Arte para ayudar a llenar la despensa de 64 familias de Ondarroa y Berriatua

El arte, la cultura y la solidaridad se han unido en Ondarroa para ayudar a llenar la despensa de las familias más necesitadas de la villa costera y Berriatua. Ese es el objetivo de la exposición organizada por la ONG Danonartin en colaboración con artistas locales que han donado cuarenta cuadros, obras y esculturas para recaudar fondos.

De esta manera, por una parte, la galería municipal de la Alameda sirve de escaparate del talento de cerca de una treintena de creadores ondarreses de diferentes estilos. «Y al mismo tiempo, con su venta se contribuye al banco de alimentos», indican desde el colectivo de voluntarios que desarrolla su labor altruista desde hace más de una década.

Los interesados pueden adquirir las piezas a partir de 75 euros en la muestra que permanece abierta todos los días hasta el domingo de siete de la tarde a nueve de la noche. El fin de semana ampliará su horario y también abrirá sus puertas a partir de las 12.30 hasta las dos y media. «Para nosotros, más que una compra-venta o un donativo, es un trueque», han manifestado.

De manera paralela, durante las próximas semanas los comercios del municipio integrados en la asociación Zatozte se sumarán a la campaña. Pondrán a la venta billetes al precio de un euro para tomar parte en el sorteo de una serigrafía original incluida en una tirada exclusiva de siete piezas del reconocido pintor costumbrista ondarrés Félix Beristarin.

En total, con la dos iniciativas Danonartin confía en recaudar alrededor de 3.000 euros, la partida mensual que cuesta cubrir las necesidades básicas de 64 unidades familiares de la villa y de Berriatua.

El último lunes de cada mes, alrededor de 150 personas recurren al banco de alimentos para disponer de una cesta que incluye seis litros de leche y uno de aceite, además de pasta, arroz y legumbres, así como huevos, salsa tomate y pack de galletas. «Tiene un coste de entre 18 y 20 euros», señalan.

Desde la ONG miran preocupados el presente y con cierto temor el futuro más cercano ya que de ellos depende la subsistencia de muchas personas. La cuerda está tan tensa que amenaza con romperse porque cada vez son más los beneficiarios y menos los recursos. «Desde la pandemia, la cantidad de alimentos suministrados ha descendido un 25%, y las necesidades han aumentado en la misma proporción, en un 25%», indican.

Hasta ahora, han logrado atender a todas las familias que son derivadas desde los servicios sociales de base gracias a la ayuda de los dos ayuntamientos afectados, así como la Fundación La Caixa y la Cofradía de Pescadores Santa Clara. A ellos se suman, los donativos de asociaciones, particulares y empresas.

«Recibimos los alimentos desde el Banco de Bizkaia y de las recogidas que realizamos en las tiendas de aquí», detallan. «Cuando los productos almacenados no cubren las necesidades de un mes, compramos lo que se necesita para completar la cesta siempre en comercios locales», añaden.

Pero al igual que el resto de los consumidores, en los últimos tiempos, en la tienda necesitan rascar más el bolsillo. «Por un lado los precios de los alimentos han subido y por otro las peticiones de ayuda lo que ha limitado aún más nuestra capacidad de respuesta y nos ha obligado a buscar más recursos para no quedarnos cortos», reconocen.

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