Colas de hasta cuatro horas en la Intermodal para conseguir el bono gratuito a Castro
La avalancha de viajeros interesados en el abono desborda la taquilla de la línea de autobús, que hoy tiene previsto reforzar la atención al público
«Esto es una vergüenza, llevamos casi cuatro horas esperando». Los usuarios habituales de la línea Bilbao-Castro pasaron la mañana y la tarde de ... ayer haciendo cola en la taquilla que la empresa International Regular Bus Castro (IRB) abrió en la estación Intermodal de Bilbao, con el fin de despachar los primeros bonos gratuitos que entran hoy en vigor. El enfado y el desconcierto reinaban entre los pasajeros, que se enteraron a última hora de la posibilidad de adquirir estos tiques de forma presencial. «La compañía no ha comunicado nada, todo lo que sabemos es de oídas».
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La Intermodal fue ayer un hervidero, en la víspera de la entrada en vigor de los bonos gratuitos para viajar en las líneas de autobús de largo recorrido de concesión estatal. Cada persona amenizó la espera como pudo. Algunos leían libros, otros aprovechaban para conocer a sus compañeros de cola y un grupo de jóvenes hacía turnos para ir al bar de la estación. «Esto parece la cola para entrar a un festival», comentaban tomándose con humor que todavía les quedaban tres horas.
La página web de este periódico, anuncios en grupos de Facebook y avisos de los conductores de los autobuses suplieron la comunicación oficial de la compañía IRB. «Me ha avisado mi madre por Whatsapp de la apertura de la taquilla, he venido con dos horas de antelación para poder ir a trabajar, pero no creo que llegue», aseguraba ayer al mediodía un joven en la mitad de la cola.
Los usuarios habituales expresaban su preocupación por la posibilidad de que los bonos gratis atraigan una avalancha de pasajeros que sature el servicio. «En la cola solo he reconocido a tres o cuatro personas, el resto no sé de dónde han salido», aseguraba Jose, que lleva doce años realizando este trayecto. Otra de las pasajeras contaba que desde la pandemia es complicado conseguir un asiento en las horas puntas y cree que esta medida lo puede volver más difícil. Yelco, un residente en Castro que trabaja en Bilbao, expresaba la misma queja: «Siempre tenemos problemas con esta empresa. Los autobuses no han vuelto a las frecuencias de antes de la pandemia y a veces faltan plazas. Esta medida puede empeorar la situación».
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Respecto a esta cuestión, el presidente de la federación de transporte Confebus, Rafael Barbadillo, explicó ayer a este periódico que durante el fin de semana, el periodo de más viajes en autobús, la demanda subirá. «En estos casos, corresponderá a cada empresa decidir si aumenta o no el número de frecuencias», afirmó.
La taquilla de Bilbao es la única manera que tenían los pasajeros para adquirir el billete, ya que en Castro no abrió y el portal facilitado en la página web de la compañía no funcionaba. La ventanilla, en la que solo trabajaba una persona que debía asumir toda la clientela, abrirá durante todo el mes ante la demanda vista durante la mañana de ayer. Conforme la tarde avanzaba y los viajeros se añadían a la cola, un operario de la empresa les recomendaba marchar a sus casas, pagar hoy los tres euros del trayecto y después acudir a la taquilla a por el bono, ya que está previsto que abran dos más.
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Además del aburrimiento por la larga espera, el desconcierto reinaba entre los usuarios de este servicio. «No tenemos ni idea de cómo funcionan los bonos y de cuánto durará la medida, pero creo que la voy a rentabilizar», comentaba María, que tiene una casa en Castro a la que va todos los fines de semana. Otros usuarios se mostraban más seguros: «hacemos este trayecto todos los días para trabajar».
Fianza obligatoria
El bono multiviajes a Castro es gratuito, pero requiere una fianza de 20 euros que se devolverá si el pasajero realiza 12 viajes entre el 1 de febrero y el 30 de abril. A partir de entonces, el periodo de referencia será cuatrimestral, con la obligación de realizar 16 trayectos. Una vez el usuario se identifica con su DNI, se le facilita una tarjeta con la que puede reservar los viajes de forma gratuita en las máquinas de la estación, aunque solo se permite un ida y vuelta al día.
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La larga espera sirvió a los usuarios de esta línea para calcular cuántos trayectos tienen que hacer para que les compense este abono. «Aunque no nos devuelvan la fianza, con cuatro viajes de ida y vuelta el dinero queda amortizado», relataba un grupo que llevaba dos horas de espera. El importe adelantado se devolverá por la empresa concesionaria una vez finalizada la vigencia del título.
Cada usuario solo puede adquirir un bono entre todas las líneas bonificadas por el Estado. En este caso, Mari Carmen, una pasajera habitual que a veces utiliza la línea Bilbao-Castro y otras Barakaldo-Castro, mostraba su enfado: «Es un desastre que no me permitan alternar ambos municipios».
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