«La txapela es el premio a muchos años de trabajo»

La noche del domingo fue larga para Oinatz Bengoetxea. «Tenía mucho que celebrar», señaló. Y lo hizo con cerca de 160 allegados y aficionados en las escuelas de Leitza. El navarro se quitó la espina que tenía clavada desde 2012 en la anterior final del Cuatro y Medio frente a Olaizola II, y pudo descansar tranquilo. El título de la jaula supone «el premio a muchos años de trabajo», destacó. «Han pasado ocho desde que gané la anterior txapela individual en el Manomanista y, aunque desde entonces siempre he jugado a tope, ha sido imposible que cosechara un título en solitario por el gran nivel de los rivales», manifestó.

Sin embargo, el «gran campeonato» que ha firmado este año lo ha hecho posible. Empezó bien contra Olaizola II, pero no pudo ganarle «porque cuenta con un nivel terrible y supo aprovechar sus oportunidades para rematarme», recordó. Los encuentros ante Retegi BI y Ezkurdia los sacó adelante con más autoridad de la prevista, mientras que las semifinales y la final se las llevó por la mínima y restando el último tanto. «He hecho las cosas muy bien pero también he tenido una pizca de suerte. He sufrido mucho física y mentalmente, y también hay que estar ahí para que te acompañe», destacó.

El desgaste fue mayúsculo, sobre todo en la final, pero la experiencia acumulada jugó a su favor. «Estaba muy cansado y al límite, si el último tanto se llega a alargar no podía dar muchos más pelotazos», afirmó. Bengoetxea reconoce que con una final como la que disputó contra el de Amezketa la sensación que se le queda después de ganarla es mejor. «Es cierto que Altuna III igual jugó más que yo porque no estuve a gusto en algunas fases de la contienda, pero le hice daño con el saque y esa fue una de las claves», añade.

Tengo sitio

La txapela del acotado le ha permitido entrar en el selecto grupo de siete pelotaris que ostentan los tres títulos. «Es un honor estar a la altura de pelotaris con semejante talla», enfatizó. Finaliza contrato el próximo mes de abril con Asegarce y todavía no ha comenzado la conversaciones para la renovación. Sin embargo, no cree que este título sirva de revulsivo a la hora de negociar la ampliación de su vinculación con la promotora bilbaína. «Todavía creo que tengo sitio en el profesionalismo y espero que todo discurra con normalidad», destacó.

No había realizado promesa especial alguna si ganaba el Cuatro y Medio, por lo que se conforma con la celebración del domingo por la noche con los suyos. Tampoco tendrá mucho tiempo para más cosas porque el Parejas está a la vuelta de la esquina. Su zaguero será el vizcaíno Larunbe, un recién llegado a la competición, «con el que me llevo muy bien. Es un joven con mucha proyección. Espero que podamos compenetrarnos bien porque es el momento de juego lo que marca el campeonato y no el nombre de las parejas», concluyó.