El cuento de la lechera
Con el paso de los años, hay cuentos populares que, por diversas razones, dejan de funcionar. Es el caso de 'El cuento de la lechera', ... la célebre fábula de Samaniego. Hoy, la niña a la que su madre manda a vender la leche no podría soñar con invertir las ganancias de la transacción porque no hay tales ganancias. A los productores no les salen las cuentas, ya que sus gastos habituales se han visto incrementados por la subida de los precios de la electricidad y el gasoil, de los piensos y de los abonos. En el último año han cerrado 6.000 granjas lácteas y son poco más de 11.500 las que quedan en funcionamiento. La industria y la distribución sí han aumentado sus márgenes, pero a los productores les siguen pagando lo mismo: 0,32 céntimos el litro, el precio más bajo de la Unión Europea. Ahora, las principales organizaciones de productores han convocado movilizaciones en Galicia, Castilla y León, Andalucía y Cantabria porque, en resumen, están cansados. De hecho, se estima que entre 2018 y 2020 los ganaderos produjeron leche por debajo del precio de producción.
Hoy hablamos de la leche, pero mañana será de la patata, o de las naranjas, por poner unos ejemplos. Parece claro que el sistema no funciona, y si no se cambia, podríamos deducir que, salvo a los afectados, no parece nada que importe demasiado a nadie.
Sin embargo, vivimos tiempos en los que se ensalzan los productos de proximidad, los alimentos ecológicos, las producciones locales. Sorprende, precisamente por el entusiasmo con el que abrazamos estas propuestas, que vayamos a terminar -a no ser que se ofrezcan soluciones estructurales al sector primario- importando fruta y verdura y leche y pescado de lugares lejanos, es decir, contaminando un poco más aún. La Cumbre de Glasgow es una cumbre sin prados, sin huertos, sin vacas: un secarral, al parecer.
Sería terrible que, en el futuro, las granjas de leche solo habitaran los cuentos y las fábulas antiguas; eso sí, los envases en los que nos venderán los productos lácteos del mañana serán verde-ecológico o verde-sostenible, que ya nos conocemos.
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