El ingeniero foral José Miguel de la Fuente, en primer término, y el diputado Imanol Pradales explican cómo se desarrollarán las obras. borja agudo

Cirugía de precisión para oxigenar el nudo de Rontegi antes de fin de año

Arranca la fase decisiva de las obras de Kukularra con el objetivo de mitigar las caravanas que saturan casi a diario el puente que une las dos márgenes

Domingo, 7 de marzo 2021, 07:13

El Puente Rontegi es ahora mismo una carretera que se encuentra enferma de gravedad. En términos de movilidad, se podría decir que se encuentra en ... la UCI. Antes de la pandemia, las caravanas de coches eran una constante y atrapaban casi a diario, sobre todo por las tardes, a miles de conductores que se movían entre la Margen Derecha, la Izquierda, Bilbao y el Corredor del Txorierri. El flujo de vehículos ha bajado por la pandemia pero este nudo de Kukularra, ubicado justo al cruzar la pasarela que une ambos lados de la ría, sigue siendo un punto caliente, con embotellamientos recurrentes que continúan desesperando a los usuarios.

Publicidad

Cada día pasan por este lugar, en las diversas direcciones, más de 200.000 automóviles. Se trata del segundo nudo viario más importante del territorio, tras el cercano de Cruces, que canaliza el tráfico hacia la capital vizcaína y Cantabria. La Diputación quiere mejorar la situación y mitigar los problemas que se producen en esta encrucijada.

LAS CIFRAS

  • 200.000 coches pasan al día por el nudo de Kukularra procedentes de La Avanzada, el Txorierri o el ramal que conduce a Enekuri. También tocan este punto todos los que cruzan Rontegi y que vienen de Barakaldo. Es la segunda encrucijada de la red foral de carreteras por detrás del cercano punto de Cruces.

  • 12 millones de euros. Es el presupuesto de toda la mejora, que ya lleva ejecutándose más de un año en el entorno de Rontegi para mitigar su congestión. La fase decisiva costará casi 3.

Para ello, los ingenieros han ideado una solución que no devolverá por completo la salud a Rontegi y su entorno pero que, al menos, servirá para darle oxígeno en los próximos años. «Queremos ensanchar el nudo, darle más fluidez, evitando el trenzado de carriles. Sabemos que no es un arreglo definitivo, pero es ganarle tiempo al tiempo hasta que construyamos el subfluvial bajo la ría (2028), porque el gran problema que tenemos ahora es que sólo hay una vía de unión para las dos márgenes y eso nos hace vulnerables», afirma Imanol Pradales, diputado de Infraestructuras.

Los trabajos de mejora en el entorno de Rontegi arrancaron hace algo más de un año y se espera que puedan estar finalizados antes de 2022. En principio iban a ser 21 meses de obra, pero la pandemia y las intensas lluvias del último trimestre de 2020 han generado un leve retraso. La fase decisiva empieza mañana con la excavación de un túnel por debajo del 'scalextric' que distribuye el tráfico hacia el Txorierri y Bilbao desde La Avanzada y la vía que llega de Barakaldo.

Publicidad

Los expertos han diseñado una solución que evita el trenzado de los diferentes carriles y direcciones

Se trata de un punto crítico, sobre el que hay que actuar «sin detener nunca la circulación», explica el ingeniero foral José Miguel de la Fuente. Mover maquinaria pesada, grandes acopios de tierra y piezas, intentando que los conductores no se vean perjudicados no resulta nada fácil. El plan que han preparado los expertos es «muy complejo». En los próximos meses habrá sucesivos movimientos y cambios en los viales. El tráfico se irá canalizando por una salida u otra a medida que las obras avancen y se puedan poner en servicio diferentes soluciones. Es algo así como un gran rompecabezas, cuyas piezas hay que ir moviendo poco a poco hasta que encajen de forma definitiva.

El objetivo de la obra es evitar el trenzado (carriles de incorporación que se cruzan procedentes de diferentes direcciones). Para ello se habilitará un túnel y se mejorará la entrada al Txorierri tanto desde el Puente Rontegi como desde La Avanzada.

Con hilo de diamante

Los ingenieros aplicarán lo que llaman «cirugía de alta precisión». Por ejemplo, para la excavación del túnel que arranca mañana ha sido necesario pilotar y asegurar dos viales durante semanas. Otro ejemplo, sobre el ramal que va hacia el Txorierri sobrevuela una pasarela peatonal. Pues bien, los operarios van a tener que mover uno de los apoyos para dejar paso a la salida de la galería. Y para ello, se van a ver obligados a cortar, con exactitud milimétrica, un enorme encepado subterráneo de hormigón que sustenta la pilastra con un hilo de diamante, una compleja y delicada herramienta. «Será un trabajo costoso, complejo y que habrá que hacer de manera muy fina», explica De la Fuente. La idea es que las mejoras empiecen a ser visibles en junio y las máquinas acaben el trabajo en diciembre. Hasta entonces, paciencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad