miedo» por posibles contagios.
Al margen de los problemas de suciedad, que ha solventado la Mancomunidad con la colocación de varios contenedores en el merendero más próximo al casco urbano, la explosión de las barbacoas en Izurtza, al menos, parece haberse calmado. «Siguen viniendo, pero de manera más relajada y controlada, no como al principio que se juntaban más de 20 personas de distintas familias», ha explicado Ortiz. La regidora, no obstante, no baja la guardia, y ha admitido que el buen tiempo vuelve a azuzar los botellones nocturnos, aunque en esta ocasión las patrullas de la Ertzaintza pasan de manera asidua.
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