«Estaba con él y veía que se estaba muriendo», explica una enfermera que atendió al herido grave en una discoteca de Bilbao

«Le tomaba el pulso para ver si seguía vivo o entraba en parada mientras llegaba la ambulancia», explica la enfermera que le atendió

Domingo, 28 de septiembre 2025

Un hombre de 35 años, vecino de Leioa, permanece ingresado en estado grave con un traumatismo craneoencefálico en la unidad de Reanimación del hospital de ... Cruces tras ser agredido en el transcurso de una pelea ocurrida en una discoteca de Bilbao. El presunto agresor, de 36 años y conocido de la Policía, fue detenido en su domicilio poco después de los hechos.

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Este suceso cierra una semana negra de violencia en la capital vizcaína, con un crimen, un intento de homicidio y varios apuñalamientos. La riña se inició sobre las tres y media de la madrugada en el interior de la sala Moma, una de las más populares de la ciudad, situada en la calle Rodríguez Arias.

«Yo estaba con mis amigas y, de repente, escuchamos un ruido fuerte. Vimos, según entras junto a los reservados, a un chico que se había desplomado. No he sabido que había sido agredido hasta que he leído la noticia». Quien habla es una enfermera que atendió al herido hasta que llegó la ambulancia. «Una amiga me dijo 'vete a ver'. Corpulento, con la respiración fuerte propia de estos casos, estaba inconsciente y sangraba de la cabeza. Presentaba una brecha y una hemorragia nasal. En la boca no sé porque la tenía cubierta de sangre», explica la sanitaria.

El hombre sufrió un traumatismo craneoencefálico, con una herida abierta y una gran hemorragia. La enfermera desconoce cómo pudo producirse la herida. Se investiga si fue provocada por el puñetazo asestado por el agresor, por algún objeto o si se la causó al caer a plomo. La enfermera y una joven médica le tomaban el pulso para comprobar que seguía vivo mientras esperaban la llegada de la ambulancia. «No se podía hacer nada más que esperar. Me quedé junto a él por si entraba en parada y había que reanimarle», cuenta la joven, que se declara «impactada», pese a estar acostumbrada a tratar a pacientes en un hospital vizcaíno.

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Lo que más le llamó la atención fue que «la gente siguió bailando, pese a que el chico estaba en el suelo sangrando y rodeado. Algunos grababan con el móvil. No apagaron la música y desalojaron hasta tiempo después. El personal de la discoteca estaba pasado. Yo, que estaba con él, veía que se estaba muriendo». Confía en que el hombre «pueda salir del coma, que el hematoma haya drenado y pueda recuperarse sin secuelas». Otra persona resultó herida en la cara por el impacto de un cristal roto durante la trifulca. También fue atendida.

Detención negociada

Como siempre en estos casos, la espera se hizo larga. Cuando llegaron los sanitarios de una ambulancia le trasladaron de urgencia al hospital de Cruces, donde quedó ingresado. Ayer despertó, aunque su estado seguía siendo grave. Cuando la enfermera y sus amigas salían del local «la calle estaba cortada, había mucha Policía y dos ambulancias».

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Una patrulla de la Ertzaintza llegó al lugar y, en colaboración con agentes de la Policía Municipal de Bilbao, identificaron al presunto agresor, que se había marchado, gracias a las imágenes de las cámaras de videovigilancia y al testimonio de varios testigos.

Los agentes le conocían por actuaciones anteriores y por su relación familiar con el líder de una banda juvenil muy activa. Sabían dónde vivía, por lo que la Inspección de Refuerzo Táctico (IRT), la unidad canina de la Policía local, preparó un dispositivo en el barrio de Betolaza. Los agentes negociaron la entrega con un familiar y con él mismo, aunque al final intentó huir. Pertrechados con cascos y otro material antidisturbios, los policías procedieron a la detención del sospechoso, que fue acusado de un delito de lesiones. El arrestado fue trasladado a la comisaría de la Ertzaintza, que se encarga de la investigación.

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