¿Cuándo hay que empezar a aprender música?
No debemos ser como el obsesivo y borracho padre de Beethoven, aunque si decidimos que nuestro hijo estudie música hay que implicarse un poco
Isabel Ibáñez
Jueves, 18 de junio 2015, 00:29
"Beethoven (1770-1827) sintió desde muy pequeño una evidente disposición hacia la música -se dice que a los 5 años su mayor placer era tocar el clave sentado en las rodillas de su padre-, por lo cual éste empezó enseguida a instruirlo. De tal modo que a los 8 años ya le hacía tocar en público para ganar algo, abrigando sin duda la esperanza de convertirlo en un segundo Mozart (1756-1791), niño prodigio admirado y mimado por doquier. Pero la severidad con que su padre le impuso el aprendizaje de la música -cuando no se hallaba contento con sus progresos solía encerrarlo en el sótano- estuvo a punto de hacérsela aborrecer". Así describe el crítico musical Ángel Carrascosa Almazán en su biografía del genial compositor cómo transcurrió parte de la infancia de éste. La desgraciada niñez de Beethoven se vio agravada por el alcoholismo de su progenitor, "que, a menudo, al volver de sus andanzas por las tabernas de madrugada, levantaba al niño de la cama para hacerle practicar el clave". Por si esto fuera poco, en una ocasión en que el niño estaba improvisando con el instrumento, capacidad siempre admirable, "entró su padre y le gritó: '¿Qué basura es eso que tocas? Sabes que no lo soporto, toca siguiendo la partitura. De lo contrario, tus manipulaciones te estropearán'". En su libro , Carrascosa, recoge además otro detalle importante; cuando el músico Christian Gottlob Neefe (1748-1798) publicó en la revista Magazin der Musik este comentario sobre Beethoven: "Es un niño de 11 años con un talento muy prometedor (...) Sin duda se convertirá en un segundo Mozart si prosigue como ha comenzado". El caso es que Beethoven no tenía entonces 11 años, sino 13, un error debido a que su padre le había quitado dos años para poder explotarlo mejor como niño prodigio, obsesionado como estaba con Mozart. De hecho, hasta bien entrada la madurez, Beethoven se creyó más joven de lo que era por este motivo. Un músico que llegó a lo que era en parte gracias y a pesar de su progenitor.
Puede que el lector se haya visto reconocido en algunas de las facetas de Johann, el padre de Beethoven, aunque de manera más comedida, claro. Es de agradecer que en los últimos tiempos (y pese a los intentos del ministro Wert por degradar la música en el currículo de la LOMCE) haya una tendencia a que los niños estudien música, y no sólo por el hecho de poseer este conocimiento en sí y de disfrutarlo en un futuro, sino por eso que dicen de que la música ayuda en el aprendizaje de otras disciplinas, que hace más inteligente al ser humano Y también por darle al niño una oportunidad que quizá no tuvieron los padres o que, aún teniéndola, acabaron por rechazarla, abrumados por sistemas de enseñanza de otras épocas. Son muchos los que se preguntan hoy a qué edad deben empezar sus hijos a estudiar música con el temor de que les pase algo similar a su experiencia con el Solfeo de los Solfeos y la Teoría musical. ¿Es mejor cuanto antes, en edades muy tempranas? ¿Acaso si se les introduce demasiado pronto se pueden aburrir y acabar por aborrecerla? ¿Y qué pasa si se empieza demasiado tarde?
Juncal Lozano es la directora de la Escuela Municipal de Música de Bilbao, Bilbao Musika. Mi madre, con 4 o 5 años, me compró un pianito de cola de color amarillo, muy chiquitín, y ahí me enseñó a tocar la Marcha de San Ignacio con un dedo, recuerda ella. A partir de aquello, empezó sus clases de solfeo y piano y sacó su titulación, iniciándose como maestra en clases particulares con la ayuda de otra profesora y amiga, Cristina Amezua, que muchos bilbaínos y bilbaínas recordarán como la persona que les enseñó a amar la música. Hasta que, a mediados de los 90, comenzó a hacer sustituciones para la Escuela municipal, donde acabó trabajando. Antes había más disciplina de estudio, más respeto, aunque faltaba dar a la improvisación la importancia que merece. Hoy, por el contrario, hay más de eso, pero la música hay que estudiarla. Si antes con el piano tenías que estar tres horas, también hay que estarlas hoy. Es cierto que en aquella época mucha gente acabó odiando la música, cuando tenías que tocar doce estudios de Bertini y otros doce de Czerny en el primer curso de piano, y antes tenías que haber hecho tres años de solfeo. Ahora con 8 años coges el instrumento y el solfeo a la vez. Los niños de ahora no tienen que ver con los de antes, si a la primera no sale... Los padres dicen: No quiero que mi hijo se aburra, tienen miedo a eso.
