La Diputación cambia los eucaliptos y pinos por robledales en 200 hectáreas
La Unión Europea cosufragará con 3,4 millones recuperar «el equilibrio forestal» con la creació de bosques atlánticos
Hace tres siglos, Bizkaia era un vergel. Robledales, encinares, hayedos o avellanales dominaban el paisaje vizcaíno, que quedó deforestado por completo a finales del siglo ... XIX, con la llegada de la industrialización. El pino radiata de California llegó para cambiarlo todo. La primera plantación masiva se realizó en 1898. El siglo pasado se extendió por doquier. Enfermedades como la banda marrón despertaron el interés de los forestalistas en el eucalipto, aunque una moratoria foral prohibió desde 2022 más plantaciones de esta especie hasta finales del próximo año. Aun así, ambos árboles copan el 60% de la masa boscosa del territorio porque son variedades de rápido crecimiento, pero que también consumen mucha agua y empobrecen el suelo.
La Diputación quiere revertir la situación y propiciar otro modelo, al menos en los montes de titularidad pública. En 2021 se embarcó en la compra de parcelas para repoblarlas con especies autóctonas. Se hizo con 21 terrenos y un total de 550 hectáreas en 14 municipios como Alonsotegi, Barakaldo, Busturia, Dima, Iurreta, Markina-Xemein, Mendata y Zeberio. «Se seleccionaron con criterios ambientales y por su colindancia con montes públicos» con el objetivo de convertirlas en bosques atlánticos y «conformar también un equilibrio territorial en su distribución por el territorio», explicaron desde el departamento de Medio Natural y Agricultura. A esta operación, que culminará con la compra de otras cuatro parcelas para llegar así a las 697,39 hectáreas, se la denomina 'Proyecto Roble', un plan de reforestación en el que la Diputación pretende extender al menos hasta 2027 con un presupuesto de 8,4 millones, de los que 3,37 están sufragados por la UE a través del Programa Feder.
Se han replantado más de 100.000 nuevos árboles: la mayoría robles, pero también abedules, fresnos, hayas, castaños...
Hasta ahora, 209 hectáreas antes cultivadas con pino y eucalipto se han reconvertido en bosque atlántico. Son cerca de dos kilómetros cuadrados, pero es solo el comienzo. Entre los años 2021 y 2022 se repoblaron 123 en 9 municipios y en lo que va de año, se ha hecho lo propio en otras 86. De momento, se han invertido 3,95 millones en el proyecto, de los que 800.000 euros se han inyectado este mismo año. Por ahora, se han sembrado más de 100.000 árboles de especies autóctonas en los municipios de Arrieta, Alonsotegi, Barakaldo, Mallabia, Busturia, Gueñes, Mendata, Iurreta o Zeberio. Más del 70% eran robles del país y el resto pertenecían a especies acompañantes como fresnos, cerezos, espinos, castaños, abedules, hayas o arces.
Biodiversidad
Además de la compra de terrenos particulares para aumentar la superficie de montes de titularidad foral y reconvertirlos en masas de frondosas autóctonas mixtas para que «se pueda disfrutar de un paisaje más diverso y un territorio donde la gestión de los recursos forestales y la conservación y mejora de la biodiversidad de nuestros bosques sean compatibles», la Diputación también está restaurando montes públicos. Tiene previsto eliminará el eucalipto de un total de 116 hectáreas en plantaciones forales en Bakio, Bermeo y Laukiz, en las que se dejará paso a robles, hayas, fresnos o abedules. Estas especies, además de abastecer de madera, setas o plantas de valor medicinal, tienen sustanciosos beneficios en la conservación y mejora de la calidad del suelo, son sumideros naturales de carbono y propician la biodiversidad. Merced a ambos proyectos de restauración se incorporarán 813,49 hectáreas de frondosas autóctonas al patrimonio natural vizcaíno.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión