Más de 6.400 turistas llegan cada día a los alojamientos vizcaínos en un verano de récord
El tirón de Bilbao, del Tour y del BBK Live disparan las visitas y rompen el mito de que la villa «se ve en un solo día»
Ahora que todo el mundo está de vuelta a la rutina, o casi, una de las conversaciones más habituales en cualquier municipio de Bizkaia es ... la del tiempo. No ha sido el de 2023 un verano especialmente amable meteorológicamente hablando, pero al sector turístico no parece haberle hecho mella. La temporada estival que está a punto de cerrarse va a establecer un nuevo récord con más de 6.400 visitantes llegando cada día a los alojamientos vizcaínos. Van a superarse las cifras de los años de bonanza económica de la prepandemia y el éxtasis viajero desatado en julio y agosto del curso pasado, el primero sin grandes medidas sanitarias contra la covid.
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Que hay muchísimos turistas por las calles es un hecho. Basta con pasear por cualquiera de los puntos de interés que existen en Bilbao -o por Gaztelugatxe, o por el Puente Colgante...- para apreciar a simple vista el 'meneo' de visitantes que se registra a diario. Las cifras ya confirmaron durante el primer semestre que 2023 está en condiciones de romper todas las marcas turísticas previas en Bizkaia porque el incremento de reservas respecto a los mismos meses del año pasado ha sido de un 15%.
Un auge que se ha ratificado en temporada alta. Julio se cerró con 201.232 reservas en los 980 hoteles, pisos turísticos, alojamientos rurales y albergues que operan legalmente en el territorio. Según los datos del Observatorio Turístico de Euskadi, la cifra supone un incremento del 3% respecto al mismo mes del año pasado, que ya de por sí había sido bueno. Más que eso: el Instituto Vasco de Estadística, el Eustat, revela que Bizkaia solo había roto la barrera de los 200.000 visitantes mensuales una vez en su historia. Fue el agosto de 2022, cuando se contabilizaron 209.872 entradas. Una cifra que, dicen en el sector, se superará en el mes que acaba de terminar, lo que haría que más de 411.000 personas hubieran reservado en estos dos meses de verano. Lo nunca visto.
A la gran afluencia se debe añadir el hecho de que los turistas hayan alargado su visita más allá de lo habitual. La estancia media se ha situado por encima de las dos noches (2,02), algo que ocurre muy esporádicamente. Acabar con el mito de que Bilbao «se ve en un solo día» es un objetivo prioritario de las instituciones para intentar elevar el impacto económico en un sector que ya genera el 7% del PIB vasco y emplea al 10% de la población activa.
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A los altos datos de entrada de viajeros se suma que han alargado su estancia más de dos noches
Además del atractivo de Bilbao y Bizkaia, detrás de las buenas cifras de julio aparecen dos eventos referenciales. El BBK Live, que logró su segundo mejor dato de afluencia de la historia (116.000 personas), y la salida del Tour. Su efecto turístico y monetario sigue pendiente de concretar por parte del Ayuntamiento, pero ya se sabe que la mayor parte de los 5.000 integrantes de la caravana de la Grande Boucle eligieron hoteles de la capital vizcaína y su entorno para pasar varias jornadas. Hubo quien se fue a Vitoria, pero pocos.
El millón, «de largo»
Aunque aún habrá que esperar unas semanas para tener los datos oficiales, agosto ha seguido la tónica marcada en julio. Los hoteles, que aún acogen a casi el 89% del turismo que llega al territorio, se han situado en cifras de ocupación en torno al 85% y han llegado a romper la barrera del 90% en Aste Nagusia. Es curioso este 'subidón' porque según el sector solo uno de cada diez visitantes llega a propósito de las fiestas. El resto se encuentra Bilbao de juerga por casualidad.
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Las claves
201.232 visitantes
llegaron a Bizkaia en julio, la segunda mejor cifra de la historia. Agosto la va a mejorar.
980 hoteles,
pisos turísticos, alojamientos rurales y albergues operan de forma legal.
Aunque los hoteles vizcaínos prácticamente calcaron el mes pasado los datos de agosto de 2022, la mejora de cifras parece que llegará de la mano del resto de tipos de alojamientos, especialmente los apartamentos turísticos. Fuentes del sector confirman que el verano ha sido exitoso y que Bilbao, que el año pasado alcanzó por primera vez el millón de visitantes, en 2023 superará esa cifra «de largo». Evidencias estivales ha habido varias. Ahí van algunas: el Guggenheim ha registrado el verano con más afluencia de su historia, la línea de Bizkaibus que va al aeropuerto ha marcado cifras récord, y la venta de Lotería de Navidad y las visitas al Mercado de La Ribera se han disparado espoleadas, según los profesionales, por los visitantes.
