El Defensor del Pueblo pide poner coto al ruido de eventos en el entorno del Arenal

No se trata tanto de problemas vinculados al ocio nocturno -como los que denuncian los vecinos de Abando, y sobre los que Gabilondo pidió explicaciones al Consistorio recientemente-, sino del ajetreo constante. Mercados, actuaciones infantiles, teatros callejeros, conciertos, ferias... y cada vez más manifestaciones que finalizan en la plaza del Arriaga. La intervención del Defensor del Pueblo, a través de varias cartas en los últimos dos años, llega después de que un vecino le pidiera amparo y le trasladara que se plantea irse a vivir a otro lugar.

«Esta Administración tiene la obligación legal de valorar la incidencia acústica que la concentración de eventos provoca en este lugar a los vecinos residentes, a fin de minimizar los ruidos para que puedan vivir en un entorno más tranquilo y menos molesto», subraya el representante de la institución estatal, que recoge que en buena parte de las citas documentadas por el afectado «se utiliza música amplificada, altavoces o megafonía».

El encargado de dirimir conflictos entre administraciones y ciudadanos cree que las «consecuencias negativas» derivadas de los «actos en la vía pública», actividades «para los ciudadanos» que Gabilondo valora «positivamente», pueden ser «minimizadas». Pero para ello, es necesario que la Administración local «ejerza sus competencias» en materia de «prevención, vigilancia y reducción de la contaminación acústica». Debe, insiste en las recomendaciones remitidas al equipo de gobierno PNV-PSE, verificar «que se cumplen los niveles y los horarios autorizados» e instar a los organizadores de las actividades «a utilizar limitadores de sonido, además de respetar los horarios o reducirlos».

Fuentes oficiales del Ejecutivo local confirman que les consta una resolución que hace referencia a las zonas de Arriaga y Arenal, pero precisan que «el Defensor del Pueblo da por cerradas las actuaciones». Pero lo ha hecho, según un escrito del propio Gabilondo, porque «no ha sido posible una resolución de la Administración adecuada» a sus propuestas.

En las recomendaciones a las que se refiere, emplaza a que los técnicos municipales realicen «mediciones y controles» durante la celebración de «actos y espectáculos», ejerciendo una supervisión «eficaz» del ruido. Y emplaza a elaborar un estudio, en mayor profundidad, que valore «la incidencia acústica» de los eventos que se producen «a diario en las zonas de Arriaga y Arenal, estudio que deberá realizarse durante un lapso de tiempo suficiente y en el momento más desfavorable» para determinar si la «densidad e intensidad sonora» pueden llegar a «alterar la calidad de la vida de los vecinos y adoptar medidas para minimizarlas».