Explica Juncal Lozano que los niños más pequeños, a partir de los 2 años pueden ir tomando contacto con la música en las diferentes academias privadas que ofrecen el nivel 1. Nosotros no lo tenemos, aquí empiezan los niños con 8 años. Es interesante que comiencen de pequeños, en estas academias, porque se van impregnando de música, de sentimientos que ahora uno no detecta pero luego sí, van explorando los distintos instrumentos... Ahora bien, hay que decir a los padres que no pasa nada si los niños no han ido antes a este tipo de clases; con 4 años puede estar bien empezar a acercarse a este mundo de ese modo, aunque técnicamente no se nota la diferencia entre los que nos llegan de estas academias y los que empiezan desde cero a los 8 años con nosotros. Señala la experta que en la actualidad hay que tener más claro que antes que quieres estudiar música si lo que deseas es meterte en serio en el Conservatorio. Pero en la escuela llevamos otro ritmo más adaptado a las necesidades de cada uno. Y, luego, si quieren, les podemos preparar para que cursen grado medio en el Conservatorio. Aunque de 1.800 alumnos que tenemos, solo van unos 8 ó 10.
Una vez decidido que queremos que el niño estudie música, hay que implicarse un poco. Juncal Lozano reconoce que a veces puede ser duro: Llegas a casa, estás cansado y tienes que estar con ellos todos los días al menos un ratito, hablándoles de la música o diciendo ¡Qué bonito eso que estás tocando, qué bien te sale!. Que vean que los padres sienten importante lo que ellos están haciendo. Yo tengo una sobrina que toca la trompeta y agradece que yo esté allí presente mientras estudia una hora. Y el estudio es un esfuerzo necesario. Puede que al final te lleves dos años de discusiones para que estudie y luego lo deja, ya, pero es que si no estudias no avanzas, y si no avanzas no te motivas Es complicado el estudio de la música. Además de acompañarles al menos un rato en el estudio, la directora de Bilbao Musika recomienda lo más básico: ponerles mucha música y de todo tipo; cuentos musicales como Peer Gynt o Pedro y el Lobo, llevarles a la Ópera txiki de la ABAO en el Arriaga, a los conciertos didácticos que ofrecen las orquestas Por cierto, ¿es verdad eso de que algunos nacen sin oído? Con todos los años que llevo en esto, cada vez me atrevo menos a decirlo, porque los alumnos te sorprenden, todo se puede arreglar, corregir. Al que, como se dice, no tiene oído se le puede enseñar a aprender música igualmente y disfrutar de ella.
En esta misma onda se expresa Mónica Resano, directora de la academia bilbaína Muzzik (www.muzzik.es). ¿Duro de oído? Nada de eso, es el método de enseñanza el que puede haber fallado. No es cierto que todo el mundo tenga que nacer con talento, eso se puede aprender. Es típico ver a un niño en la escuela con sus habilidades atrofiadas, aquello de éste no vale para esto, y es un rror. Lo único que tenemos al nacer es la capacidad de adaptarnos a una u otra cosa. Algunos necesitarán más tiempo y otros menos. Hay que tratar a cada niño según sus necesidades. Muzzik es una de esas academias de las que hablaba Lozano, adonde llevar a los niños desde temprana edad para que empiecen a vivir la música y donde pueden seguir aprendiendo conforme van creciendo. Aquí comenzamos con talleres desde los 3 años trabajando la psicomotricidad, la audición, la expresión Cantamos, hacemos teatro, frases binarias la dificultad va en función de la edad.