Unos visitantes llegados, sobre todo, del extranjero. Su presencia se ha incrementado un 19%. «Es evidente la recuperación del mercado internacional después de ser el más afectado por la pandemia», celebra el consejero de Turismo Javier Hurtado. Su departamento ha diseñado una estrategia específica para el asunto. La segunda en importancia es la que busca desestacionalizar el turismo. «Es una de nuestras prioridades», confirma Hurtado. El objetivo es que el boom veraniego de llegadas se reparta durante todo el año, algo que parece estar asentándose a tenor de las estadísticas acumuladas del año.
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El BBK Live ha registrado su segundo mejor dato de público y el Guggenheim ha tenido su mejor verano
Una vez finiquitado el verano récord, el sector turístico se enfrenta a meses en los que las instituciones se aprestan a tomar decisiones relevantes para su futuro. La primera, según lo anunciado hace unas semanas, correrá a cargo del Ayuntamiento de Bilbao, que tiene previsto publicar este mismo mes un decálogo para poner coto a las molestias que el turismo genera en el día a día de los residentes. El foco se pone, sobre todo, en reducir el ruido que generan los 'free tours' que recorren la villa casi a cualquier hora.
La segunda iniciativa es, de momento, solo una previsión. El Gobierno vasco ha abierto la puerta a debatir la posible implantación de una tasa turística. En San Sebastián, donde la afluencia de visitantes empieza a ser un problema, dan por hecho que se aplicará más pronto que tarde. Bilbao ve de lejos aún ese panorama, pero está alerta. Ya se habla abiertamente de fijar un nuevo horizonte: más que atraer muchos más visitantes el objetivo es que los que vienen gasten más.
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Un 31% más de clientes en agosto por el aumento de visitantes
El Mercado de la Ribera recibió un 31% más de visitantes durante el arranque de agosto que en el mismo periodo del año anterior. José Antonio Fernández, director de Bilbao Zerbitzuak, estima que buena parte de ese aumento se debe a los turistas y a su interés por los comercios y alimentos locales. Muchos vendedores se han dado cuenta de este fenómeno y enfocan sus ventas también a estos clientes. Brochetas y bocadillos de jamón ibérico, vasos de plástico con fruta, versiones en miniatura del tradicional pastel vasco... son algunas de las opciones que ofrecen ya los comercios de toda la vida. «El boom turístico viene desde hace años. Todavía estamos en fase de adaptación, pero los tenderos se dan cuenta de que se abren oportunidades de venta», afirma Fernández.
De cada diez comerciantes siete destacan el incremento de ventas gracias a los veraneantes, según el director de Bilboko Zerbitzuak. Aunque no se ha llegado a sustituir a los clientes de toda la vida que acuden a hacer su compra, la presencia de turistas, sobre todo, italianos, alemanes e ingleses, ha aumentado las ventas de los puestos de charcutería, frutería y panadería. Los dueños de los puestos reconocen que, durante la primera quincena del mes de agosto, la ciudad solía vaciarse. No ocurre así en los últimos tiempos. El incremento de visitantes ha alterado la rutina del tejido económico de la villa, que tiene su traslación al Mercado de la Ribera.
«Hace un par de años, aunque entrasen al edificio, no solían comprar», agrega José Antonio Fernández. Garbiñe Renedo, dueña de una charcutería en este mercado, cuenta orgullosa que su «producto estrella» es el jamón ibérico. «Me hace ilusión cuando vienen con el envoltorio pidiendo más», subraya. Antes solía cerrar en agosto porque no había suficientes ventas. Ahora permanece con la persiana levantada porque los ingresos «merecen la pena»
Los productos típicos son los más demandados. Merche, del puesto de quesos, explica que lo que más le suelen pedir «son las cosas de aquí». Procura, dice, traer productos vascos más allá del queso Idiazabal. Amaia Madraza, que atiende una frutería, admite que aunque la afluencia de turistas es evidente y se ve reflejada en las ventas, «los clientes locales siguen siendo los que más dinero se dejan». A diferencia de algunos, ella siempre ha abierto en agosto y considera que cada vez «hay más foráneos».
Fernández explica que los productos de charcutería como los embutidos son los que más se venden porque «los turistas buscan productos de fácil consumo para el momento», aunque el auge de los pisos turísticos hace que los visitantes hagan una compra «más completa».
La presencia de foráneos también tiene otra derivada en las ventas de La Ribera: una mayor demanda por parte de restaurantes y bares. «Los hosteleros, durante estas fechas reciben más clientes y tienen que pedir provisiones a los comercios que les surten».
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