Así será el Bilbao de 2050: en barquito a Getxo, jubilados ingleses como en Benidorm y más podólogos
El futuro permite atisbar una ciudad mestiza, con menos coches, volcada en la ría, nostálgica del comercio local y con la guerra declarada al turismo de masas
Hace 30 años, echó a andar el metro en Bilbao. Y hace 28, abrió sus puertas el Guggenheim. A esos dos hitos debemos, en buena ... parte, lo que somos hoy. Invitamos a seis expertos a proyectar la ciudad a futuro, en un plazo similar. ¿Cómo será el Bilbao de 2050?
Demografía
Cada vez más centenarios
Hoy, el censo bilbaíno ronda las 348.000 personas. Y no seremos más, unos pocos menos en todo caso. «Hemos decidido no tener hijos y vivir el presente, así que la población autóctona seguirá en descenso», vaticina Jon Joseba Leonardo, catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto. Los números decrecientes los compensará el colectivo inmigrante, que en 2050 será mucho más numeroso. «Tendremos una ciudad más mestiza que nunca. Ya ha empezado a venir mucha gente de Latinoamérica, principalmente de Argentina, Colombia, Perú, Chile y México, y vendrán muchos más por la facilidad del idioma», señala Garbiñe Henry, socióloga y directora de Deusto Emprende. La novedad, dice, será el perfil. «Vendrá gente muy formada en tecnología, ciencias, matemáticas, ingenierías…», que llegarán a Bilbao «como puerta de entrada a Europa».
Esa bolsa creciente de población extranjera será también la que mantenga la natalidad, cuya caída empezó «hace 25 años» y no revertirá por parte de los autóctonos. «Aunque las extranjeras es probable que empiecen también a tener los hijos más tarde». En ellas está puesta la esperanza de que en 25 años haya más niños que ahora, «pero lo que es seguro es que habrá muchísimos más centenarios».
Convivencia
Sin guetos
«El inmigrante siempre sufre un proceso de filtraje y va al lado de los suyos», pero los expertos creen que «no habrá guetos» en el Bilbao del futuro. «Cuando en los 60 se produjo el éxodo del campo a la ciudad se crearon en todas las urbes barrios de gallegos, de andaluces, de asturianos, pero en unos años tendremos tantos inmigrantes en Bilbao que no estarán tan concentrados como lo están ahora en los barrios altos: San Francisco, Rekaldeberri, la zona de Autonomía, Uríbarri. Tal cantidad generará un fenómeno expansivo que irá difuminando las fronteras de los barrios», argumenta el sociólogo. Esta nueva realidad intercultural «generará tensiones, pero el racismo como expresión básica de la sociedad no existirá porque será casi imposible al reducirse tanto la población autóctona». Además, «hoy la población inmigrante ocupa el escalón más bajo de la pirámide social, pero irá ascendiendo a capas sucesivas».
La integración del colectivo inmigrante pondrá a prueba a la ciudad como comunidad. «La tendencia individualista se ha apoderado de Occidente y las clases más pudientes están perdiendo el sentido de la solidaridad, de modo que el más humilde se apunta al 'sálvese quien pueda'», esboza el panorama Roberto San Salvador del Valle, director de la Deusto Cities Lab Katedra. «Pero en Bilbao hemos sido muy de comunidad», recuerda. Y emplaza a retroceder cincuenta años: «A finales de los 70 y comienzos de los 80 vivimos una crisis industrial, inundaciones, un alto desempleo, la violencia que era el pan de cada día… Y salimos, le dimos la vuelta a aquel calcetín».
La Ría
Orillas verdes

«Hemos vivido de espaldas a la ría, pero el Puerto ha salido al exterior y la ciudad va a recuperar esos cauces antes ocupados por actividades portuarias e industriales», señala uno de los focos de transformación de la urbe Marta González Cavia, arquitecta del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. «No tendremos una playa porque el recorrido de las mareas es de cinco metros y eso condiciona, pero habrá zonas de baño, tal vez piscinas flotantes». También imagina por su cauce «barquitos que nos lleven de Bilbao a Getxo, como un medio de transporte más, y gente saliendo a dar una vuelta en canoa». Para ello, habrá que remodelar la fisonomía de sus bordes. Jon Joseba Leonardo propone «orillas verdes, una especie de medio bosque con arbolado profundo y taludes que permitan el acceso al agua».
