Jonás salva a las 'urracas'
El argentino, recuperado de un cáncer de testículos, marca y asiste en la agónica victoria por la permanencia del Newcastle frente al West Ham
Igor Barcia
Martes, 26 de mayo 2015, 01:14
No había mejor resolución para el drama que sobrevoló Saint James Park en la jornada final de la Premier. El Newcastle, después de una segunda vuelta catastrófica, necesitaba un triunfo ante West Ham, para evitar el descenso y condenar al Hull City al descenso. Y quien mejor que Jonás Gutiérrez para disfrazarse de héroe y con una asistencia y un gol redondear el 2-0 que dio la permanencia a las urracas y provocó el delirio de los más de 50.000 aficionados.
El fútbol español recuerda al argentino, que brilló en las categorías inferiores de Vélez, por su paso por el Mallorca entre 2005 y 2008, donde jugó 96 partidos. Su última temporada le sirvió para dar el salto a la Premier y fichar por el Newcastle, donde ha jugado desde entonces, salvo una cesión al Norwich. Todo iba bien para el argentino hasta que el pasado año recibió un sonoro golpe: un cáncer testicular. Jonás tuvo que dejar el fútbol y centrarse en su recuperación, hasta que a finales del pasado año, hizo su reaparición en un partido con el equipo sub21.
Pero el gran momento para él llegó el 4 de marzo pasado, 50.000 personas se pusieron de pie y lo ovacionaron en el estadio de Newcastle en su regreso a la Premier League, después de un año y medio de inactividad. Arriba, en las tribunas del St. James Park estaba su círculo íntimo: su padre Ricardo, su madre Mónica, su hermana Eugenia y Federico Volinsky, su mejor amigo de la infancia. En aquel encuentro, cuando entró a los 25 minutos del segundo tiempo en el terreno de juego, recibió el homenaje de su compañero y amigo Fabricio Coloccini, quien le dio el brazalete de capitán. "Me sorprendió, fue un gesto del Colo, que prácticamente es parte de mi familia por la gran relación que tenemos", comentó.
Sin embargo, el fútbol todavía le reservaba una alegría más. Este fin de semana, las urracas se jugaban la vida ante su público. El Newcastle corría riesgo de descanso ante el West Ham. Pero allí estaba Jonás para realizar el último servicio a su club, puesto que finaliza contrato. "Más allá del gol y de la asistencia, estoy muy feliz porque se consiguió el objetivo de la salvación. Esta ciudad y este club no se merecen estar en Segunda División, una categoría muy dura y competitiva, donde jugué con Newcastle pero que no es su lugar. Fue muy lindo este final, pero no me gustó llegar a la última fecha de la Premier en esta situación", contó después del partido. Enseguida añadió que "en lo personal fue algo soñado, como una película. Después de todo lo que pasé en el último año se me juntaron todas esas vivencias. No tengo palabras para describir todas las sensaciones que tengo en este momento. Era mi último partido y quería despedirme así de los fans de Newcastle, terminar de la mejor manera. En mis siete años acá siempre me demostraron su cariño. Desde que llegué y cuando surgió mi problema de cáncer se portaron de mil conmigo. Después de lo que fue mi enfermedad y el tratamiento por ese cáncer, disfrutó mucho del momento. Todo lo tomo como una segunda oportunidad. No sé que me deparará el destino, por ahora sólo estoy disfrutando esta inolvidable despedida".
Fue el fin perfecto a un año caótico a orillas del Tyne. En realidad, desde que el club lo compró el empresario millonario Mike Ashley, las cosas apenas han funcionado en un club siempre con aspiraciones europeas y que ha corrido el riesgo de revivir el drama del descenso de 2009, casualmente en pugna con el mismo rival -el Hull City- que esta campaña. Desde el inicio de campaña, la afición de Saint James Park estuvo de uñas con el entrenador Alan Pardew, a quienes criticaban por el juego y los resultados del equipo. Pero lo cierto es que el Newcastle terminó la primera vuelta en mitad de la tabla, con 26 puntos y diez por encima del descenso.
Sin embargo, en un movimiento de técnicos que llevó a Pardew al Crystal Palace, las urracas dieron las riendas del club a John Carver, técnico interino destinado a completar la campaña. En la jornada 27, el club todavía aparecía por la zona media, con 35 puntos y 13 sobre la barrera del descenso. Pero a partir de ahí, se encadenó la peor racha de derrotas del club -8- y la amenaza del descenso se convirtió en real pese al empate con el WBA a falta de dos partidos. La penúltima jornada volvieron a perder, y sólo el milagro de Jonás arregló las cosas para un Newcastle que necesita hacer borrón y cuenta nueva de cara al futuro. "No pienso vender el club hasta que logremos un título", aseguró Ashley con el deseo de tranquilizar a su descorazonada afición. Menos mal que para salvar los muebles estaba todavía un argentino con ilusiones renovadas...