

La 'Kaxarranka' es cosa de hermanas
El tradicional baile de Lekeitio reúne a cientos de personas este domingo bajo un sol abrasador
A los pies de San Pedro y sobre un arcón de 40 centímetros de ancho. No es un baile cualquiera. La 'Kaxarranka' es una tradición ... con arraigo en Lekeitio. Está cargada de simbolismo y los vecinos la viven con emoción y mucha expectación. Se trata de una danza que se remonta al siglo XV y que constituye un momento cumbre de las fiestas del pueblo.
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Lekeitio se rinde a la 'Kaxarranka'
La dantzari que este año se ha subido sobre la caja es Olatz Maruri. Es la segunda ocasión en la que una mujer baila la 'Kaxarranka' en Lekeitio. La primera fue, precisamente, su hermana, Ane Maruri, en 2022.
Olatz ha asumido la responsabilidad y el honor de interpretar el baile delante de su gente. Los nervios estaban a flor de piel. «Soy la segunda mujer que baila la 'Kaxarranka'. Es mucha responsabilidad, porque es un momento muy importante en Lekeitio, pero estoy contenta y con ganas», explicaba a este periódico minutos antes de actuar.
Se realizan tres tandas de tres bailes, cada una en tres puntos distintos del casco urbano, con la peculiaridad de que la dantzari hace sus evoluciones sobre una caja alargada que sostienen a hombros ocho remeros. Para los lugareños es una tradición con altura que forma parte de su identidad. Familias, cuadrillas, mayores y pequeños se han agolpado junto al puerto y bajo un sol abrasador para disfrutar de un espectáculo que, un año más, ha puesto los pelos de punta.
Una tradición «muy especial»
La mayoría de vecinos han vivido la tradición desde que eran niños, pero la emoción se mantiene a lo largo de los años, «porque es algo muy nuestro». La jornada ha comenzado con una misa en la basílica del pueblo a las 10.30 horas. Después ha tenido lugar una procesión hasta el puerto en honor a San Pedro, en la que también han participado representantes institucionales como el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, la diputada general, Elixabete Etxanobe y la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Leixuri Arrizabalaga, entre otros.
Josu Aboitiz, vecino de Lekeitio, pertenece al club de remo de la localidad. Ha sido uno de los encargados de llevar la caja sobre la que ha bailado la dantzari. «Los más veteranos llevamos este día muy dentro, es una fiesta de pueblo», cuenta. Conoce muy bien las medidas del arca y asegura que «hay que tener mucha confianza». «Hay que ensayar mucho para estar a dos metros y medio bailando en un espacio tan pequeño y, sobre todo, es importante que la gente que la sujeta no se mueva».
Aiala Beato, de 19 años y natural de Lekeitio, se ha encargado de poner música al recorrido de la basílica al pueblo. Toca la caja desde hace nueve años. «Es muy especial, porque es una tradición muy de aquí. Este año participa una mujer y creo que es importante. Igual hay chicas del pueblo que se quieren animar, pero al ser siempre hombres no se atreven», relata.
Cuando Olatz ha comenzado su actuación, se han desatado los aplausos y los irrintzis. Lo que ha celebrado Lekeitio este domingo ha sido el orgullo de un pueblo que quiere seguir manteniendo vivas las tradiciones.
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