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El prolífico director de películas de terror, John Carpenter.

John Carpenter se pasa al krautrock

El maestro del cine de terror, autor de 'Halloween' y 'La cosa', aprovecha su retiro de las salas para publica 'Lost Themes', el disco que siempre quiso hacer

Miguel Pérez

Sábado, 7 de marzo 2015, 01:26

John Carpenter, el prolífico director de películas de terror reconvertidas en obras de culto, publica su primer disco. Sí, en efecto, el realizador neoyorquino ha aprovechado su aparente retiro de las pantallas desde que rodara 'The Ward' en 2010 para dedicarse a una de sus principales aficiones: la música.

El sello Sacred Bones Records (no podía haber otro nombre más sugestivo para el responsable de 'Halloween' o 'La cosa') acaba de lanzar 'Lost Themes', álbum de título engañoso, puesto que, aunque parece apuntar a una colección de descartes y partituras olvidadas en un cajón, recoge canciones compuestas en estos últimos años con la ayuda de su hijo Cody Carpenter, músico y excelente programador con los sintes, y su ahijado Daniel Davies. Para quienes no le conozcan, Davies es cantante y guitarrista de la banda angelina de stoner rock Year Long Disaster (acompañante habitual en las giras de Motorhead y The Velvet Revolver, con eso está todo dicho) y compositor de la BSO de 'Yo, Frankestein'. También es hijo de Dave Davies y sobrino de Ray Davies, fundadores de los Kinks.

El caso es que 'Lost Themes' es un buen disco, que hace treinta años hubiera sido catalogado dentro del krautrock, el ambiente y la música electrónica. Se le puede emparentar con Tangerine Dream y particularmente con 'Sorcerer', los trabajos personales de su líder, Edgar Froese, recientemente fallecido, la banda sonora de Mike Oldfield para 'The Killing Fields' y Vangelis. Quizá pueda sorprender a más de uno que John Carpenter se descuelgue ahora con un ábum atmosférico, pleno de sintetizadores, teclados y ramalazos guitarreros de lo más hard, pero es algo corriente en él.

El cineasta se buscó la vida en la década de los 60 como guitarrista de bandas de versiones y ya con 22 años compuso la banda sonora de uno de sus primeros cortometrajes; hábito que continuaría con posterioridad y en el que confluirían tanto su creatividad y afición musical como la escasez de presupuesto para sus filmes. En más de una ocasión, Carpenter recurrió a los pseudónimos para no llenar los créditos con su nombre en películas donde intervenía como director, guionista, compositor y montador. No es extraño que maravillase a la industria rodando obras como 'Asalto a la comisaría del distrito 13' o 'Halloween' con menos de 100.000 dolares.

BSO de sus películas

Basta repasar algunas BSO de sus filmes para encontrar parte de las claves de 'Lost Themes', en cuyo repertorio se suceden pasajes que podrían servir de fondo perfectamente a 'Christine' o 'La niebla'. Y no solo las suyas, sino aquellas partituras en las que recurrió a terceros. La primera fue La cosa, donde ya pudo disponer de un presupuesto holgado que le permitió contratar a su idolatrado Ennio Morricone. También en Fantasmas de Marte reclutó nada menos que a Anthrax, Steve Vai y Buckethead, una muestra de sus afinidades musicales que también están presentes en 'Lost Themes'.

El disco es realmente un ejemplo de música adictiva y ambientalista, con electrónica e influencias rockistas plenas, que permite generar numerosas imágenes y que el sofisticado sello radicado en Brooklyn desde 2007 se aprestó rápidamente a publicar. Sacred Bones Records, compañía culta, cool y cien por cien neoyorquina, se caracteriza por editar a artistas muy particulares que harían temblar a las radiofórmulas comerciales, caso de la banda de death rock The Hunt, Anasazi, grupo galo de metal progresivo que toma su nombre de una civilización amerindia aunque los franceses lo pillaron de un capítulo de 'Expediente X', el cineasta y músico chileno Domingo García-Huidrobo o el iconoclasta y transgresor Jim Jarmusch. Un cuadro excelente para alguien como Carpenter, que a los 67 años afirma que Lost Themes ha sido sobre todo una diversión.

No en vano, el director grabó todas las pistas en el estudio de su casa junto con su hijo y su ahijado, aprovechando los descansos para jugar a los videojuegos. Él mismo ha explicado que su propósito era recuperar todas aquellas ideas que comenzó a tener en los 80 y que nunca pudo desarrollar con la suficiente calma. «Ha sido divertido. No había presiones, ni actores preguntándome que deben hacer, ni la necesidad de salir corriendo a la sala de montaje y tampoco teníamos un límite de canciones, así que el plan era hacer mi música lo más completa posible», ha declarado Carpenter, quien define su disco como retazos de bandas sonoras de "las películas que pasan por mi imaginación".

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