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Pereira (i) y Cisneros posan tras un entrenamiento.
Dos espadas para cinco aros
Polideportivo

Dos espadas para cinco aros

El samurái negro Yulen Pereira aporta el 'flow' y Alejandra Cisneros la perseverancia para intentar que la esgrima española regrese a los Juegos Olímpicos

Javier Bragado

Sábado, 16 de abril 2016, 00:45

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No desfilan muchas espadas españolas entre las mejores del mundo. En el deporte que, según algunas teorías, inventaron los habitantes de habla castellana, los mejores combatientes dejaron de originarse en la península ibérica mucho tiempo antes. El último flamante campeón del mundo fue Manuel Pereira, en 1989, «el primero desde el siglo XV», bromeó entonces un directivo. Debido a a la sequía, la Federación Española de Esgrima ha intentado sembrar entre los más jóvenes porque el relevo no ha sido consistente.

Paradójicamente quien más se ha acercado a la estrella fugaz de la centuria ha sido el hijo del espadachín pionero: Yulen, número 1 del mundo júnior en 2015. «Me dijo: 'Chaval, tú vas a hacer espada y no hay otra'; 'No, que yo...'; 'Espada y espada'», recuerda el tirador sobre las conversaciones de su niñez. Con un estoque de gomaespuma en la mano desde los cinco años y con una inyección genética atlética de su madre cubana se engendró el proyecto. La fórmula se redondeó cuando su padre le apartó de las canastas en la adolescencia y le encaminó a los duelos.

Actualmente, Yulen Pereira es el mejor espadachín español del ranking internacional absoluto y las aspiraciones juveniles ya son pasado. Altivo, presumido y confiado, digno representante de su generación, se desenvuelve como un centro de atracción de la esgrima moderna. Aporta los músculos, la mente y el corazón al 'flow', ese concepto clave del mundo del rap que engloba la particular cadencia, mezcla de ritmos y filosofía del estilo musical. «Hay que fluir, tener 'flow', saber adaptarse a un tirador fuerte, a un tirador rápido, a un tirador más alto. Esa es la clave. Si siempre haces lo mismo y no sabes fluir, estás perdido», reflexiona el tirador que escucha música latina y hip hop que le haga activarse para preparar sus asaltos. Muestra de su personalidad, se ha bautizado a sí mismo como 'Black samurai' (el samurái negro) para combinar la imagen de su tez tostada y su deporte. «Por supuesto, mejor que espadachín», remarca sobre una marca personal que estampa en su ropa y se extiende con éxito en las redes sociales.

Durante el combate, el aire distendido se expulsa porque el arma de 350 kilogramos en la mano obliga aunque los accidentes son extremadamente inusuales. La máscara protectora resiste un impacto de hasta 1.600 newton -un karateca necesita un golpe de 500 newton para romper una tabla y al menos 2.500 para un ladrillo de hormigón-, lo que demuestra que el duelo con espadas es una cuestión seria. Al encarar a un oponente el 'samurái negro' transforma el joven bailarín en una criatura que engarza la tradición con su particular personalidad. «Yulen es un tirador muy creativo, que tiene una esgrima que puede sorprender mucho a sus adversarios. No es esperada. Tiene unas condiciones atléticas bastante buenas. Tiene un sentido del ritmo y del tiempo muy bueno y eso es una ventaja. Es bastante cerebral, inteligente, cambia sus reacciones en momento determinados y eso es muy bueno para un tirador de esgrima», radiografía Ángel Fernández, director técnico de la Federación Española de Esgrima.

Una tiradora perseverante

Pereira se siente con un toque diferente. Es un muchacho de 20 años que bromea sobre su coquetería con sus compañeros de entrenamiento. Casi una veintena de hombres proyectan el blanco ancestral de sus uniformes sobre las paredes rojas y verdes en la antigua nave reconvertida en el barrio madrileño de La Ventilla -antaño zona de cruce de armas blancas sin honor ni reglas-. Sólo hay una mujer entre los tiradores. Una figura adaptada al medio. Es Alejandra Cisneros, espadachina por persistencia sin pedigrí familiar en la esgrima, deportista de alto nivel tardía y novata a sus 25 años. «El año pasado fue mi primer Europeo y Mundial. Realmente soy una pipiola», reconoce la madrileña del antaño olvidado barrio de Pinar de Chamartín. Optar por una plaza olímpica le ha costado entrenamientos, torneos y una buena cantidad de euros recaudados hasta con clases para niños en fiestas de cumpleaños. «Después de la Olimpiada de 2008 me dije: 'Quiero competir, quiero ser buena'. Con la crisis no hubo nada para nosotras... Hace un año decidimos invertir nosotras y si hago algo será por mí y por todas mis compañeras», aclara la deportista sobre el esfuerzo de las escasas tiradoras.

Como Yulen Pereira, Cisneros cuenta con una única oportunidad para clasificarse para Río 2016 en Praga. Competirá por una sola plaza, una tarea casi imposible para alguien que habitualmente no suele acceder a la fase con las 32 mejores de los grandes torneos aunque se coló un torneo de alto nivel con las mejores del mundo en la Copa del Mundo de Barcelona. El nivel será elevado, con la subcampeona olímpica de Londres en combate. «Me pilla un poco de sopetón, pero también estamos hablando de la espada, que puede pasar de todo. Ellas tienen mucho que perder yo mucho que ganar», avisa una enamorada del deporte que estudió INEF.

Las dudas han aflorado en los últimos tiempos y por eso recibe los consejos y ánimos de sus compañeros de entrenamiento, como el gigante José Luis Abajo 'Pirri', único medallista olímpico de esgrima español (bronce en Pekín 2008). «Me pongo nerviosa cuando pienso que si gano voy a las Olimpiadas. Mejor es no pensarlo porque ya te rayas. Por experiencia pasada, es como estudiar la noche anterior, que ya no sirve de nada», justifica mientras el detallista Yulen Pereira añade un punto más de atención a las preocupaciones de la primeriza al señalar la ligera diferencia de blancos entre el pantalón y la chaqueta de su compañera.

En cambio, para el samurái negro no hay más vacilaciones que sus desafíos. «He soñado, hablo de ello, pienso, trabajo para ello. Es la misión. No vale segundo o tercero; hay que ir a ganar. El que gana, va. El que no gana, no va. No hay otra forma», dispara. Más allá de la confianza en sí mismo, dispone de consejos de un campeón del mundo en casa (Manuel Pereira es uno de los preparadores de la selección española), de la experiencia de quien gana competiciones internacionales desde antes de ser adolescente y de las características adecuadas para brillar en la esgrima moderna, el deporte que su acompañante Cisneros describe como «jugar al ajedrez corriendo vestidos de astronautas».

Yulen combatirá este sábado; Alejandra, el domingo. Quieren que la esgrima española no quede huérfana por segundos Juegos consecutivos. También lo intentarán en el mismo fin de semana María Mariño y Carlos Llavador con el florete, mientras que Fernando Casares y Araceli Navarro empuñarán el sable. Según el ranking internacional, el reto de las espadas españolas es el más difícil de todos, pero Yulen y Alejandra sueñan con ver de cerca los cinco aros olímpicos.

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