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Parc Lescure fue rebautizado en 2001 como Chaban Delmas.
FÚTBOL INTERNACIONAL

Adieu Lescure

Burdeos despidió el sábado su emblemático campo, que reemplaza por uno de 42.000 plazas y sede de la Euro'2016

Igor Barcia

Martes, 12 de mayo 2015, 00:13

Burdeos y la Ligue 1 despidieron el sábado uno de los campos más clásicos del país vecino. El Girondins compitió -y ganó- por última vez en Parc Lescure (rebautizado en 2001 como Chaban Delmas) en mitad de un ambiente espectacular, mezcla de jornada festiva y enorme tristeza por abandonar un escenario con una personalidad muy marcada gracias a su arquitectura. En la última jornada de Ligue 1 frente al Montpellier, el club estrenará el Stade de Bordeaux, a las afueras de la ciudad, con 42.000 plazas y destinado a albergar encuentros de la Euro'2016, pero la emotividad de los aficionados quedó destinada para la despedida del pasado sábado, en un derbi del Atlántico contra el Nantes (2-1).

No es fácil reemplazar a un campo en el que se ha escrito la historia de un club. Y menos cuando ha tenido unas características tan propias, para bien y para mal. Su creación arrancó en 1933, cuando el alcalde Adrien Marquet encargó a los arquitectos Raoul Jourde et Jacques D'Welles un nuevo campo para club 'marine et blanc'. Lo más llamativo es que se levantó siguiendo los estilos arquitectónicos que imperaban en Burdeos en esa época, que era el estilo 'art-déco'. Por eso, el estadio que vio la luz en 1938 era algo más, un complejo deportivo con diferentes edificios y un campo de fútbol con velódromo, que además contaba con elementos artísticos destacados como los mosaicos de cerámica de René Buthaud, y detalles como el arco de entrada, el obelisco o el hecho de ser el primer estadio totalmente cubierto y sin columnas.

El Girondins siempre se mostró orgulloso de su campo, pero con el paso de los años llegaron los problemas. En la gran reforma de 1986 se eliminó el velódromo, con lo cual las plazas que se ganaron tenían el problema de que eran descubiertas, porque las viejas cubiertas no se prolongaron, lo mismo que cuando para el Mundial de 1998 se reformó su interior por completo, no se pudo tocar la estructura. Ese se convirtió en el gran caballo de batalla y en la creciente idea de construir un nuevo campo para poder evolucionar. Chaban Delmas se considera 'Patrimonio del Siglo XX', y aunque no cuenta con una protección expresa, supondría un gran problema a nivel mediático tirar abajo una obra arquitectónica con tanto carácter.

Por eso, la Eurocopa del año que viene se convirtió en la excusa perfecta para que Burdeos contara con un nuevo campo, con todas las necesidades actuales. Una vez levantado, solo quedaba despedir al viejo campo, con harto dolor para los aficionados, que no ven con buenos ojos dejar un estadio urbano para tener que irse al norte de la ciudad. Por esas casualidades de la vida el calendario deparó un derbi contra el Nantes, por lo que aumentaba si cabe la necesidad de victoria del Bordeaux, que apura sus opciones europeas desde la sexta plaza. La fiesta duró todo el día, con actos previos en el centro de la ciudad, marcha de aficionados, y un recinto lleno (32.000 espectadores) desde una hora antes del encuentro. Los ultras protagonizaron la fiesta con un mosaico en las cuatro tribunas, un tifo de banderas, homenajes a leyendas y celebración final por todo lo alto después del 2-1.

Diego Rolán pasó a la historia como el autor del último gol en Lescure, donde un vídeo recordó que allí jugaron Alain Giresse, Jean Tigana, Marius Tresor, Bernard Lacombe, Patrick Battiston, Pauleta, Zinedine Zidane, Bixente Lizarazu, Dugarry, Sylvain Wiltord, Lilian Laslandes o Yoann Gourcuff, entre otros muchos, y que fue sede de dos mundiales, el de 1938 y el de 1999, y de una final de la Copa de la UEFA frente al Bayern (1996). Tras la fiesta musical postpartido, Lescure cerró sus puertas de forma definitiva para el fútbol. El rugby, con el Bordeaux Beagles en el Top 14, será su inquilino habitual hasta que el Ayuntamiento decida qué hacer con el estadio.

Bundesliga, clásicos en apuros

Con el título decidido hace tiempo en favor del Bayern, el interés de la Bundesliga se centra en esta recta final en la lucha por la permanencia. Seis equipos aparecen en cuatro puntos de diferencia a falta de dos jornadas. Y entre ellos, dos campeones de Liga y uno de ellos campeón de Europa, como son el Sttutgart y Hamburgo. Ambos se encuentran en una lucha a la que, por desgracia para ellos, se están acostumbrando en los últimos tiempos, cuando siempre han sido clubes destinados a pelear por otras metas. Pero este año, junto a Hertha, Friburgo, Paderborn y Hannover, están implicados en la lucha por la salvación. Dos descienden y uno promociona, y la próxima jornada anuncia un dramático Stuttgart-Hamburgo.

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