«Un entrenador me salvó de morir en un campo con 15 años»

Cuéntelos.

El primero fue un golpe en la sién, que caí y me golpeé con el suelo. Era un partido entre la Peña Sport y el Tudelano. Fue el día que cumplí 15 años.

¿Corrió peligro su vida?

Sí, sí. Estuve inconsciente y se me paró el corazón unos segundos. Mi entrenador, Agustín Mena, me sacó la lengua y me salvó la vida porque no había nadie con conocimientos médicos. Tengo una excelente relación con él. Su hijo es uno de mis mejores amigos y él es como mi segundo padre. Es tal cual, me salvó la vida.

¿Y el segundo susto del que hablaba?

También cuando estaba en la Peña Sport. Un golpe en el riñón que me llevé en un campo y me tuvo un mes en casa con un traumatismo de riñón de segundo grado. Fue un choque y me clavé mi codo. Siempre digo que me he hecho el delantero que soy por esos accidentes. Desde entonces voy con mucho menos miedo. Me fortalecí para evitar salir perdiendo en los choques.

¿No pensó que había llegado el momento de dejarlo?

Sí. Lo pensé, pero la Peña Sport era convenido del Athletic y me llevaron a entrenar y a jugar torneos con el Athletic, pero no salió la cosa y me fui todo desilusionado para Calahorra. Jugué en el juvenil y de allí me subieron al calahorra de Tercera. Con 16-17 años metí 15 goles. Me fui bien y tuve ofertas, pero no me convencían y me quedé otro año. Marqué 20 goles.

Y va al Logroñés. ¿Tuvo más ofertas?

Del Zaragoza B y del Basconia. El Logroñés, en Segunda B, me quería a prueba. Arriesgué y me salió bien. Metí 11 goles, un tercio de los que logró el equipo.

Y a la tercera, la vencida. Ficha por el Bilbao Athletic en 2013.

Sí. Por fin. Llegó en el mejor momento, cuando más fuerte era física y mentalmente.

El Athletic pagó 50.000 euros de traspaso por usted. ¿Le presionó?

No lo tenía en la cabeza. Peleé mucho por ir porque el Logroñés no me dejaba. Me llamaron del Real Madrid para fichar por C, que estaba en Segunda B. Osasuna y Zaragoza cuando se enteraron de que me quería el Athletic me empezaron a llamar, pero tenía claro que quería jugar en el Bilbao Athletic. De hecho, en febrero ya tenía firmado.

La primera temporada en el filial fue su mejor año.

Hice siete goles. Está bastante bien porque solo jugué diez partidos de titular. Los números son buenos. Jugaba Guillermo. Estaba con el primer equipo y bajaba. Eso te va quemando un poco. Es lo que más me decepcionó, que peleaba y cuando jugaba lo hacía bien. Jugar ganándomelo no llegué a tenerlo en los dos años que estuve en el Bilbao Athletic, aunque se portaron muy bien conmigo para ayudarme en la adaptación. Llegué a tener quince partidos seguidos con la esperanza de jugar y no lo hacía. Era hostión tras hostión, pero no dejé de trabajar en ningún momento y estoy orgulloso de lo que hice. Se marchó Guillermo y subieron a Williams del Basconia y jugó él. El primer partido que jugó marcamos los dos. Él a asistencia mía, pero en el siguiente partido fuímos a Las Palmas y me quedé fuera. Fue un hundimiento total. No creo que Ziganda haya sido injusto. Al final son apuestas por jugadores que formas y yo era nuevo. Me quedo tranquilo porque cuando salí lo hice bien.

¿Veía que Williams iba a llegar tan lejos?

Un día estaba lesionado de menisco en el Basconia y todos los delanteros estaban marcando, Guillermo, Villalibre, yo... Me dijo: 'Cuando vuelva me va a costar hacerme con el sitio'. Pues bien, regresó y se puso a marcar y no paró de crecer. Es un tío mentalmente fuerte y no se rinde.

¿Por qué sale en enero de 2015 hacia el Barakaldo?

La segunda campaña era clave. La primera había sido de adaptación y en esa me había propuesto marcar goles. Empecé bien en pretemporada. Me veía titular. Padecí una lesión fastidiosa en el tobillo. Se me separaban la tibia y el peroné y anduve a rastras con el tema. Me vino el Barakaldo y dudé hasta el último momento, cuando tomé la decisión. Me iba para demostrar el nivel que podía dar en el Athletic, en donde aprendí muchísimo.

¿Cómo valora su paso por el Barakaldo?

Di el nivel, aunque creo que podía haber dado más. Me faltaron pretemporada y ritmo de juego. Pasé de no jugar nada a jugar todo y lo acusé físicamente. Estuve genial.

El Barakaldo quería renovarle, pero no siguió. ¿Por qué?

Para quedarme en Segunda B era mi primera opción, pero quería dar el salto y firmar un contrato más largo. Estuve esperando a Carlos Terrazas con el Mirandés, pero no salió a última hora. Osasuna me ofreció un año como tercer delantero. Cuando estaba a punto de firmar por el Barakaldo para renovar, me llamaron del Lugo para ofrecerme tres años. Mejor imposible. La condición es que jugara un año cedido en el Somozas, que está a 45 minutos de Lugo, donde vivo, y en el que estamos cinco cedidos del Lugo.

¿Satisfecho en el Somozas?

Me va muy bien. Es un club muy familiar y humilde. Me costó porque en doce meses he estado en cuatro equipos, Bilbao Athletic, Barakaldo, pretemporada con el Lugo y Somozas. Hasta la novena jornada no empecé a jugar. Llevo siete goles, que es una buena cifra para una vuelta y más en un equipo modesto en el que no hacemos muchas ocasiones. Al principio es un poco bajón deportivo, pero luego hay que mirarlo con los ojos que son realmente, que no es un paso para atrás, sino para seguir creciendo. Me siento importante para el equipo y me gusta marcar goles de valor y que valen puntos. Los dos próximos años soy jugador del primer equipo del Lugo.