Acero de Ucrania para el puente que salvará Bolintxu en un operativo único
Ingeniería de altura en la nueva autopista ·
La Supersur salvará este mes su último escollo con el montaje de las cuatro torres metálicas que, una vez abatidas, darán forma a dos viaductosGoros es una cooperativa alavesa que comenzó hace 50 años confeccionando vallas y barandillas para ayuntamientos. Medio siglo después, esta empresa de fabricaciones metálicas que ... da empleo a un centenar de personas afronta la fase final de uno de los mayores retos de la ingeniería que se ha desarrollado en Bizkaia. Este mes de mayo las máquinas dejarán caer suavemente las cuatro grandes estructuras de acero que darán forma al futuro viaducto de Bolintxu, en la ampliación de la autopista Supersur, a los pies del Pagasarri. Mediante una maniobra inédita en el territorio, por su magnitud y necesidad de precisión, el esqueleto de los dos puentes aquí previstos se unirán y se armarán sin tocar el valle que quedará debajo de las pasarelas.
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Hay que mover y poner en horizontal lo que hoy son las cuatro torres construidas por Goros y que pesan cada una más de 500 toneladas. Se trata de un desafío que obligará a traer unas estructuras que son únicas en el mundo: cuatro gatos hidráulicos capaces de soportar 1.500 toneladas cada uno. Si todo sale bien -los ingenieros así lo creen-, la Supersur superará el que parece su último gran escollo y podrá abrir en la primavera de 2023, tras una inversión de 200 millones de euros.
El camino hasta aquí no ha sido fácil. Lo saben muy bien los socios de la cooperativa alavesa, como Gorka Marchan, que se emociona al hablar de las dificultades que han atravesado en los últimos dos años. Estos días, en sus talleres de Júndiz, cerca de Vitoria, flota en el ambiente una sensación que mezcla sentimientos encontrados, como alivio, expectación, tensión ante el operativo pendiente y orgullo porque están seguros de que todo va a cuadrar y el puente de Bolintxu resistirá.
«Construir esto se asemeja a montar un 'Lego', solo que la precisión ha de ser milimétrica»
operación quirúrgica
Pero no siempre tuvieron la certeza de que cumplirían plazos y el presupuesto. La pandemia y el confinamiento (que obligó a cerrar el taller durante días), la subida de precios de la electricidad y materias primas y, en las últimas semanas, la guerra de Ucrania, han sido obstáculos difíciles de sortear en una senda «de locura» que ha requerido «miles y miles de horas de trabajo».
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Pero en Goros se pueden sentir afortunados. Si la invasión rusa llega a producirse un poco antes, es muy posible que su hoja de ruta para la construcción de las pasarelas habría estallado por los aires. Porque el puente sobre Bolintxu está construido íntegramente con acero forjado en Ucrania, país cuyas infraestructuras están siendo ahora arrasadas por las bombas y los misiles.
Las claves
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162 metros tiene el puente más grande. Su casi 'gemelo', 142.
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38,3 millones costará el tramo que incluye estos puentes.
«Un barco entero vino desde el Mar Negro para traer en sus bodegas todas las chapas de acero corten que aquí hemos ido cortando y dando forma con mimo», explica Marchan. Son 2.000 toneladas. «Así que un pedacito de Ucrania está en nuestro puente», dicen los responsables de Goros. En su rostro se puede ver cierta tristeza por el incierto destino que hayan podido tener los obreros que fundieron la materia prima que enviaron a Euskadi. «No lo sabemos seguro, pero hemos hecho algunas indagaciones y parece que la metalurgia donde se hicieron las chapas ha sido totalmente arrasada», lamenta Marchan.
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Ese metal se compró a unos 60 céntimos el kilo. «Hoy el precio del acero ronda los dos euros». Así que, en lo económico, también ha habido suerte. En los talleres de Júndiz se han cortado, moldeado y soldado miles de piezas. «De memoria no me acuerdo, pero está todo registrado». Aún hay partes almacenadas en el taller y todas llevan un número que las hace únicas. Una de las que está a la vista tiene la referencia 6.418. Así que este gigantesco mecano sobrepasa, al menos, las 6.000 piezas.
«No lo sabemos seguro pero parece que la metalurgia que nos vendió el acero ha sido arrasada»
destruida por las Bombas
Precisión milimétrica
«En cierta forma, este trabajo se asemeja a montar un gran 'Lego'». El secreto es que la precisión ha de ser milimétrica. Sobre todo en la pieza clave del puente. Hablamos de una rótula de 33 toneladas (son 8 para los cuatro extremos de los dos puentes que se abatirán) que es la que va a permitir que las torres vayan cayendo. «Un fallo aquí de unos milímetros te puede provocar un desajuste de metros en el extremo de la estructura». Ha habido que hilar muy fino.
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Los expertos de la Diputación guardan con celo el modo exacto en el que se hará la operación, que requiere que no haya viento. Se prolongará más de un día y hay que depositar una colada de hormigón en la clave del puente para rematar el proceso. Las mangueras y grúas no llegan para bombear este material y se ha descartado usar un helicóptero porque hay una línea de alta tensión cerca. «Aún tenemos que pulir algunos detalles», sopesa Pedro Rivas, jefe de obra de la Diputación.
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