Aranzadi desembarca en Izaro a la 'caza' de aves
Voluntarios, repartidos en grupos de cuatro personas, iniciaron ayer la tercera campaña de anillamiento de las especies migratorias que recalan en el islote de Bermeo
IRATXE ASTUI
BERMEO
Lunes, 3 de agosto 2020
Los 'robinsones' del departamento de Ornitología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi regresaron el pasado domingo a la isla de Izaro para proseguir, por tercer año consecutivo, con la campaña de anillamiento de las aves que recalan en el mítico peñón bermeano en su viaje migratorio entre Europa y África. La veintena de voluntarios que participarán en esta ocasión en la iniciativa, que cuenta una vez más con el apoyo del Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Bermeo, así como de la empresa Maier y Urdaibai Bird Center, permanecerán en este 'santuario' de decenas de especies aladas hasta principios de septiembre, repartidos en grupos de cuatro personas. Su tarea diaria será la de controlar y marcar a los diferentes pájaros, que por esta época del año repone sus fuerzas en Izaro antes de proseguir su extenuada ruta entre continentes.
«La mayoría de las aves que esperamos capturar son transaharianas, es decir, que en su migración post-nupcial deben atravesar el desierto para llegar a las zonas de invernada de África», explica el ornitólogo y coordinador del proyecto de la Sociedad Aranzadi, Luis Betanzos. El primer grupo de voluntarios que ha desembarcado en Izaro de la mano de la Cruz Roja de Bermeo, anilló en su primer día de asentamiento en la isla un total de «13 pollos de garcilla bueyera», detallaron las mismas fuentes.
El principal fin del plan, pionero en la costa cantábrica, es observar el comportamiento de estas pequeñas aves que recalan en Izaro y a través de los datos obtenidos tras su marcaje averiguar «cómo viajan hasta aquí y cuál es la razón por la que eligen esta isla para hacer un alto en el camino en su largo viaje», señalan desde la Sociedad Aranzadi.
Los voluntarios que el pasado año participaron en la campaña de anillamiento, en su mayoría estudiantes de Biología y también amantes de la ornitología procedentes de diferentes puntos del Estado, anillaron un total de 1.170 aves, entre las que el mosquitero musical fue la especie más abundante. Entre la veintena de los diferentes tipos de pájaros capturados también destacó el papamoscas cerrojillo. «Además recuperamos un mosquitero musical que provenía del Reino Unido», detalló Betanzos.
Capturas con red...y mascarilla
Durante las cinco semanas que se prolongará la campaña de anillamiento en Izaro, los voluntarios proceden a extender de madrugada una red de niebla, que se mantiene abierta hasta el atardecer. Mediante este sistema capturan las aves para su posterior marcaje, sin ocasionarles molestias. «Las revisamos cada hora y en caso de días de lluvia o viento las cerramos para evitar que los pájaros mueran», aclaran. «Después de anillarlas, les tomamos una serie de medidas y examinamos su plumaje para anotar poder anotar su sexo y la edad».
Los voluntarios que durante este mes convivirán en la isla de Izaro tampoco se librarán de cumplir con las medidas sanitarias motivadas por la pandemia del coronavirus. Mascarillas y distancia social serán dos de las reglas a las que se tendrán que adaptar a pesar de permanecer rodeados de agua y alejados del resto de la civilización. «Hemos adaptado las tiendas de campaña para que cada una de los compañeros de cada uno de los turnos pueda dormir en una habitación, separada del resto».