La profesora y pianista explica que para el aprendizaje del piano, aparte del método tradicional, utilizan el Suzuki, impartido por ella misma y enfocado al instrumento, y donde cuanto antes empiecen mucho mejor. El principio es educar el talento, no tanto formar superinstrumentistas sino desarrollar las capacidades auditivas, la escucha Todos estos campos luego sirven para cualquier otro, incluso las matemáticas, porque se trabaja la memoria. ¿El papel de los padres? Cuando los niños son muy pequeños, están presentes en la clase. Aprenden por la escucha y la imitación, pero luego, el trabajo en casa no lo pueden hacer solos. El padre o la madre están en clase precisamente para hacerlo en casa. Evidentemente, no todos los niños son iguales, y el nivel de concentración no llega a superar los diez minutos en esas edades tempranas: Nosotros respetamos el desarrollo del niño según su edad, y la concentración depende también de cada uno, algunos son muy activos y otros menos, así que se trabaja individualmente con cada uno y también la relación profesor-niño-padre, aunque este último no interviene, está de observador".
En opinión de Resano, hay mucha gente ansiosa y con mucha prisa porque los hijos aprendan, pero destaca que se trata de un trabajo de crear habilidades, de escuchar mucha música en casa. De encaminar bien al niño y no forzarle. Eso sí, cuando tienen muchos deberes de la escuela todo el mundo da por hecho que han de hacerlos, y con la música pasa lo mismo. Luego en casa, cuando han superado un nivel, lo ven como un triunfo, se ven capaces, si un niño ve que supera niveles se anima, él mismo se va motivando. Al principio pueden decir qué difícil, pero luego te sueltan ahora es genial. Están motivados y seguros de sí mismos. Claro que si todo el mundo pasa de todo Cuanto antes empiecen los críos, mejor, está claro, pero tiene que haber un interés real por parte de los padres.
El pianista y director del Jazz Cultural Theatre of Bilbao (jazzculturalbilbao.com), Joshua Edelman, considera que los niños deberían aprender música desde antes de nacer, que sea parte de la vida igual que el lenguaje. Lo ideal es que en su entorno se haga música, porque es igual que aprender un idioma. No es mandarlo a clase, lo aprende solo si lo oye, si lo vive. Sucede con la lectura, si no lees, si no te ven leer nunca, si no pones música en casa... Los niños copian lo bueno y lo malo. Edelman tiene dos hijos pequeños, gemelos, a los que ha pinchado mucha música, desde antes de nacer: clásica, jazz, Michael Jackson, chachachá, los Beatles Les he enseñado canciones sin miedo a que desafinaran, a jugar libremente con el piano, con una digitación que no era. Les he llevado a conciertos, ensayos, y empezaron a ir a clase con 4 ó 5 años. Pero también te diría que los niños que no empiezan a ir hasta los 10, los 14 o los 20 pueden ser músicos muy buenos. Hay niños que se cambian de país con 14 años y aprenden a la perfección el idioma nuevo. Y también he conocido niños que a lo mejor empiezan en música con más de 70 años y que aprenden.
Aconseja iniciar a los chavales practicando la música, no con la teoría de la música, y también con el baile, que es la expresión física de la música. Cantar, y si tienen ocasión tocar un instrumento. Que se les dé licencia para explorar y jugar con él, sin miedo a equivocarse y a la vez viendo ejemplos de gente que lo toca bien, con entrega, con placer, con pasión y expresión, para que les atraiga o les inspire. En opinión de Edelman, en el caso de la música hay que tener especial cuidado con la disciplina mal entendida, llámese obligación, reprimenda, crítica hacia la persona".
A los padres más preocupados por este tema del aprendizaje musical, el neoyorquino les diría que se quitaran un poco esa ansiedad. Aquí tenemos clases desde los 5 años, lo llamamos Jazz para niños, con piano, ritmo y movimiento e iniciación al lenguaje escrito, y trabajamos en equipo, también hacen coreografías con María Fernanda Santolaria. Hay clases para críos entre 5 y 7 años, de 7 a 9 y de 11 y 13. La música, como todo, se debe enseñar con amor, respeto y mucha sensibilidad. No todo el mundo aprende de la misma manera ni a la misma velocidad, depende del niño, de la clase, del profesor.
En estos tiempos de tablets y ordenador, aquí va un regalo; unas páginas web donde encontrar unas cuantas aplicaciones y juegos, en algunos casos gratuitos, con los que los chavales podrán ir adentrándose en el mundo de la música. Sólo hace falta explorar un poco. Ah, y no todo el mundo tiene que ser músico, como no todo el mundo ha de ser matemático.
http://www.ididactic.com/edblog/lista-de-40-app-de-musica-para-ipad/
http://www.aprendomusica.com
http://www.pdimusica.com