Denuncian que las vías de escalada en La Galea amenazan a especies protegidas
El Ayuntamiento de Getxo las desmantelará para evitar la afección a la época de cría de cernícalos, mochuelos y un roquero solitario
txema izagirre
Jueves, 15 de abril 2021, 01:28
Aficionados a la escalada han abierto seis vías en los acantilados de La Galea que ponen en peligro la reproducción de especies protegidas de aves. « ... El Ayuntamiento de Getxo las desmantelará por vía de urgencia si la Diputación, que tiene las competencias, no procede a hacerlo», indicaron fuentes municipales. Todo ha sucedido después de que la reducción de la movilidad territorial haya impedido a deportistas de esta especialidad desplazarse a otras comunidades. Eso ha intensificado la práctica en Bizkaia, poniendo en peligro en algunos casos tanto la fauna como la flora de estos espacios inaccesibles para el resto de la población.
Las vías abiertas en el acantilado getxotarra se descubrieron cuando se realizaba el censo anual de las «aves indicadoras de costa», como se les llama, según detalla Xabier Buenetxea, técnico naturalista y ornitólogo responsable de realizar esos recuentos anuales en el municipio.
Las cordadas están colocadas en la zona de Tunelboka. «Una de las vías abiertas pasa por delante de un nido de cernícalo y otra por delante de otro de mochuelo». Según este especialista también pueden afectar a otro nido de mochuelo cercano y a un roquero solitario, «un pájaro de color azul celeste muy complicado de encontrar en Bizkaia». De hecho, es la única pareja que se ha constatado que anida entre La Galea y Astondo (Gorliz). Todas son aves protegidas que se reproducen en un entorno protegido, pero los daños se extienden también a la flora, a la vegetación típica de acantilado. Entre las especies afectadas están «la 'armenia marítima', clavel de playas, hinojo marítimo o Crithmum maritimun o la oruga de mar», entre otras.
Los daños constatados en este punto coinciden con la reducción de movilidad en la provincia, a causa de la pandemia. Eso ha llevado a algunos aficionados a esta especialidad a intentar abrir nuevas rutas por lugares intactos hasta ahora. En el caso de Getxo causan un daño a especies que pronto estarán en época de cría. «Es grave. Cuando ocurren estas cosas los pájaros bien deciden no anidar en la zona o si tienen la apuesta realizada, deciden no alimentar a sus polluelos», comenta este especialista.
Buenetxea asegura que ahora tienen por delante una labor de análisis para buscar si hay más vías abiertas para desmontarlas antes de que arranque la época de anidación. Para eliminar las vías existentes tienen que recurrir a especialistas que bajan haciendo rapel al objeto de retirar los elementos de sujeción y los tramos de cuerdas que estos aficionados introducen en el acantilado, a veces usando elementos químicos. «Si no las desmantelamos, dejarán de criar y este año perderíamos los nidos», se lamenta Buenetxea.
Deportistas han creado nuevas rutas en las paredes a la raíz de las restricciones de movilidad
confinamiento
«No lo podemos permitir»
El responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Getxo, Joseba Arregi, recalca que la práctica de la escalada en ese punto «no es adecuada, ni la podemos permitir. Confiamos en que sea un hecho puntual», justifica, antes de añadir que «esto sucede al no poder salir fuera a practicar este deporte».
Todo ha ocurrido cerca de una zona natural protegida en la que el Ayuntamiento de Getxo ha puesto en marcha un proyecto para mejorar el hábitat de estas y otras aves. Al constatar sus descensos de población, se lanzó un plan de conservación del brezal atlántico. Para hacerse una idea de la escasez, hay cuatro parejas de cernícalos anidando en los acantilados y seis de mochuelos tras conseguir el aumento de sus poblaciones. Toda la zona de brezo está vallada para protegerla de los cientos de personas y ciclistas que pasan a diario los días de buen tiempo. Recuperar el hábitat de parte de ese tramo costero ha supuesto «incrementar el número de pollos que saca adelante el halcón peregrino» o «mejorar entre un 30% y 40% la población del cernícalo».
Los escaladores federados no comparten crear nuevas rutas en los acantilados. «Abrir seis vías en La Galea no va a ningún lado y hacen daño a un entorno muy frágil. Si afectan a cuatro nidos o más, no había que montarlas. Están fuera de lugar». Mikel Alonso es un técnico forestal que practica esta especialidad desde hace años y pide que sea la Diputación la que emita las prohibiciones de escalar por estas zonas, «como hace en Ogoño o en Urkiola», pone como ejemplos. Y requiere a la institución foral mejorar las zonas naturales y los montes con vegetación autóctona, «porque todo esto de la recuperación natural es una cadena muy compleja en la que hay que empezar a trabajar ya».
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