La falta de relevo provoca que sólo un 27% de los arrantzales tenga menos de 40 años
El Gobierno vasco intenta frenar la escasez de vocación sufragando el embarque de alumnos de Ondarroa y Bermeo con hasta 6.000 euros en el caso de ser mujeres
Los arrantzales que suben a bordo de barcos de bajura del puerto de Bermeo y Lekeitio y en pesqueros de altura de Ondarroa están en peligro de extinción. Así lo advierte el último informe sobre el sector presentado por el Consejo Económico y Social (CES), un órgano consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral. Únicamente el 27% de los pescadores son menores de 40 años y un 42% tienen entre 50 y 59 años. La Confederación Española de Pesca (Cepesca) añade que sólo un 19% se sitúa en la franja de edad de 30 a 39.
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El estudio constata que los jóvenes prefieren dedicarse a la marina mercante o de recreo frente a la pesca. Perciben que son actividades menos duras y peligrosas. También creen que no es un sector en el que el trabajo se encuentra bien remunerado. Y para hacer frente a esa situación propone medidas como mejorar y potenciar los programas educativos y de formación continua, incrementar la oferta de prácticas retribuidas e impulsar títulos de FP específicos.
Precisamente, el Gobierno vasco trata de frenar la falta de vocaciones 'pescando' en los caladeros de las escuelas náutico-pesqueras de Ondarroa y Bermeo con la puesta en marcha del programa Itsasoratu, con la que se subvenciona la estancia formativa de 20 a 30 días en un pesquero para estudiantes de primer curso de grado medio y superior.
Para este año se han destinado 105.000 euros, que se repartirán entre los armadores para que asuman el pago de la seguridad social, manutención, equipos y ropa de trabajo, entre otros conceptos. La subvención se sitúa en torno a los 5.000 euros por persona, que se incrementan hasta los 6.000 en el caso de las mujeres para incentivar su presencia.
Solo 2 alumnas embarcadas
Desde la primera convocatoria de 2016 se han destinado más de 815.000 euros para la participación de 108 armadores y la estancia formativa de 120 estudiantes embarcados en pesqueros con base en la comunidad autónoma y en aquellas que tengan en el País Vasco su sede social. «De todos ellos, en estos años solo se han embarcado dos alumnas», reconocieron desde el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente. Y a lo largo de este curso, en la Escuela Náutica de Bermeo sólo hay otras dos mujeres matriculadas.
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Por el contrario, la presencia femenina es notable en la cadena que surge en tierra tras la actividad pesquera a cargo de rederas, neskatillas o empaquetadoras, que se encargan de recibir los buques cuando llegan a puerto, descargarlo, llevar la mercancía a la venta... También son mayoría en la industria transformadora, aunque con menor presencia en puestos directivos, profesionales y técnicos.
«El oficio está envejeciendo y cada año un gran número de pesqueros están abandonando su trabajo en la mar», indican desde la federación de Cofradías. «Hablamos de una profesión que, más allá de los títulos, se aprende con la práctica, a bordo. Con un título basado en teoría es complicado llegar a comprender como son los caladeros, los fondos marinos o las especies que habitan», detallan.
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«Generalmente, los estudiantes acuden a escuelas para aprender el oficio y salen preparados; pero la mayoría de ellos consigue trabajo en tierra y no se plantean ir a pescar y no experimentan lo que significa trabajar en la mar», recalcan. El plazo de presentación de las solicitudes para acceder a las ayudas estará abierto desde el 8 de junio hasta el 7 de julio. «Es una profesión muy sacrificada, y que muestra un estilo de vida diferente a la que el 'millennial' aspira», insisten desde las cofradías.
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