El Consorcio se apoya en el Gobierno vasco para mejorar sus avisos tras la rotura de la tubería de Erandio
La Diputación subraya que «todo protocolo tiene mejoras posibles»
El Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia ha generado un grupo de trabajo con el Departamento de Salud del Gobierno vasco para mejorar la comunicación ... que se da a la población en caso de problemas con en suministro de agua potable. Así lo ha avanzado este jueves la diputada foral de Medio Ambiente y Agricultura, Arantza Atutxa, durante su intervención en las Juntas Generales de Bizkaia para responder a las preguntas realizadas por EH Bildu y Elkarrekin Podemos sobre la rotura de la tubería en Erandio el pasado 16 de noviembre, que dejó a cerca de 47.000 personas de la Margen Derecha y la comarca de Uribe sin agua apta para el consumo durante aquel fin de semana debido a su alto nivel de turbidez.
Los partidos de la oposición tenían interés en conocer qué mecanismos se van a adoptar a partir de ahora para mejorar la información que se da a la ciudadanía y evitar que se repitan episodios como los de aquellos días, en los que un número incalculable de vecinos de los municipios afectados estuvieron bebiendo agua del grifo sin saber que la recomendación oficial era no hacerlo. Aunque la diputada no ha dado detalles, la decisión de que el Consorcio se apoye en la consejería de Salud puede suponer un salto cualtitativo en este campo. El Departamento tiene una mayor experiencia y capacidad de alcance a la hora emitir este tipo de avisos, ya sea por la aparición de brotes relacionados con diferentes enfermedades, en cuestiones como productos alimentarios que pueden provocar salmonela, en verano cuando la calidad de las aguas de las playas no es apta para el baño o en otro tipo de alertas sanitarias.
Atutxa ha reiterado esta mañana que «todo protocolo tiene mejoras posibles», dando a entender que la comunicación que se trasladó a la ciudadanía en aquellas fechas tras la rotura de la tubería podía haber sido más eficaz y tenido un alcance mayor para llegar a un número más elevado de personas. Una reflexión que ya había realizado en los días siguientes a la avería el propio Consorcio a través de Pedro Barreiro, su director general. La entidad pidió perdón por los fallos de comunicación que se sucedieron tras la rotura de la tubería y el Gobierno vasco anunció que mejoraría el protocolo de avisos después de aquel fallo.
Y es que aquel sábado de noviembre las administraciones implicadas -Consorcio y ayuntamientos de Erandio, Loiu, Zamudio y Mungia, entre otros- lo fiaron todo a las redes sociales. Al menos inicialmente. No hubo carteles informativos, ni bandos en los portales ni tampoco coches con megáfonos trasladando a la población la recomendación de no beber agua del grifo. La avería origen del problema se produjo en la mañana del sábado 16, pero aquella tarde, e incluso durante el domingo, eran incalculables los afectados a los que no les había llegado el aviso. En su mayoría personas mayores. Los que se enteraron lo hicieron a través del whatsapp o por las informaciones que recogían los medios de comunicación tradicionales sobre la avería.
Bombeos de emergencia
En cuanto al incidente en sí, Arantza Atutxa ha repasado este jueves los detalles de aquella rotura. Según ha detallado, tras la avería, que provocó «una riada de agua» que afectó a una carretera de Erandio, el Consorcio optó por conectar la red de la Margen Derecha con la de la Izquierda para garantizar el suministro, por medio de unos bombeos de emergencia. Pero tanto la avería, como los bombeos y las tareas de reparación provocaron un aumento del caudal que produjo arrastre de los sedimentos depositados en el interior de las tuberías, ocasionando turbidez en el agua.
Atutxa ha garantizado que en ningún momento se colaron en el suministro elementos del exterior. La diputada ha explicado que tanto durante el 16 de noviembre, día de la rotura, como durante las fechas siguientes, se realizaron «más de un centenar de mediciones» para conocer la calidad del agua en diferentes puntos de la red. Entre los aspectos que se analizaron se incluían los niveles de cloro y la presencia de bacterias como la E. coli. «Todas las mediciones garantizaron que no hubo contaminación microbiológica», ha detallado la diputada.
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