«Es un trabajo agradecido porque cuando pescas traes un buen producto de la mar»
El patrón de Bermeo Iker Jaio junto a otros siete profesionales pone voz y rostro a la campaña 'Pescándote' para captar nuevos arrantzales
MIRARI ARTIME
Martes, 3 de enero 2023, 19:51
El patrón de Bermeo Iker Jaio lleva casi toda su vida en la mar. El Cantábrico es su oficina y el barco que dirige, el 'Koroko', su despacho. Considera que su profesión es un «trabajo agradecido, porque cuando pescas llegas contento, sabiendo que traes un buen producto de la mar para consumir en tierra». Recalca que intentan traer las capturas a puerto cuanto antes «para garantizar la calidad» de especies como el verdel. En su opinión, para los arrantzales también ha resultado muy importante la introducción de las nuevas tecnologías de cara a mejorar las condiciones laborales.
Además, Jaio considera imprescindible la apuesta del sector por las capturas sostenibles para garantizar el futuro del mar. «La sociedad valora la presencia de pescado fresco en el mercado como comida saludable», indica. De ahí que se siente orgulloso de que él o sus compañeros lo traigan a tierra.
El testimonio de este arrantzale de la villa marinera forma parte, junto al de otros siete compañeros de profesión, de la campaña 'Pescándote; un oficio que engancha' impulsada por las Organizaciones de Productores Pesqueros (OPPs) del Cantábrico, entre las que figura la vizcaína Opescaya, con la que pretenden dignificar el oficio de pescador y captar nuevos profesionales.
Entre los protagonistas que también han decidido que la mar sea su medio de vida se encuentran el cántabro Ángel López Soto, que «si volviera a nacer, volvería a ser pescador» y el del guipuzcoano Xebe Amunarriz, que no cambiaría por nada «la libertad» que le da.
Para el oficial José Ángel Valle «no hay dos días iguales» y cada jornada es diferente, mientras que en opinión de la redera y armadora gallega Carmen Chamorro se puede ganar bien la vida y «defender nuestra cultura».
Sin relevo
«Nuevas caras para dar continuidad a una profesión que mantiene viva una forma de existir que es más que un sustento; es la identidad que nos define como comunidad, una tradición y legado para las gentes del País Vasco, Cantabria y Galicia», explicaron los promotores de la iniciativa.
De esta manera, persiguen llamar la atención sobre el hecho de que la reducción de las cuotas pesqueras, las limitaciones de los caladeros y el aumento de los costes no son los únicos problemas a los que se enfrenta la flota del Cantábrico. Así, pese a sus numerosos atractivos, la falta de mano de obra profesional debido a la ausencia de relevo generacional golpea de lleno al sector hasta poner en peligro la posibilidad de salir a la mar al no poder completar las tripulaciones.
En los puertos de la comarca, el déficit de personal se ha visto cubierto con trabajadores de nacionalidad extranjera, procedentes principalmente de Senegal. Las escuelas náuticas de Ondarroa y Bermeo llenan sus aulas, pero solo el 25% de los estudiantes quiere dedicarse a la pesca.
Las OPPs ponen el foco en que la pesca es una profesión de lo más moderna, por mucho que beba de la tradición más artesanal. «Trabajar en la mar se ha convertido en una oportunidad de mirar al futuro, de frente y con seguridad. En mitad de la incertidumbre, este oficio artesano, sostenido durante generaciones, mira al horizonte decidido, cree en la innovación, en la estabilidad y en el compromiso».
La flota de las cuatro organizaciones que conforman Opescantábrico está compuesta por 203 cerqueros, 120 barcos de artes menores, 13 palangreros y 12 de rasco. En el caso de Euskadi, suman 180 unidades con una media de ocho tripulantes.