«El chico salvó la vida porque le pudimos hacer el torniquete en pocos segundos»

El apuñalamiento ocurrió cuando muchos recursos policiales se dedicaban a tratar de sofocar los numerosos altercados que provocaron durante toda la noche aficionados radicales rojiblancos. Varias patrullas se dirigían a un nuevo incidente cuando se encontraron de golpe con un joven que acababa de ser apuñalado en plena calle por otro individuo.

Al parecer, la agresión se produjo como respuesta a otra pelea que se había producido durante la tarde. Los dos implicados habían protagonizado una refriega a base de puñetazos y patadas. Horas después, cuando se volvieron a encontrar cerca de la Plaza Circular, sacaron los cuchillos.

La víctima recibió un corte profundo en el brazo izquierdo. También recibió un navajazo a la altura del bíceps derecho. Apenas transcurrieron un par de minutos entre la agresión y la aparición de los agentes. La herida que realmente preocupaba era la otra. «La sangre salía de forma incontrolada», explican algunos de los agentes que presenciaron lo ocurrido.

Los ertzainas reaccionaron rápido. Uno de ellos le cortó la chaqueta con unas tijeras. Otro le realizó un torniquete en el brazo izquierdo con el material que él mismo había comprado y llevaba encima. Y una compañera se centró en la herida del brazo derecho presionándola con gasas. Los policías consiguieron controlar la hemorragia hasta que llegaron los servicios sanitarios, que trasladaron al herido al hospital de Basurto, donde quedó ingresado en estado grave.

Gran parte de los agentes que actuaron se han formado por su cuenta y han comprado con su dinero el material de emergencias «por vocación de servicio». Lo han hecho porque ellos son los primeros en llegar a las emergencias en la inmensa mayoría de los casos. Y saben que, en estos casos, «cada segundo cuenta». La Ertzaintza adquirió hace unos meses medio millar de torniquetes para que los lleven los agentes de Seguridad Ciudadana en los nuevos coches patrulla. Van instalados en los maleteros de los vehículos policiales. Pero las fuentes consultadas insisten en que, en casos como este, los segundos eran determinantes para salvarle la vida.