«Olabeaga cerrará su trinchera ferroviaria, ganando espacio para el barrio»
Marta González Cavia
Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro
La recuperación de los márgenes de la ría irá ligada a la remodelación, que ya ha empezado, de las nuevas zonas de expansión de la urbe: Zorrozaurre, Punta Zorroza y Elorrieta. «En un tiempo, también Olabeaga, «que cerrará su trinchera ferroviaria, como se hará en Abando, naturalizando y ganando un nuevo espacio para el barrio». Las actuaciones en estas zonas, señala la arquitecta bilbaína, «estarán volcadas a la ría», que recuperará así «su condición de eje vertebrador de la ciudad».
Bilbao se asomará a la Ría… y se acercará al monte. «Pagasarri, Artxanda... estarán más cerca con una nueva red de caminos que permitirán la conexión con la naturaleza que nos rodea», señala González Cavia. Actuaciones en la línea de «naturalizar y hacer más amable» una ciudad que todavía acusa «dureza visual», recuerda el catedrático de Deusto. «La tendencia será a arbolar más zonas para revertir así el efecto de las islas de calor. Sombra, agua y suelos drenantes (no impermeables) ayudarán a contrarrestar unas temperaturas al alza», avanza la arquitecta bilbaína.
Movilidad
Metro al aeropuerto y coches alquilados con una app
Si se cumple los plazos, en 2050 llevaremos ya 16 años viajando en el TAV, «que mejorará la movilidad de Bilbao al exterior». Pero no solo eso. «El soterramiento de Abando devolverá a esta zona la centralidad que ha perdido. La sutura unirá una ciudad partida y acabará con la degradación de Hurtado de Amézaga, permitiendo así a este área restablecer su equilibrio», apunta Jon Joseba Leonardo. El metro habrá llegado a un aeropuerto ya ampliado y a Alonsótegi –conectará con las Encartaciones– y las líneas 1 y 2 probablemente circularán sin conductor. El tranvía habrá cerrado su anillo y «habrá menos coches en propiedad, lo que podría suplirse con vehículos eléctricos más pequeños que se alquilen a través de una app, como las bicis, que ganarán presencia», augura Garbiñe Henry.
Sector emergente
Un eje biosanitario Basurto-Zorrozaurre
¿De qué viviremos, además del turismo, en el Bilbao de 2050? «La ciudad ya ha pasado de una industria pesada a una blanca y lo hará más». Iñaki Fernández Gamboa, miembro del Colegio Vasco de Economistas, imagina un 'Bilbao Valley' a pequeña escala, «un cultivo de empresitas que, trabajando en red, darán un impulso al sector tecnológico, energético, biosanitario…, que crecerá». Físicamente, imagina un «eje biosanitario Zorrozaurre-Basurto que consolidaría una especie de parque tecnológico en la zona entre el Hospital de Basurto, la clínica IMQ Zorrozaurre y la futura Facultad de Medicina y Enfermería».
Otro sector que ganará presencia, apunta Jon Joseba Leonardo, será el gastronómico. «¿Quién nos iba a decir que de una guindilla con una aceituna íbamos a crear una industria gastronómica? Estamos inmersos en lo que se ha llamado el capitalismo experiencial, que seguirá atrayendo a gente a comer al asador Etxebarri o al restaurante que salga en tal o cual guía».
«Podría crearse una especie de 'Bilbao Valley' en torno al sector tecnológico, biosanitario...»
Iñaki Fernández Gamboa
Colegio Vasco de Economistas
En la actualidad, el salario más frecuente en Euskadi no llega a 17.900 euros. ¿Ganaremos más? Arantza Pareja, profesora de teoría e historia económica de la Universidad de Granada y experta en historia de la población en el País Vasco, explica que «España tiene uno de los salarios más bajos de Europa y la tendencia es a igualar las cifras en el país. De modo que Euskadi, que tiene sueldos más altos, tiene todas las de perder».
- Hoy tenemos un 9,5% de paro. ¿Bajará?
