La constructora de la torre de Garellano paralizada exige 30.000 euros más por piso
Pide también ampliar el plazo de entrega en 8 meses y que se eliminen las multas por retrasos
La cooperativa de compradores de los 166 pisos de la quinta torre de Garellano quiere resolver el problema de la paralización del proyecto cuanto antes. ... La obra lleva sin avances desde hace cinco semanas, después de que la firma que se encarga de levantar la estructura (Construcciones Urrutia) pusiera sobre la mesa que necesita más dinero para ejecutar el rascacielos, alegando que se ha producido un encarecimiento de las materias primas. Los futuros propietarios del que sería el edificio residencial más alto de Euskadi (36 plantas) consideran que la empresa ha roto unilateralmente el contrato llave en mano firmado en 2021 y le han dado un ultimátum: si el lunes sus obreros no han abandonado el tajo, les impondrá una penalización diaria de 10.000 euros, un castigo que supuestamente figura en el pacto rubricado por las dos partes, según trasladan fuentes de la cooperativa a EL CORREO.
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El rascacielos
18 plantas
Es la altura que alcanza ahora mismo la quinta torre de Garellano (Anboto Dorrea). El plan es subir hasta la 36. Están todos los pisos vendidos menos 3, con un coste que oscila entre 300.000 euros y 1,5 millones de los áticos.
El objetivo es, a la mayor brevedad posible, sacar a la compañía de origen alavés, adquirida hace dos años por el grupo madrileño Urbas. Porque los socios de la cooperativa temen que la constructora quiera tensar la cuerda para forzarles a algún tipo de acuerdo (que pasaría inevitablemente por un aumento de precio) y decida permanecer en la obra pero sin actividad, lo que entorpecería la búsqueda de una solución. «Si Urrutia se marcha ya, creemos que seríamos capaces de encontrar una alternativa para retomar el proyecto a finales de este mismo mes», apuntan las fuentes consultadas. La constructora, por su parte, insiste en que tiene «voluntad de continuar», pero admite que es necesario renegociar las condiciones.
La situación ha supuesto un sobresalto para los compradores. Sobre todo porque temen que haya retrasos y un aumento del coste, lo que repercutiría directamente en sus bolsillos, al ser socios de la entidad promotora además de futuros propietarios.
Aunque Construcciones Urrutia no lo concreta, fuentes de la cooperativa aseguran que la firma alavesa exige para seguir adelante 4,5 millones más sobre el presupuesto inicial (36 millones) y un aumento en 8 meses del plazo de entrega (en origen se habló del primer trimestre de 2024). La firma inmobiliaria solicita también que se eliminen las penalizaciones por las posibles demoras. Todo ello generaría un perjuicio de 30.000 euros por piso de media, además del tiempo perdido.
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Los cooperativistas no están dispuestos a pagar un euro más a Construcciones Urrutia, dado que, aseguran, el contrato está «bien atado», porque precisamente «teníamos miedo a lo que pudiera pasar al estar el covid de por medio». Pero es que, además, tienen una reticencia que es aún más trascendental para que la relación no pueda continuar. «No es una cuestión solo de dinero, el gran problema es que ya no nos inspiran confianza y dudamos de su capacidad actual y futura para acabar la torre», advierten.
Ayuda al Ayuntamiento
En este contexto, la cooperativa tiene clara su hoja de ruta: forzar la salida de Urrutia y, si se niegan a dejar el tajo, irían «a por todas» en el plano judicial, incluso penalmente. «Si intentan entorpecer y recurrir a un concurso dejando deudas o posibles penalizaciones impagadas con nosotros, no dudaríamos en ir a por sus gestores como responsables últimos de lo sucedido», advierten.
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Los promotores piden al Ayuntamiento que se involucre en este conflicto. Creen que si las cosas se tuercen «podría quedar un esqueleto de hormigón durante mucho tiempo» en mitad de la ciudad. «Entre tener eso o un edificio diseñado por Richard Rogers, creemos que no hay color». A su juicio, «el Consistorio puede ejercer un papel mediador para que Construcciones Urrutia no se convierta en un problema».
«Me echan de mi piso en 11 meses y a ver qué hago entonces»
Además de Garellano, Construcciones Urrutia cuenta con tres promociones de viviendas bajo su responsabilidad en Bizkaia. A finales del año pasado entregó 144 pisos en Barakaldo y ahora aún está en el tajo en una promoción de Santurtzi y otros dos en Bilbao. En la capital vizcaína tiene problemas (reconocidos por la propia firma) en Amezola, donde levanta 65 inmuebles. La sociedad inmobiliaria insiste en que «nunca hemos dejado un proyecto a medias», pero admite que en Amezola ha pedido renegociar el contrato. No así en Santurtzi y Santutxu, donde afirma que la situación es normal y «sigue adelante el proceso». No lo ven de igual manera los promotores (también cooperativas). En ambas casos, aseguran fuentes de la entidad que tutela las obras (Biurban), que se ha solicitado un incremento del presupuesto de entre un 12 y un 14%. Entre los compradores del tajo de la localidad marinera ha cundido la preocupación. Ayer, junto a la obra de la calle Antonio Alzaga se lamentaba uno de ellos: «He vendido mi piso actual y me echarán en 11 meses, a ver qué hago si se retrasa más de lo previsto».
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