Bizkaia se prepara para la temporada de riesgo de incendios forestales

Comienza la temporada de riesgo medio de incendios forestales en Bizkaia, aunque es a partir de septiembre cuando hay un mayor peligro porque la vegetación está seca y sopla con más frecuencia el viento sur. El incendio de Balmaseda de 2022, en el que «el infierno» se desató en unas pocas horas, tuvo lugar un 23 de octubre. Dos o tres meses de sequía se alinearon con una alerta naranja por calor y el contacto de una torre de alta tensión con el arbolado.

El suceso sirvió para demostrar que Bizkaia, que el año pasado tuvo el menor número de incendios forestales de las tres últimas décadas, no es ajena a la posibilidad de sufrir una gran catástrofe. «Le vimos las orejas al lobo», admite Carlos Uriagereka, jefe del Servicio de Montes de la Diputación. Ahí se decidió la incorporación de un helicóptero, que llegó a finales del pasado año y es compartido por las tres diputaciones -'duerme' en invierno en Iurreta y en verano en Nanclares de la Oca-. También se ha adquirido un segundo bulldozer que trabajará todo el año en la apertura de pistas «cortafuegos» y en la conservación de caminos, lo que permitirá afrontar con más seguridad cualquier contingencia. Esta máquina actuará en los incendios, abriendo «líneas de defensa» que hagan que el fuego no se propague o que permitan el acceso de los camiones. Herramientas todas que dotan de «músculo» al dispositivo.

Además, la emergencia climática obliga a redoblar esfuerzos. «El riesgo crece al ritmo de las temperaturas. Y tenemos que estar preparados», dice Uriagereka. Todos los viernes se ensaya contra los incendios forestales. Ahora el helicóptero también se suma a los entrenamientos en diferentes municipios de Bizkaia para mejorar la coordinación y capacidad de respuesta de los equipos del Plan de Emergencias por Incendios Forestales de Bizkaia (Infobi), formado por 600 personas: directores técnicos y guardas forestales del servicio de Montes de la Diputación, personal de Basalan y 400 bomberos forales.

La mañana de este viernes, el Servicio de Montes organizó un simulacro en un paraje de Peñas Negras, en Galdames, donde ya se registró un incendio en 2022 en el que ardieron unas 12 hectáreas. «Tenemos que hacer prácticas, no podemos improvisar. Ello permite afrontar los incendios con una mayor preparación y seguridad para el personal».

Tras prender fuego en paja, el helicóptero, con un helibalde de más de 700 litros de agua, realizó varios viajes al cercano pantano de Oiola y fue venciendo al fuego, mientras el bulldozer abría pistas que impedían que se propagasen las llamas. Desde tierra, dos retenes con autobombas y una suerte de cortacésped gigante teledirigido contribuían a la extinción. «La prevención es la mejor actuación. La Diputación invierte 5 millones de euros en ayudas a los propietarios forestales para que mantengan en buen estado los montes», destacó la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa.

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