Iñaki Fernández Gamboa: Es difícil aventurarlo, pero creo que estaremos en cifras menores, sí.
En lo que respecta al teletrabajo, no estará más instaurado de lo que está hoy. «Será una opción en algunos casos, pero no estará generalizado. Si lo hiciera, probablemente el empleado empezara a pedir un complemento por lo que gasta en wifi, agua, luz, comida… y, si no le sale rentable al empresario, no lo va a permitir».
Turismo
Se encona la guerra residente-turista

«Antes a Bilbao no se venía ni a heredar. La ciudad era para sus residentes, ¿a quién veías con una cámara sacando fotos? A nadie. Pero con la apertura al exterior y la explosión del turismo Bilbao ya no es para los bilbaínos». Ahora comparten su ciudad con los turistas, que cada vez serán más (en 2024 nos visitaron 1,24 millones de personas). «El turismo es el gran negocio del siglo XXI y Bilbao ya vive, en parte, de ello. Eso generará muchas tensiones con los residentes».
1,24 millones de turistas
visitaron nuestra ciudad el año pasado
De hecho, ya las hay. «La guerra se va a enconar porque la capacidad de los fondos de inversión y de las inmobiliarias para colonizar el espacio con estos fines es tremenda. El chaval que quiera comprar un piso, que será más caro de lo que lo es hoy, tendrá que competir con el jubilado inglés que quiera ese mismo piso para pasar aquí una temporada. Y, claro, la capacidad adquisitiva de uno y otro no es igual», advierte Jon Joseba Leonardo.
- ¿Bilbao convertido en el nuevo Benidorm?
- No podemos descartar esa posibilidad.
«Con las temperaturas subiendo en el sur de España, mucha gente preferirá venir a pasar largas temporadas a Bilbao el lugar de ir al Levante porque aquí se puede respirar y tenemos una buena calidad de aire», apunta en la misma línea Garbiñe Henry.
Atracción internacional
Los eventos que vienen
Al 'boom' del turismo se ha unido la fiebre por los eventos (rugby, Tour, premios MTV, Europa League...). «Habrá que ser selectivos», advierte Iñaki Fernández Gamboa. Cien millones de euros no se traen a Bilbao así como así y lo ha conseguido la final de la Europa League. Vale que nos sobraban algunos de los ingleses que vinieron, pero si la mayoría se fue pensando que Bilbao es una ciudad que merece la pena visitar es positivo. Igual que si organizas un congreso de cirujanos. Puede que uno sea socio de una farmaceútica y le parezca que esta puede ser una ciudad para invertir».
Ese foco internacional que ya empieza a ponerse sobre Bilbao supondrá, además de una oportunidad, también un reto, apunta Roberto San Salvador. «En nuestra ciudad convivirán el euskera y el castellano con el inglés y otros idiomas. Seremos una urbe multicultural, pero tenemos que ser capaces de mantener la identidad, de reivindicar nuestra cultura, conseguir que no se diluya en el mundo global en el que ya vivimos».

Menos pescaderías y más gente al 'fisio'
Jon Joseba Leonardo, catedrático de Sociología de Deusto, contó hace poco 250 lonjas vacías en el Casco Viejo. «El comercio local está en declive total, barrido por la venta online. Solo quedan cuatro clásicos. Eso sí, hay doscientos sitios para hacerte las uñas». Advierte el experto que en el futuro el textil «se reducirá a las franquicias». Resistirán sin problema bares y restaurantes -«me pregunto cuántos más van a meter en el Casco Viejo, porque su actividad choca con la función residencial»- y si esas lonjas que hoy están cerradas quieren reabrir deberán hacerlo «con líneas de comercio muy especializadas: telefonía, Inteligencia Artificial, robótica… Ahora parece una tontería, pero igual dentro de veinte años es normal que tengamos un robot en casa y habrá que llevarlo a arreglar a algún sitio cuando se estropee».
También augura un futuro prometedor a «las clínicas privadas, las consultas de fisioterapia, de podología» y cualquier otro servicio relacionado con la salud y los cuidados. «Es ya un sector emergente y lo seguirá siendo porque cada vez viviremos más y, además, los mayores tienen un poder adquisitivo mayor que los jóvenes».
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