'Zezenak Dira' con fuerte tirón
Los encierros de las fiestas de Durango son, junto a los de Otxandio, los únicos que se mantienen en territorio vizcaíno
Manuela Díaz
Domingo, 11 de octubre 2015, 01:45
Son las 7.30 horas y en plena plaza de Santa Ana de Durango varios hombres abren las puertas de un camión. Un toro nervioso asoma y arranca su recorrido por el casco histórico de la villa, mientras decenas de personas le jalean, tientan y hacen sus pinitos como recortadores. «¡Ya viene, ya viene!», se escucha. A escasos metros del morlaco, profesionales dejan suelta la cuerda que el animal tiene enganchada a un collar y que tensan en caso de peligro. Escenas como ésta eran algo habitual en Bizkaia. Sin embargo, hoy solo Durango y Otxandio mantienen las Zezenak Dira.
Esta misma mañana se ha desarrollado en Durango el primero de los cinco encierros que animarán las fiestas desde primera hora. Una tradición que se remonta a hace más de tres siglos, cuando los ilustres durangueses en celebraciones importantes «hacían sacar un toro» para el disfrute del pueblo. El Ayuntamiento de la villa llegó a tener una cuadra permanente con dos astados para ocasiones especiales.
Gipuzkoa, a la cabeza
Hace tres décadas empezó a comercializarse como espectáculo de los Sanfaustos y a extenderse a municipios de la comarca, como Berriz o Amorebieta-Etxano. El Gobierno vasco decidió entonces regular la actividad. Sin embargo, la estricta normativa de seguridad y el coste que conlleva en seguros, ambulancias, veterinario y ganadería -se sueltan cinco toros cada día- hirieron de muerte a este festejo taurino, que hoy solo se organiza en Durango y Otxandio. En Durango cerca de medio centenar de personas participan en la organización del evento, según explica el presidente del Consejo de Festejos, Iker Oceja. Y eso que ha pasado de usar buena parte del municipio a centrarse en dos calles del casco histórico y una plaza.
Según datos del Departamento de Seguridad, el número de encierros se multiplica en Álava o Gipuzkoa. En territorio guipuzcoano, Aretxabaleta, Arrasate, Azpeitia, Bergara, Deba, Elgoibar, Hernani, Mutriku, Oñati y Soraluze celebran sokamuturrak, mientras que en Álava mantienen esta tradición en Moreda, Laguardia, Laudio, Labastida, Lapuebla de Labarca, Lantziego, Santa Kruz de Kanpezo y Oion.
Su pervivencia en Durango le debe mucho a Natxo Martínez, que falleció en enero de forma repentina. Fue uno de los impulsores de esta tradición en el Consejo de Festejos que lideró durante 32 años y ayer recibió un homenaje póstumo. Miembros de la Corporación colocaron una placa de bronce en la escultura de la vaquilla y el corredor ubicada junto a Santa Ana por la que tanto lidió. Al acto, además de su viuda, hijos y hermanos, asistieron la exdiputada foral Pilar Ardanza y la alcaldesa, Aitziber Irigoras. Esta última recordó el carácter festivo del exconcejal y amigo. «Quiero pensar que estará organizando un Zezenak Dira allí donde esté. Y que lo hará con su gran amigo Mundus. Eso sí, que agarren bien la soga, que buenos son», bromeó.
El toro es uno de los pilares del programa festivo de Durango. Junto a las Zezenak Dira, que se desarrollarán entre hoy y el martes y los días 17 y 18, se organiza un encierro txiki con unas carretillas que simulan ser morlacos. Una plaza portátil acogerá espectáculos de recortadores y actividades para entretener a los más pequeños, como partidos de fútbol con vaquillas.