Año I tras la resurrección de San Francisco
Una de las calles más emblemáticas de la ciudad ya tiene nueva cara tras una reforma que deja atrás décadas de declive
Borre usted la primera imagen que le llega a la cabeza cuando piensa en la calle San Francisco. O mejor, archívela en ese rincón de ... la memoria donde también se alojan las estampas decrépitas del Bilbao pasado: la ría marrón y con chorretones irisados, los edificios con fachadas grises y sucias, el aire pesado y opaco. Es porque la calle San Francisco ya tiene nueva cara. Después de más de medio año de obras y restricciones de tráfico, esta semana la histórica arteria bilbaína ya está abierta y renovada. Y, desde luego, en términos de entorno físico se parece poco a aquella imagen mental que, insistimos, hay que ir borrando.
Publicidad
El tajo para renovar este entorno, en el segmento que va desde la confluencia con Bailén a la de Conde Mirasol, arrancó en julio de 2022 con un presupuesto de 1,1 millones de euros. En realidad, se trataba de la continuación de tajos anteriores, porque ya antes se habían abordado mejoras entre la plaza Zabalburu y Bailén, y previamente entre Cantalojas y Conde Mirasol. Lo que se ha hecho ahora es dar uniformidad a toda la calle hasta ese punto, la esquina donde está el bar La Viña y termina el parque del Corazón de María. Nada que ver con lo anterior.
El objetivo municipal cuando se diseñó esta intervención era una renovación total dando a la calle la misma solución en todo su trazado. Queda pendiente ahora el último tramo, el que baja hasta la confluencia con Marzana, hasta que San Francisco se convierte en Bilbao la Vieja. ¿Qué se ha hecho? Ampliar las aceras, retirar zonas de aparcamiento en superficie, poner bolardos y mantener al mismo nivel la zona destinada al tráfico rodado y a los peatones. Esa apariencia de convivencia en la misma plataforma tranquiliza la circulación, al menos en teoría.
La radiografía
-
6.657 vecinos tiene el barrio de San Francisco, uno de los más históricos y con trayectoria más rica y convulsa de la ciudad.
-
Urbanismo para mitigar la desigualdad La regeneración del entorno es una de las herramientas para mitigar la desigualdad. La 'integración' de San Francisco en el corazón de la ciudad llegará con el soterramiento de las vías de Abando, que ahora se levantan como una frontera entre ambos barrios. Hasta que llegue ese momento, la mejora de la calle la hace más atractiva para la implantación de negocios.
-
14% de la población de San Francisco tiene más de 65 años. También tiene un alto porcentaje de vecinos extranjeros, el 29,2%, frente al 10,3% del media bilbaína.
En esta última fase, la que acaba de terminar, se actuó en un tramo de 330 metros de longitud. Y la ampliación de la acera en el entorno de la plaza Corazón de María hace posible una nueva parada de autobús. Por otra parte, la iluminación también ha mejorado de un modo muy visible.
Publicidad
Está la zona, en fin, mucho más bonita, y dulcifica el contraste enorme que sigue existiendo entre dos barrios tan próximos y a la vez alejados como es Abando y San Francisco. El puente de Cantalojas separa dos mundos: a un lado, la zona más rica de Bilbao, con una renta personal media de 41.423 euros; al otro, una de las más deprimidas, con unos ingresos por vecino de 14.207; del lado más rico, un 7,7% de población extranjera; del lado más pobre, el 29,2%. Gana también San Francisco en juventud, porque aquí sólo el 14% de la población tiene más de 65 años, frente 26,4% de Abando y el 24,6% del conjunto de la ciudad.
Semejantes desigualdades en barrios colindantes no es cosa buena y el urbanismo es una herramienta poderosa para terminar con ella, o al menos atenuarla. Ya en los últimos años ha habido cierto despegue de San Francisco, acogiendo nuevos negocios, restaurantes y demás. Aunque, según explican tanto comerciantes como vecinos, ese auge parece haberse frenado con la pandemia y ahora la cosa está más estable, en un punto intermedio entre el desastre de hace un par de décadas y las pretensiones de impulsar un ambiente mayormente bohemio y quizás un poco empalagoso.
Publicidad
Puede considerarse esta reurbanización como un paso previo y necesario antes del que llegará con el soterramiento de las vías de Abando. Entonces las fronteras entre el barrio rico y el barrio pobre desaparecerán y la ciudad ganará en integración. Aunque para que esto se haga realidad aún habrá que esperar no menos de una década.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión