Las obras de la nueva vía ciclable de Markina arrancarán tras el verano

«Tras cerrar las firmas de las expropiaciones, los trabajos empezarán a mediados de octubre», ha indicado el alcalde de Etxebarria, Jesus Iriondo. «Si se cumplen las previsiones, confiamos en que se encuentre operativo para finales del próximo año», ha señalado la primera edil markinarra, Iratxe Lasa.

De hecho, el departamento foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ya ha cerrado la licitación del proyecto que cuenta con un presupuesto económico de 4,8 millones de euros.

El trazado arrancará en el portalón del palacio de Munibe, punto de partida del camino Urko bidea. Desde ahí, recorrerá la margen derecha de la BI-2636 hasta llegar al acceso del polígono industrial Nemak. En fases posteriores, está previsto que la vía se prolongue a través del núcleo urbano de Etxebarria.

Para estar separado del tráfico rodado, se habilitará una barrera física de seguridad. El bidegorri tendrá una anchura total de 3,5 metros, distribuida en dos carriles de 1,75 metros cada uno y un sobreancho adicional de 0,3 metros para la instalación de elementos de protección y la mejora del acabado del firme.

Además, se ampliarán las estructuras sobre el río Urko en dos puntos y se construirán cinco tramos de muros, al tiempo que se repondrán los accesos a las viviendas afectadas por el proyecto. También se modificará el trazado de la BI-2636 en una longitud de 22 metros.

Con 1,3 kilómetros de longitud, la nueva dotación forma parte del Plan Territorial Sectorial de vías ciclistas de Bizkaia. «Con su adecuación, se pretende que se convierta no solo como en una vía de uso deportivo o de ocio, sino como una opción real de movilidad para los desplazamientos de corta y media distancia entre ambos municipios», han recalcado desde la institución foral.

«De esta forma, además, complementará al actual camino peatonal de Urko donde está prohibida la circulación de vehículos motorizados», han añadido las mismas fuentes.

Durante su ejecución, generará un volumen de sobrantes de unos 9.875 metros cúbicos y «aunque no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente deberá aplicar algunas medidas correctoras de reducida magnitud», señala el informe medioambiental elaborado por la Administración territorial.

Entre los elementos de valor cultural que el proyecto debe cuidar destacan el portón y muro de cierre del palacio Munibe, –que tendrán que vallarse– así como el caserío Orokorki –que se separará del trazado mediante vegetación– y los puentes de Txoribenta y Altzaa, que se integrarán estéticamente en el entorno.

De esta manera, además, se garantizará el paso de la fauna sobre el Urko, considerado en el plan de gestión del visón europeo en Bizkaia como área de especial interés.