Retiro dorado

A mediados de la semana se hizo público el divorcio amistoso entre Siarhei Rutenka y el Barcelona. Ha durado seis temporadas y pico y la ruptura se debe fundamentalmente al deseo del jugador de marcharse a Qatar y firmar el contrato de su vida. Ya se le había comunicado desde el cuerpo técnico que este año su cuota de protagonismo sería mínima, por lo que el lateral lanzó varios anzuelos al mercado y picó el del Golfo Pérsico. Una magnífica noticia para un tipo de 34 años que ha colmado todas sus aspiraciones deportivas y en cuyas vitrinas ya no cabe ni un alfiler y menos un título. Él tendrá una ficha estratosférica y los jeques otra figura de talla mundial que engrandecerá su colección de compras VIP. Otro Rolls-Royce en el garaje. Así que las tres partes salen ganando y, además, el cañonero pondrá el broche de oro a su carrera en un país que hace nada acogió un Mundial y compuso su selección basándose en nacionalizaciones masivas y contratando a algunos de los mejores técnicos del planeta, como el español Valero Rivera.

El Barcelona emitió el martes un comunicado en el que anunció la marcha de Rutenka y ayer colgó un vídeo para homenajear a su ya exjugador. El club explicó que ambas partes llegaron a un acuerdo para rescindir el contrato que les unía hasta el 30 de junio de 2016 y expresó su gratitud por los servicios prestados de uno de los grandes cañoneros del panorama europeo. Como es lógico, los blaugrana no desvelaron el próximo acomodo del lateral y se limitaron a desearle suerte en su "nueva etapa profesional", que se desarrollará en Qatar. Todavía no hay nada oficial, pero todo indica que el exazulgrana militará en las filas del Lekhwiya, que le habría hecho una oferta mareante. El dinero no es problema para los jeques, que hasta hace nada tenían a Michael Laudrup en el banquillo de su equipo de fútbol. Al danés no le gustaron algunos detalles de su nuevo contrato había que renovar y dejó el club en junio.

Tres pasaportes

Rutenka siempre me ha parecido un tipo interesante. No solo por su enorme calidad sobre el parqué, que también, sino porque acumulaba nacionalidades como niños cromos en las puertas del colegio. Nació en Minsk, capital de Bielorrusia, y empezó jugando con las selecciones inferiores de su país. Luego se hizo esloveno defendió los colores del Velenje y Celje entre 2000 y 2005 y participó en varios eventos internacionales bajo la bandera de este combinado balcánico. En 2005 firmó por el desaparecido Ciudad Real y dos años más tarde obtuvo el pasaporte español. Lo hizo por carta de naturaleza y a punto estuvo de enfundarse la camiseta de los Hispanos en 2008, de cara a los Juegos de Pekín, pero la IHF y el COI desestimaron la solicitud de la Federación porque entendieron que no había transcurrido suficiente tiempo tras su último concurso con Eslovenia. Finalmente apostó Bielorrusia y representó a su país de nacimiento en el Mundial de Qatar.

El lateral acumula más de 40 títulos en sus vitrinas, entre ellos seis Copas de Europa: una con el Celje, tres con el Ciudad Real y dos con el Barcelona. Suma más de una decena de ligas eslovena y española y un sinfín de reconocimientos individuales. Marcó una época con el Ciudad Real, donde permaneció cuatro temporadas, que tuvo que venderle a su principal rival por sus graves problemas económicos. El Barça pagó unos 800.000 euros por el bielorruso y le firmó una de las fichas más altas del club. Con los blaugrana conquistó 25 trofeos y ahora dice adiós a la que ha sido su casa durante más de seis años. Jicha y Jallouz le han cerrado el camino, y así se lo ha hecho saber su entrenador. Se le agradeció, y entonces llegaron a un acuerdo. El club se ahorra su elevada ficha y él sale libre para firmar el contrato de su vida en Qatar, donde el dinero hace milagros. Un retiro dorado que disfrutará este guerrero curtido en cientos de batallas, un poderoso lateral que incluso llegó a jugar de pivote. Lo que le echen, porque calidad le sobra.