Durango, Amurrio y Tolosa recuperan el mercado de los baserritarras
Ayuntamientos como Bilbao, donde hay una feria los sábados, no han decidido aún si autorizar esta actividad
El mercado agrícola de Amurrio regresa a la calle el viernes y en Durango el sábado, el mismo día que en Tolosa se celebrará una feria extraordinaria de productos de caserío. Sobre otros, como el que tiene lugar en Bilbao también los sábados, aún no hay una decisión tomada, después de que el Gobierno vasco haya derogado la prohibición de apertura por la crisis del coronavirus. El Ayuntamiento de la capital vizcaína está en conversaciones con los organizadores para saber si están interesados en mantenerlo. Además, tiene abierta otra vía de comunicación con el Ejecutivo autónomo. Este mercado no se celebra en un recinto cerrado sino al aire libre, en los tinglados del Arenal.
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Amurrio, Durango y Tolosa son tres de las primeras localidades de Euskadi que levantan la cuarentena a los baserritarras que tradicionalmente venden el fruto de su trabajo en la calle -los consistorios tienen la última palabra para autorizar o no la actividad-. Lo harán bajo unas estrictas pautas de seguridad. Los puestos deberán estar separados por una vía de tránsito de cuatro metros y con una distancia mínima de otros seis entre ellos. En cada uno habrá un máximo de dos vendedores y la clientela deberá contar con guantes desechables y gel desinfectante, así como guardar al menos dos metros de separación si hay colas. Tampoco podrán tocar los productos y agentes de la autoridad evitarán los corrillos.
En las últimas semanas, los productores han realizado la distribución de los alimentos -pan casero, hortalizas frescas y en coservas, embutidos de cerdo, queso de oveja, zumo y pastel vasco- puerta a puerta y vía WhatsApp. Otros han incentivado la venta 'online' para salvar sus negocios. Pero, con la suspensión de los mercados por parte de la gran mayoría de los ayuntamientos cuando se decretó el estado de alarma, las ventas han disminuido de manera drástica. «Si en una semana normal despachaba cien quesos, ahora saco 20», señala Sabin Aranburu, que elabora queso de Idiazabal en Muxika.
Como este pastor, los baserritarras que tienen en la venta directa su único canal de comercialización llevan semanas clamando por las repercusiones económicas de la emergencia sanitaria. Ni la tierra ni los animales entienden de virus ni crisis de salud. Ambos necesitan los mismos cuidados pase lo que pase en el mundo. «Y si no hay ingresos...».
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