Patxi Martínez Gorostiza celebra su llegada con los brazos en alto.
Bilbao Triathlon

«Edu, José Luis y Jose me ayudaron desde el cielo a terminar»

El atleta Patxi Martínez Gorostiza, que cambió de ruta 500 metros antes de que tres de sus compañeros ciclistas falleciesen arrollados en Oliva por una conductora ebria y drogada, les rinde un homenaje en Bilbao

Hizkuntze Zarandona

Domingo, 21 de mayo 2017, 15:44

Patxi Martínez Gorostiza terminó el sábado el VII Bilbao Triathlon en 5 horas 19 minutos y 34 segundos, más de una hora después del flamante campeón Gustavo Rodríguez. Pero en esta historia, el tiempo es lo de menos. Este deportista hace dos semanas que perdió a tres amigos en la carretera. Una joven que conducía bajo los efectos del alcohol y las drogas arrolló a seis ciclistas en Oliva (Valencia). Edu, José Luis y Jose murieron, Andrés y Scott continúan ingresados y Jaime Escortell salvó la vida de milagro. Patxi había salido esa mañana con ellos, pero 500 metros antes del brutal atropello, él y otro compañero decidieron darse la vuelta. Era el Día de la Madre y querían llegar antes a casa para estar con los hijos y sus parejas.

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Trece días después de producirse la tragedia, Martínez Gorostiza ha querido rendirles un homenaje «a los que ya no están y a los que siguen peleando por salvar su vida». Qué mejor sitio que en Bilbao, su ciudad, que abandonó a los 18 años para irse a tierras valencianas. Y qué mejor que haciendo deporte y sobre las dos ruedas, actividad que sus amigos tanto amaban. Sabía que iba a ser duro. Acabar un 'half' -1,9 km a nado, 90 en bici y 21 de carrera a pie- no está al alcance de cualquiera, pero la rabia, la superación y el sufrimiento le encaminaron hasta la línea de meta.

«Estas dos semanas han sido muy duras, pero yo lo tenía que hacer. Se lo debo a ellos. Tengo el cuerpo tensionado y muy mal, pero sé que ellos desde allí arriba -señala al cielo- me han ayudado a conseguirlo y terminarlo», cuenta un día después de realizar su gesta. El segmento ciclista, con las dos subidas al Vivero, fue el tramo que más cuesta arriba se le hizo de todo el recorrido: «Ahí es donde más recuerdos me vinieron a la cabeza porque siempre estaba en bici con ellos. Era, es, nuestra pasión».

Al llegar a la alfombra roja de El Arenal, se puso el mono de Edu, uno de los fallecidos. «Fue muy emocionante. Mientras yo recorría los últimos metros antes de cruzar la meta, el speaker iba explicando toda la historia». La gente le regaló una ovación. A Patxi.

Y a Edu, José Luis, Jose y a todos los ciclistas que han perdido la vida en las carreteras. Al cruzar la meta, las lágrimas brotaban de sus ojos. Espero a otro amigo, Rubén Castelló, y se fundieron en un abrazo. «Nunca olvidaré este día», recuerda muy emocionado.

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