«Conformar una sociedad mejor pasa por ser mejores personas»

Todo el debate sobre los valores estuvo marcado por lo que podríamos llamar el legado conceptual de la pandemia, que nos ha llevado a reevaluar algunas ideas que creíamos asentadas, y también el alcalde se refirió a esta circunstancia: «El coronavirus -argumentó- ha cambiado en buena parte la manera de entender y afrontar los retos. La humanidad ha sido capaz de unirse para vencer a un enemigo común mediante el desarrollo de vacunas eficaces en un tiempo récord, y esto de que la humanidad se una no es algo especialmente habitual. Aunar esfuerzos y voluntades puede ser una de las claves».

Juan Mari Aburto hizo hincapié en la necesidad de «superar las desigualdades y las injusticias» y conseguir «una ciudadanía responsable con sus actos y hacia los demás». Estos objetivos, señaló, se ven reflejados en la Carta de Valores con la que Bilbao conmemoró el setenta aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que se fue puliendo a través de sesiones de trabajo con diversos colectivos hasta dar cabida a diecisiete conceptos que abarcan la sostenibilidad medioambiental, la honestidad, la identidad, la justicia social o la igualdad entre hombres y mujeres.

«Es un documento pionero elaborado de manera participativa que coloca a las personas en el centro de un nuevo modelo de desarrollo. Queremos un mundo mejor, un Bilbao mejor que no deje a nadie atrás, en el que todos y todas tengamos nuestro lugar», expuso el regidor de la capital vizcaína, que renovó su «apuesta firme por una convivencia basada en la diversidad y la inclusión, donde el civismo guíe nuestras acciones y actitudes».

En el transcurso del coloquio, Juan Mari Aburto profundizó en el delicado equilibrio que han de mantener la administración y la sociedad civil en la asistencia a los más vulnerables. «Lo que nos hace verdaderamente humanos es ser capaces de ayudar a quienes lo están pasando peor», afirmó el alcalde, que citó unos versos de Neruda («¿Quiénes son los que sufren? No sé, pero son míos») y relató una experiencia personal reciente, de cuando su quiosquera le avisó de que llevaba días sin ver a una persona y esta resultó estar accidentada en su domicilio.

«Es importante tejer lazos que tienen que ver con lo comunitario -insistió-. La Administración va a ser siempre complementaria de la familia, por ejemplo, o eso es lo que quiero pensar: no podemos delegarlo todo en la Administración, debe haber elementos de solidaridad privada».